Góndolas sin flotación
Con el cepo sobre los alimentos, el gobierno ganó la pulseada por los precios en abril

Los productos estacionales hicieron gran parte de la diferencia. Pero el plan de contención de Milei y Caputo, en tándem con supermercados, tras implementar el esquema de bandas, logró contener la devaluación y que el IPC registre la primera baja del año.
Mauro L. Muñoz
La inflación de abril tuvo un cepo en las góndolas. Con la implementación del sistema de flotación de dólar tras el acuerdo con el FMI, el gobierno puso un ancla en el precio de los alimentos. Milei y Caputo ganaron la pulseada cambiaria: pudieron sortear la devaluación y lograron que el índice registre la primera baja del año.
El Indec informó este miércoles que la inflación de abril fue del 2,8%, una desaceleración de casi un punto frente al 3,7% de marzo. Los analistas repararon en la moderación que tuvieron productos comestibles, en parte por el control oficial en tándem con supermercadistas a los proveedores para que no trasladen la fluctuación a precios.
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El informe del organismo estadístico indicó que el rubro “Alimentos y bebidas no alcohólicas” subió 2,9%, muy por debajo del 5,9% registrado en marzo. A pesar de estar apenas una décima por encima del nivel general, la merma de frutas y verduras compensó subas en carnes y panificados, morigerando el índice.
Destacaron diversos analistas el peso propio que tuvieron los precios estacionales y regulados, que corrieron por debajo del 2% mensual, lo que permitió que la inflación núcleo —que excluye estos ítems— se mantenga estable en 3,2%. Sin embargo, la pulseada por los precios del gobierno tras liberar parcialmente el tipo de cambio también fue una pieza clave para el resultado mensual.
La comida, el termómetro social
A nivel interno, la caída en los precios de productos frescos tuvo un efecto directo. Pero más allá de los factores estacionales, entra en juego la estrategia aplicada por el gobierno.
Tas las modificaciones cambiarias, el gobierno activó un operativo de contención. La estrategia oficial fue evitar el traslado a precios en el corto plazo. Así lo había señalado incluso el propio presidente Javier Milei: “si los precios suben, el consumidor debería dejar de comprar”, había dicho citando el Principio de Menger.
Con el régimen de flotación en marcha, grandes proveedores como Molinos y Unilever habían enviado listas con aumentos del 9 al 12%. También sectores sensibles a los insumos dolarizados, como el caso de las aceiteras y fabricantes de envases y productos de higiene, anticiparon a los supermercados que remarcarían.
Entonces los supermercados mostraron resistencia. Rechazaron la mercadería con los nuevos valores, negados a remarcar precios, amparados en la caída de ventas por el enfriamiento del consumo.

La reacción oficial fue inmediata. “No hay lugar para oportunistas”, celebró el ministro de Economía Luis Caputo en su cuenta de X. La postura fue respaldada también por la Secretaría de Comercio y por las entidades implicadas como CADAM y la Asociación de Supermercados Unidos.
Estas fricciones marcaron el pulso de abril: en última instancia, la pulseada se saldó con muchas alimenticias postergando sus incrementos, lo que contribuyó a aplacar la inercia inflacionaria en este período.
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El factor frutas y verduras
El ancla de abril se apoyó, también, en la evolución de la canasta básica alimentaria (CBA), que subió apenas 1,3% en el mes según el Indec. Se trata de la variación más baja desde que comenzó el año, y contrasta con el 5,9% registrado en marzo. La canasta básica total (CBT), que marca el umbral de la pobreza, subió solo 0,9%.
La combinación de desaceleración en precios de alimentos y resistencia del consumo moderó los traslados de costos por parte de proveedores. Aunque algunos registraron fuertes subas, otros bajaron por razones de temporada.
En el desagregado del Indec, muchos productos registraron un fuerte incremento: el pollo aumentó 8,8%, el filet de merluza 10,7% y la carne picada 5%. También se registraron subas de 2,4% en el pan francés, 1,9% en harina y 3,5% en fideos guiseros.

Sin embargo, el índice estuvo compensado por bajas pronunciadas en otros productos. Por ejemplo, retrocedieron otros alimentos sensibles como el arroz blanco (-3,6%) y la yerba mate (-3%).
Además, como se explicó, los factores estacionales compensaron aumentos, debido a que en marzo varios de alimentos se habían disparado en precios. La lechuga, por ejemplo, había subido 73,1% y la papa 28,2%. También se abarató el limón un 30%, el zapallo, 8% y la banana, 2%.
Así, las mermas impactaron directamente en la canasta básica y contribuyeron a que el IPC se ubicara este mes por debajo del 3%. De todas formas, los analistas advierten que un eventual repunte de estos mismos productos podría volver a añadir presión inflacionaria en los meses siguientes.