Falleció a los 88 años
Adiós a Osvaldo Piro, el bandoneonista que marcó una época
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El legendario compositor, arreglador y director residía en La Falda, Córdoba, su lugar en el mundo. Discípulo de Aníbal Troilo, fue una figura clave en la evolución del tango moderno, con una carrera que abarcó más de siete décadas.
Este jueves 7 de agosto de 2025 falleció Osvaldo Piro a los 88 años en La Falda, Córdoba, dejando tras de sí una huella imborrable en la música ciudadana. Bandoneonista, compositor, arreglador y director, Piro fue una figura clave en la evolución del tango moderno, con una carrera que abarcó más de siete décadas y que lo llevó desde los barrios porteños hasta escenarios de Europa y Japón.
Según informó Cadena 3, sus restos serán velados este jueves, a partir de las 17 en el Salón Leopoldo Marechal de La Falda.
Discípulo de Troilo, maestro por derecho propio
Nacido en el barrio porteño de La Paternal el 1 de enero en 1937, Piro comenzó a estudiar bandoneón a los 10 años. Su formación fue rigurosa y profunda, incluyendo armonía y filosofía de la música. A los 15 años debutó profesionalmente en la orquesta de Ricardo Pedevilla, y un año después se sumó a la de Alfredo Gobbi. En 1965 fundó su propia orquesta, debutando en Patio de Tango ante la mirada de Aníbal Troilo, quien lo adoptó como ahijado artístico y le legó su bandoneón.
Su estilo, personalísimo y audaz, lo convirtió en referente de una generación que buscaba renovar el tango sin perder su esencia. Compuso para cine, teatro y televisión, y fue miembro de la Academia Nacional del Tango.
Compositor de temas como “Azulnoche” y “Octubre”, recorrió el mundo llevando el tango a lo más alto y a los lugares más impensados como Finlandia o Japón, solo por mencionar algunos países en los cuales se presentó a lo largo de su carrera. En Suecia dirigió en la Academia de Música de Estocolmo.
En la década del ‘60 se enamoró de la provincia de Córdoba y decidió radicarse allí, donde compuso música para teatro y cine. Fue director de la Orquesta Nacional de Música Argentina, entre los años 1994 y 2000) y de la Orquesta Provincial de Música Ciudadana de Córdoba, entre 2003 y 2009). Entre los años 2001 y 2004 condujo un programa en Radio Nacional.
El amor y la música: Susana Rinaldi
En 1968, en la sala Michelangelo, se cruzaron por primera vez Osvaldo Piro y Susana Rinaldi. Astor Piazzolla estaba con su quinteto, Rinaldi con sus músicos, y Piro con su orquesta. De ese encuentro nació una historia de amor y arte que atravesó décadas. Juntos compartieron escenarios, grabaciones y una vida marcada por el compromiso con la música popular.
En 2023, presentaron un álbum conjunto que fue nominado a los Latin Grammy, un testimonio de su vínculo artístico y afectivo. En el Teatro Coliseo, ofrecieron un concierto despedida titulado “Reencuentro”, donde repasaron los tangos que los unieron, acompañados por una orquesta dirigida por Piro y con la participación especial de su hija Ligia.
El legado familiar: Ligia y Alfredo Piro
Osvaldo Piro fue padre de Alfredo y Ligia, fruto de su relación con Rinaldi. Ambos siguieron sus pasos en la música, consolidando un linaje artístico que honra la tradición del tango. Ligia, cantante de gran sensibilidad, ha compartido escenario con su madre en múltiples ocasiones, como en el Festival de Cosquín 2020, donde interpretaron clásicos como “Naranjo en flor”.
También fue padre de Martín, junto a María José Mentana, y de Lara, reconocida abogada. Su familia, diversa y talentosa, representa la continuidad de su espíritu creativo.
Osvaldo Piro no solo tocó el bandoneón: lo hizo hablar, llorar, cantar. Su música fue puente entre generaciones, entre lo clásico y lo contemporáneo, entre el amor y la lucha. Hoy, el tango lo despide con gratitud y con la certeza de que su obra seguirá sonando en cada esquina donde el dos por cuatro aún respira.