Estados Unidos
Casa Blanca informó que Donald Trump sufre insuficiencia venosa crónica

La salud del presidente estadounidense vuelve a estar en el centro de la escena tras la confirmación oficial sobre su afección. Médicos aseguran que no se trata de una patología grave, pero advierten que requiere cuidados para evitar complicaciones.
La Casa Blanca confirmó este jueves que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sufre insuficiencia venosa crónica. El diagnóstico fue revelado por la portavoz oficial, Karoline Leavitt, quien respondió de esta manera a las versiones que comenzaron a circular en medios estadounidenses tras la aparición de imágenes que mostraban al mandatario con las piernas visiblemente hinchadas.
Las especulaciones surgieron a raíz de una serie de fotos que retrataron al jefe de Estado durante la final del Mundial de Clubes, disputada en New Jersey. En el palco VIP del estadio, sentado junto a su esposa, Melania Trump, se lo vio con los tobillos inflamados, un detalle que no pasó desapercibido para la prensa.
Por otra parte, a principios de esta misma semana, otra imagen mostró un moretón en su mano derecha, que incluso parecía cubierto con maquillaje. Ambos episodios encendieron las alarmas en Washington y fueron motivo de consultas durante la habitual conferencia de prensa en la Casa Blanca.

El diagnóstico oficial y su tratamiento
La vocera presidencial detalló que el presidente había detectado una leve hinchazón en sus piernas. Por recomendación médica, se sometió a una serie de estudios vasculares, incluyendo ecografías doppler venosas en sus extremidades inferiores. Los resultados confirmaron el cuadro de insuficiencia venosa crónica AB, una afección frecuente entre las personas mayores de 70 años.
Según explicó Leavitt, no se detectaron signos de trombosis venosa profunda ni de enfermedades arteriales. Los exámenes de sangre y el ecocardiograma tampoco arrojaron datos preocupantes. Se trató, remarcó, de un chequeo preventivo que permitió descartar diagnósticos más complejos.
Respecto al hematoma en su mano, la portavoz aclaró que se trataba de una simple irritación provocada por el contacto físico frecuente, especialmente por los constantes apretones de manos que forman parte de sus actividades oficiales. Además, recordó que Trump sigue un tratamiento con aspirinas como parte de un régimen preventivo cardiovascular.
"Este es un efecto conocido y benigno de la medicación. El presidente continúa gozando de excelente salud", enfatizó Leavitt.

La salud de Trump, otra vez en debate público
El tema de la salud fue y sigue siendo central en la carrera política de Trump. En su momento, utilizó su imagen de hombre activo y deportista para contrastar con la figura de su rival, Joe Biden, a quien acusaba de frágil y debilitado. En abril, Trump había sido sometido a su chequeo médico anual en el Centro Médico Walter Reed, con resultados que lo calificaban en “excelente estado físico”.
La estrategia de mostrar fortaleza física no es nueva en la política estadounidense. Sin embargo, en un año electoral y en medio de rumores de una posible recaída en su salud, el dato sobre su insuficiencia venosa no pasó inadvertido. La cercanía de las elecciones y su edad convierten a cada detalle en un insumo para sus adversarios y para la prensa.
Por eso, la Casa Blanca decidió salir al cruce de las especulaciones y brindó un informe completo para despejar dudas. El mensaje fue claro: Trump está bien, sigue sus controles, y la afección detectada es propia de su edad y no afecta su rutina ni sus actividades como presidente.
Trump mantiene su agenda sin cambios
A pesar del revuelo mediático, Trump no suspendió sus actividades. Mantuvo reuniones, apareció en actos oficiales y siguió su ritmo habitual. “No hay motivo para modificar su agenda”, subrayó Leavitt.
La Casa Blanca remarcó que la transparencia sobre la salud del mandatario es una política sostenida, especialmente ante los cuestionamientos sobre su estado físico. En este sentido, destacaron que el propio presidente decidió hacer pública la información para evitar interpretaciones maliciosas o falsas alarmas.
El presidente, conocido por su afición al golf y su imagen de hombre vital, suele minimizar estas cuestiones en sus declaraciones públicas. Sin embargo, sus médicos aseguran que mantiene hábitos saludables, controla su peso y su estado cardiovascular, y sigue las recomendaciones profesionales al pie de la letra.