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Cómo será el sorprendente tambo robotizado del Agrotécnico
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El Centro Agrotécnico Regional (CAR) de Venado Tuerto realizó este viernes una conferencia de prensa para anticipar la inauguración del primer tambo robotizado del país en una institución educativa que integra los tres niveles. La presentación oficial será el 14 de septiembre y crece la expectativa por la presencia de Luis Landriscina.
El Centro Agrotécnico Regional (CAR) de Venado Tuerto, con más de medio siglo de trayectoria en el sur-sur santafesino, volvió a marcar un rumbo en la educación agropecuaria argentina. Este viernes, en conferencia de prensa, las principales autoridades de la institución anticiparon la inauguración, el domingo 14 de septiembre, de su tambo robotizado, el primero del país en un colegio que integra los niveles inicial, primario y secundario.
Sobre el mediodía, la jornada se abrió con la presentación del docente Gabriel Zarich, quien en el rol de maestro de ceremonia destacó la presencia de alumnos de sexto año de la modalidad agrotécnica y cuarto año de la biotecnológica del CAR, y de José Luis Salina y Sergio Moreno, en representación del Centro de Veteranos de Guerra de Venado Tuerto, y a continuación dio paso a un video institucional narrado por la voz del recordado Danilo Gallay, figura emblemática de Dinámica Rural y muy amigo de la institución, fallecido en 2024.
Además, crece la expectativa por la presencia estelar del humorista Luis Landriscina en la fiesta inaugural, como él mismo lo adelantó en su última visita a la ciudad, en mayo de 2024, cuando se enteró de este proyecto vanguardista y mostró su interés en sumarse a la gran celebración de la comunidad educativa del CAR.
Con la tierra como eje
El histórico referente del CAR -antes rector y ahora representante legal-, Mario Germán Huber, fue el primero en exponer, y recordó cómo nació la idea de transformar al colegio en un proyecto educativo sustentable.
“Cuando me tocó viajar a distintos países para ver cómo modernizar la educación técnica, me encontré con que estábamos 100 o 150 años atrasados en esa materia respecto de otras naciones. En Francia, en Alemania, en Costa Rica o en Estados Unidos, cada uno tenía su impronta. Y yo me preguntaba: ¿qué vamos a traer nosotros? La respuesta fue clara: lo nuestro es la tierra, lo que produce”, expresó.
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Huber subrayó que la apuesta del CAR no estuvo marcada por “modas educativas” sino por una visión de largo plazo. “En nuestro país aparecen modas: la educación bilingüe, la computación, los celulares, pero nosotros decidimos poner el eje en la tierra, en la producción. Hace más de 35 años empezamos a construir un colegio sustentable, que se autoalimente, porque entendimos que el futuro iba a estar en los alimentos. Y no nos equivocamos”, enfatizó.
El dirigente también relató cómo surgió la escuela primaria agroecológica, donde “lo emocional y lo técnico empiezan desde los más chicos”. Y se permitió adelantar que la institución trabaja ahora en un nuevo proyecto vinculado al cultivo de té, fruto de un intercambio con la India: “No se trata solo de copiar experiencias, sino de generar un método argentino que sea exportable a otras provincias y países”.
Robótica y bienestar animal
El ingeniero Omar Pugnali, representante de la empresa proveedora, expresó: “Para nosotros es un orgullo enorme poder acompañar al colegio, algo que venimos haciendo desde 1986, siempre aportando servicio y tecnología. Este sistema de tambo robotizado va a permitir que las vacas se ordeñen por sí solas, voluntariamente, lo cual marca un cambio radical respecto del trabajo tradicional. Lo más importante no es solo la tecnología en sí, sino la capacitación que van a recibir los alumnos, que van a poder formarse en un manejo innovador que ya se está aplicando en distintas partes del mundo. Este robot no se limita al ordeñe: puede ser adaptado a tambos convencionales o rotativos, porque el sistema Delpro es muy amplio y versátil”.
“Para los chicos, esto significa una oportunidad laboral inmensa, porque al egresar van a tener experiencia directa con herramientas que hoy demandan las empresas del sector. El sistema detecta mastitis y otras enfermedades, y permite separar la leche por calidad y medir la productividad de cada animal. Toda esa información queda registrada y puede ser gestionada incluso desde un celular, lo que también los introduce al uso de aplicaciones móviles aplicadas al agro”, amplió.
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Además, existe una aplicación complementaria llamada Predicta, que trabaja con inteligencia artificial, la cual interactúa con tambos de todo el mundo y permite anticipar, con dos o tres meses de antelación, posibles enfermedades que puede tener un animal antes del parto. Esto mejora la calidad de vida del rodeo, optimiza la producción y abre un campo enorme de análisis científico. “En definitiva -añadió el empresario-, estamos frente a una herramienta que integra bienestar animal, eficiencia productiva y formación tecnológica. El CAR vuelve a dar un paso al frente, y nosotros, desde la empresa, sentimos un gran orgullo de ser parte de este hito histórico. Como decimos siempre, esta es una manera de ‘pagar’ con conocimiento y tecnología todo lo que el colegio hace por la comunidad”.
