Brilla donde lo entienden
Campazzo redefine su futuro: MVP en España y mirada puesta en la NBA

Facundo Campazzo fue la gran figura del Real Madrid campeón de la Liga ACB 2025. Sumó su título número 13 con el club blanco y fue elegido MVP. Europa lo consagra una vez más. En la NBA, como varias leyendas europeas, fue descartado.
Carmelo Calderón Bourband
Hay algo que no se puede enseñar: intensidad. Facundo Campazzo volvió a consagrarse con Real Madrid y lo hizo siendo el alma competitiva de un equipo que perdió a buena parte de su estructura. Sin Rudy Fernández, sin Chacho Rodríguez, sin Yabusele ni Poirier, el Madrid encontró en Facu una guía.
Fue 3-0 ante Valencia en la final de la ACB. Un título incuestionable.
En esa serie, Campazzo promedió 13 puntos, 7 asistencias y 2 robos por partido. Fue el más desequilibrante. El que marcó los ritmos. El que cambió la cara de un equipo cuando parecía perder el eje. Su segunda juventud es tan real como su vigencia: a los 34 años, sigue siendo él.

Real Madrid y una historia de amor que no se corta
Este fue su título número 13 con el conjunto blanco. Campeón en todo: cinco Ligas Endesa, dos Euroligas, seis Supercopas, dos Copas del Rey. Volvió en 2023 tras un fugaz paso por Crvena Zvezda y desde entonces no dejó de sumar trofeos.
Cada vez que el equipo lo necesitó, él apareció. Siempre con intensidad. Siempre con inteligencia.
El premio al Jugador Más Valioso lo recibió de manos de Pau Gasol, hincha y leyenda de Barcelona. Otra escena que habla del respeto que se ganó. Campazzo es hace años el jugador argentino más importante en la historia del básquet europeo. Nadie ganó más. Nadie fue más influyente. Ni siquiera Andrés Nocioni.

Lo que es más, hoy Facu está en una posición de admitir que es el basquetbolista argentino más ganador de la historia. Obviamente que los títulos de Manu Ginóbili valen más que los de Campazzo, pero en cantidad, el cordobés lidera y por amplio margen.
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Estados Unidos, un escenario que nunca lo entendió
Su paso por la NBA fue breve y decepcionante. No por lo que hizo, sino por lo que no le permitieron hacer. Llegó a Denver en 2020, con 29 años. Ya maduro, ya probado. Pero sin espacio para el error. En total, disputó 65 partidos en su primer año y 65 más en el segundo.
Su media fue de 20 minutos por juego. Y aún así, nunca fue prioridad.

Michael Malone, entonces entrenador de los Nuggets, prefirió apostar por Bones Hyland. Un base joven, eléctrico, inconsistente. En 2022, Hyland le quitó minutos a Campazzo. Hoy, está con un pie afuera de la NBA. En Minnesota juega poco y no pesa en ninguna rotación.
La gestión de Malone en ese momento fue, cuanto menos, cuestionable. Denver tenía un base cerebral, de carácter, con lectura. Eligió otra cosa. Dos años después, Campazzo brilla en Europa y Malone, pese a haber salido campeón en 2023, ya no es entrenador de los Nuggets.
El resultado fue una oportunidad desperdiciada. No para Facu. Para la NBA.

Campazzo defendió a Curry, presionó a Chris Paul, molestó a Lillard. Fue útil. Pero nunca fue comprendido. “La NBA es otro deporte”, dijo. “Tenés que impactar sin la pelota”. En una liga que valora el físico por sobre el control, su juego no encajó.
Europa lo celebra. La NBA lo dejó ir
Como le pasó antes a Juan Carlos Navarro, a Sergio Llull o a Milos Teodosic, la mejor versión de Campazzo nunca fue apreciada en Estados Unidos. Navarro duró un año en Memphis. Llull ni siquiera cruzó el océano. Teodosic fue cortado en silencio. Todos líderes. Todos campeones. Ninguno pudo quedarse.
Campazzo está en esa lista. La NBA no tuvo paciencia. Europa sí.
Facu es capitán de la Selección. Y también su faro. Mientras Argentina intenta reconstruirse entre lesiones, frustraciones dirigenciales en la CAB y recambios, él sigue. No se detiene. No baja. Esta temporada sumó su cuarto MVP desde que volvió a España. La ovación del WiZink Center no tiene subtítulos. Solo respeto.

Y una certeza: al cordobés hay que entenderlo. O dejarlo libre para que brille.