Alfredo Turdó: Fue un padre para todos nosotros
El jueves pasado falleció, a los 86 años, Carlos Timoteo Griguol, uno de los entrenadores que marcó toda una época en el fútbol argentino. Fue el encargado de lograr que Ferro Carril Oeste consiguiera sus únicos dos títulos en el fútbol profesional con la conquista del Nacional ’82 y Nacional ’84.
El venadense que más lo conoció fue Alfredo Daniel Turdó, quien disputó 84 partidos en la Primera del ‘Verde’ (convirtiendo 4 goles) entre los años 1989 y 1993.
“Fue un padre para todos nosotros, un maestro, un docente, una persona única”, comenzó diciendo Alfredo Turdó en su charla con Tiempo Suplementario, aclarando que también “he tenido cortocircuitos con él, sabiendo que era demasiado exigente. Con el tiempo uno se va dando cuenta que en aquel momento uno era joven y no lo supo aprovechar al máximo, porque uno cuando tiene 20 años se cree que se las sabe a todas, y el ‘Viejo’, como le decíamos cariñosamente nosotros, era un crack”.
Griguol fue quien lo hizo debutar a Turdó en Primera División. “Cuando yo estaba por debutar, lamentablemente me rompo ligamentos cruzados, meniscos, y tuve que esperar un año más, hasta que llegó ese gran momento” dijo el venadense, y agregó que “él conmigo siempre tuvo algo especial” y contó que “en Venado Tuerto jamás hice un gol de cabeza, y cuando llegué a Ferro, para él yo era el máximo cabeceador del fútbol argentino. Yo era delantero, jugaba de ‘9’, pero él me dijo que no, que yo iba a ser como el ‘Patón’ Bauza, y me llevó a la defensa, y ahí comenzó mi carrera”.
Quien supo vestir las camisetas de Defensores Talleres y Centenario en nuestro fútbol, dijo que Griguol “no nos insultaba, pero tenía sus maneras de decirnos de todo. Era una persona muy especial, y siempre digo que él usaba eso para incentivarnos”.
Y agregó, a modo de anécdota, que “íbamos a jugar con Boca en la Bombonera y en la charla técnica nos decía: bueno, tratemos de no comernos 4 goles, y a nosotros nos daba bronca, porque queríamos que nos aliente, pero esa era la forma que él tenía para que hacernos la psicológica. A mí me decía que Roberto Cabañas me iba a cabecear todas las pelotas y yo me volvía loco! Salía a la cancha a comérmelo a Cabañas!”.
Otro momento entre el venadense y Griguol fue cuando Turdó firmó su primer contrato. “Fui y me compré un Fiat Uno 0 km y yo los pasaba a buscar siempre al ‘Mono’ Burgos, al ‘Cabezón’ Biazotti y al ‘Negrito’ González para ir a entrenar a Pontevedra, teníamos 80 kilómetros todos los días, y estaba cansado de ir en ómnibus. Llegamos al estacionamiento y Griguol me vio y se pegó la vuelta. Me preguntó de quién era, y le dije que mío. Me hizo abrir todas las puertas, el baúl, lo miró… me hizo levantar el capó, se asomó y me dijo: ¿dónde te vas a bañar?, porque acá no veo una ducha… y pegó un portazo! Y me dijo: sos un negro de mier… y se fue re caliente. El quería que nosotros nos compráramos un departamento con el primer contrato”.
Alfredo, que también jugó en Banfield y en el fútbol venezolano, dijo que en el fútbol argentino “falta docencia” como la de Griguol en las inferiores, “estar todos los días con la misma jugada. Parecían boludeces, pero gracias a eso nosotros éramos un equipo al que no le convertían goles. En 8 o 9 partidos terminábamos 0-0. Eso era Griguol”.
Lo echó a Burgos
Cuenta Turdó que los partidos de entrenamiento o amistosos siempre arrancaban con Ferro perdiendo 1-0 o con un penal a favor del rival. En un amistoso con Estudiantes de La Plata “arrancamos con un penal en contra, patean y el ‘Mono’ Burgos se lo ataja, y agarró la pelota y se la mostró a Griguol y le dijo: para vos viejo… Timoteo paró el partido y lo echó a Germán, que se volvió a Mar del Plata un mes y medio y no quería regresar. Te daba mucha impotencia tener que remarla siempre. El usaba eso para que entráramos con más ganas a la cancha”.
En una gira por Miami. Era el cumpleaños del venadense Alfredo Turdó. (Foto: Archivo personal de Turdó).