Aprender haciendo
En tanto, el agrónomo José Raúl Ban subrayó que “el valor de este tambo robotizado no está solo en la maquinaria, sino en la enorme cantidad de datos e indicadores que genera y que, en nuestro caso, se van a convertir en un insumo fundamental para el trabajo en las aulas y laboratorios del CAR. Nosotros tenemos dos modalidades que conviven en la institución: la modalidad agrotécnica y el bachillerato en biotecnología. Ambas van a poder interactuar con el robot en simultáneo. ¿Qué significa esto? Que los chicos de agro podrán observar cómo se desarrolla el ordeñe en tiempo real y, al mismo tiempo, los estudiantes de biotecnología podrán llevar esos datos al laboratorio, procesarlos en forma estadística e informática, y comprobar la veracidad de los diagnósticos”.
“Uno de los ejemplos más claros es la mastitis, una enfermedad muy común en los tambos. Hace años que las usinas no reciben leche con antibióticos, por lo que es clave un control estricto. Ahora será el robot el que detecte esos casos y brinde la información de manera inmediata. A partir de ahí, los alumnos podrán trabajar con esos resultados, analizarlos, verificar la calidad de la leche y, en definitiva, aprender haciendo. Lo mismo ocurre con otros parámetros: productividad individual de cada vaca, calidad del ordeñe, detección de sangre en la leche, entre muchos otros. Antes, estos análisis se hacían en forma manual y parcial; hoy el robot lo hace en tiempo real, y los estudiantes tienen la posibilidad de contrastar la tecnología con la práctica científica en el laboratorio”, indicó.
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“Esto es central porque no se trata solo de aprender a usar una máquina, sino de comprender cómo los avances tecnológicos transforman el trabajo en el campo y cómo la ciencia aporta soluciones para la vida cotidiana. En definitiva, la fortaleza del CAR es que los alumnos van a vivir la experiencia de la producción ‘en carne propia’. No en un simulador ni en un manual, sino con animales, con datos reales, con problemáticas concretas. Esa vivencia es la que marca la diferencia en la formación y la que prepara a los chicos para que, cuando salgan al mundo laboral o a la universidad, lo hagan con un conocimiento sólido y actualizado”.
Hito institucional y regional
La ingeniera Mariela Anello, directora del nivel medio, repasó los principales hitos del CAR en sus casi seis décadas de vida: la escuela agroecológica primaria, el bachillerato biotecnológico inaugurado en 2021 y ahora el tambo robotizado.
“Nuestro lema siempre fue ir por más. No quedarnos en la queja, sino buscar alternativas. La producción primaria siempre nos dio esas posibilidades. La Escuela Primaria Agroecológica marcó uno de los primeros hitos, siendo pioneros a nivel nacional en ese nivel, la formación de un bachiller biotecnológico en 2021, y hoy nos toca compartir el anuncio de este tambo robotizado que es un nuevo desafío que nos llena de orgullo”, sostuvo.
Anello detalló que "la incorporación de la robótica aplicada a la lechería permitirá a los estudiantes acceder a controles lecheros periódicos, sistemas de inteligencia artificial, análisis de datos y proyectos de investigación vinculados al cuidado del medioambiente y a la eficiencia productiva”.
“Este avance es un hito para la institución, para Venado Tuerto y para el país. Marca el resultado de un esfuerzo de mucho tiempo, de un equipo de gestión y de familias que acompañan. Para los alumnos es una oportunidad de formarse en la tradición, pero también en la innovación”, concluyó.
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El futuro empieza en la niñez
La profesora Mariela Boccher, directora de la Escuela Primaria Agroecológica, resaltó el rol de los más pequeños en este proceso: “Los niños del nivel inicial y primario son el futuro. El CAR ofrece un espacio en el que lo emocional, lo sensorial y lo técnico se integran desde la infancia. Los chicos aprenden con los ruidos, los olores, las texturas, y eso queda grabado para siempre. Este tambo robotizado refuerza ese camino: que los alumnos crezcan viendo que el campo y la tecnología no están enfrentados, sino que se complementan”.
Boccher además adelantó detalles de la inauguración oficial del domingo 14 de septiembre: “La jornada comenzará a las 11.30 con el acto central, que incluirá danzas con caballos de paso peruano; a las 12, Los jardines del CAR (propuestas gastronómicas al aire libre) y a las 15 los alumnos protagonizarán la representación musical Vacas Lecheras, donde mostrarán el recorrido que va de la producción a los alimentos. Será un día de fiesta para toda la comunidad”.
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Legado que trasciende
La conferencia cerró con la certeza de que el tambo robotizado es mucho más que una innovación tecnológica: es la continuidad de un legado. “Nuestro colegio siempre trabajó con sentido de patria, con valores. Nos enorgullece que otras provincias y países nos visiten para replicar nuestra experiencia. Este tambo es parte de ese camino”, resumió Huber.