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Carlos Delfino: su decisión con el básquet, lo que viene y un repaso de su carrera
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A sus 43 años dijo adiós a la práctica profesional con un cargado palmarés y un importante listado de colores vestidos, entre los que se incluyen Unión, Boca y cuatro de la NBA.
Gonzalo Fracchia - Daniela Christoffer
Hace un mes, el 6 de septiembre de 2025, Carlos Delfino anunciaba entre líneas que dejaba la práctica profesional del básquet en una entrevista con Doble Doble y el gigante Julio Lamas de por medio. Con esta noticia, no sólo ponía fin a una carrera exitosa de 27 años, sino también cerraba el telón final de la Generación Dorada dentro del parqué.
Este jueves, el santafesino de 43 años se presentó en el estudio de CyD Litoral y habló para el espacio de Viví Mejor, donde comentó las razones que motivaron su decisión y los desafíos personales que se le vienen, junto a un repaso de los momento más icónicos de su carrera deportiva.
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El momento de darse cuenta y lo pendiente
Ya no juega en el Benedetto XIV Cento de la Serie A2 de Italia, pero prefiere no usar la palabra “retiro”. “Creo que podía seguir jugando. Estoy no jugando, deje el deporte jugado, pero lo sigo desde otro punto de vista, me divierto con el deporte que me dio tanto”, comentó Carlos Delfino,
Sobre los motivos que lo llevaron a esta decisión, el “Lancha” relató: “Me agotó todo lo que hacía para poder estar en cancha. Mientras más crecía, más le tenía que dedicar fuera de la cancha al ‘trabajo invisible’ y llegó un momento que dije ‘basta’”.
“Llegó un día que me di cuenta que sufría de los entrenamientos y sólo disfrutaba jugar, el día a día me costaba. Los compañeros eran muy chicos, no me relacionaba mucho”, expresó “Carlitos” sobre las complicaciones de la última temporada en la ciudad de Cento.
Hubo un elemento que sembró una de las semillas de la decisión. El año pasado se celebraron las dos décadas de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004: “Pasó algo que es que festejamos los 20 años de la medalla de oro. Ahí sí jugué con todos los ‘viejitos’, hablé, comí con ellos. Y cuando volví a Italia, me di cuenta que era más de ese palo ahora”.
Al cierre de su paso como deportista profesional, Delfino también habló sobre lo que quedó pendiente. A pesar de sus experiencias iniciales con Libertad de Sunchales y Unión y su paso por Boca en 2017, quedaron las dudas sobre la posibilidad de un último año en la Liga Nacional de Básquet (LNB), principalmente tras la afianzada participación del Tatengue.
“Siempre fue un sueño en el cassette, como dicen los italianos, de tenerlo ahí”, comentó Carlos y explicó: “Por muchos motivos quedó inconcluso que me costó. Traté, pero uno por cuestiones familiares o de fuera de la cancha, a veces toma otros caminos”.
El origen santafesino, el progreso y la NBA
Delfino recordó el rol de su abuelo, albañil, y su abuela, peluquera, quienes lo “hicieron enamorar del deporte”. “Mi papá era jugador, no quería que jugara”, agregó.
“Siempre fue un producto de Santa Fe. De los 16 años en Unión, salté a jugar en Europa. Siempre me sentí un producto de la Asociación Santafesina de Básquet”, valorizó sobre la importancia de su etapa juvenil.

Sobre su paso en la NBA, Delfino recordó: “Tuve nueve temporadas y lo viví desde muchos puntos de vista. Me tocó llegar muy chico con 22, después a los años me fui a Rusia y luego me tocó regresar y arrancar desde 0, jugando pocos minutos. También me tocó estar mucho lesionado y verlo completamente desde afuera. Me enseñó un montón y me marco un montón. Los momentos de lucha y de gloria y de ahí aprendí para la vida”.
En relación a su rol dentro de los equipos, “Carlitos” comentó: “No fui un jugador que me dedicara mucho a anotar. Trate de ser el pegamento del grupo. En algunos momentos me tocaba ser más anotador, en otros más defensor. Tener muchos fundamentos me permitió ser elegido por los entrenadores porque servía para mucho”.
“Hubo pasos en falso. Momentos donde sufrí más”, expresó sobre su carrera en general, pero reflexionó: “Yo nunca sentí que trabaje. Tuve la suerte de vivir de lo que me gustaba”.
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Generación Dorada
Al ser consultado por si la medalla de oro en Atenas 2004 podría ser considerado el mejor momento de su carrera, Delfino valoró en referencia al bronce de Beijing 2008: “Las dos fueron importantes. Estar de vuelta en el podio no fue nada fácil. El básquet no es un deporte en el cuál siempre fuéramos potencia estable”.
“Fue un privilegio. Estaba en un grupo divino y aprendí mucho”, recordó de la experiencia en la selección Argentina y sumó parte del legado de aquel equipo en el básquet en general: “Hay un documental de los estadounidenses de cómo aprendieron tras el 2004 y como tuvieron que cambiar el modo de entrenamiento”.
Sobre el presente del básquet argentino y las complicaciones para retomar el rumbo exitoso tras el subcampeonato mundial de China 2019, el ex Detroit Pistons, Toronto Raptors, Milwaukee Bucks y Houston Rockets de la NBA manifestó: “No hay el potencial de figuras de otros años. Si de materia prima importantísima, es cuestión de esperar. La renovación siempre llega. Son ciclos, olas. Hay que ser pacientes y trabajar para estar preparados para cuando llegue el momento adecuado”.
El drama de las lesiones
“Creo que el amor por el deporte fue más grande que el dolor y las trabas. Sufrí muchísimo”, contó Delfino en base a una carrera en la que además de las medallas, cargó con el peso de muchas lesiones.
“La principal fue el pie derecho. Tuve una mala operación. Siempre salís y te dicen ‘un éxito’. Tuve cinco que fueron ‘un éxito’ y después no lo fueron”, relató sobre los malos tragos en algunos pasajes de su vida deportiva. Delfino resaltó la importancia de la “perseverancia”

“No fue la única, uno tiene lesiones siempre, pero esa la sufrí mucho. Y uno después de las operaciones no es el mismo. Te ves en las imágenes y crees que hay cosas que ya no podés hacer”, comentó el santafesino.
En modo reflexivo y a sus 43 años, el también dos veces campeón del FIBA Americas manifestó: “Cuando estás más grande empezas a repasar las decisiones. Mi primera lesión era para poner un yeso, pero si hacía eso no podía jugar con la selección un Mundial. Me metí en un quirófano y fue una mala operación. El día después todos sabemos los resultados”.
Lo que viene
El día después de los deportistas suele ser la competencia más dura de todas. Carlos Delfino ya sabe cómo continuar, al menos en los primeros tiempos: “Siempre cerca del básquet. Estoy de comentarista de la NBA para TNT Sports, algo que ya me había empezado a atraer, incluso cuando todavía jugaba. Ahora definitivamente tengo más tiempo, me puedo dedicar”.

“Tengo también el diploma de entrenador. Uno nunca sabe qué puede pensar. Enseguida no. Viajo, veo, me actualizo”, aclaró cautelosamente sobre una posible nueva tarea. “Cuando uno se decide a serlo, tenés que estar con una valijita al lado de la cama”, completó.
Respecto a su día a día en Italia, también respondió: “Principalmente hago mucha familia, ahora tengo control de mi calendario”.

