Técnica legislativa
Convención Reformadora: ya comenzó a trabajar la Comisión Redactora
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Tiene en su poder 105 dictámenes pero prestará especial atención a los 36 que consiguieron la mayoría en sus firmas. Sus objetivos son “integrar” y “armonizar” las reformas a considerar por los convencionales.
La Comisión Redactora, que cuenta con 18 integrantes, comenzó a trabajar este lunes 25 de agosto, con la tarea de prestar especial atención a bastante más que la sintaxis, gramática y otras estructuras del lenguaje, de los 36 dictámenes que ha elaborado la mayoría en las comisiones de la Convención.
Dispuso que sus debates y sesiones -presididas por el socialista Joaquín Blanco- sean a puertas abiertas y que haya además reuniones de orden técnico entre los convencionales y sus asesores para avanzar con la revisión, que se apoyará en conceptos de la llamada “técnica legislativa” que gobierna la redacción de las normas. Sin embargo, su labor será también política por cuanto se tratará de mantener el sentido con que la mayoría oficialista dictaminó en comisiones.
El reglamento, en su artículo 33, dice que es de “su competencia específica” realizar “los ajustes de redacción que no alteren el sentido y la elaboración del texto ordenado único y final de la reforma de la Constitución”. Y que deberá “sistematizar, armonizar, ordenar, enumerar, renumerar e integrar las disposiciones de la reforma, conforme a la ley 14.384”.
En caso de dudas, “podrá convocar a las Comisiones temáticas donde se hayan originado los despachos” y los “despachos parciales que elabore y presente esta comisión, deberán indicar los artículos que se incorporen como nuevos, bajo la denominación provisoria del artículo correspondiente, así como también los artículos que quedan derogados de la Constitución Provincial”.
Lo dicho, la comisión es definida como un espacio técnico, pero sus decisiones serán por supuesto políticas en tanto respaldo de cómo fueron las firmas en cada comisión. Su relevancia está clara en el reglamento que fuera votado por unanimidad al comenzar la Convención. En el apartado sobre cómo serán los debates de las sesiones plenarias de los 69 convencionales reformadores queda claro que “ningún asunto habilitado por la Ley N° 14.384 podrá ser tratado sin el despacho elaborado por la Comisión Redactora”.
Y el texto del artículo 64 se complementa con que lleva el número 70. “Durante el debate en particular de un despacho podrán presentarse modificaciones. Cuando la mayoría correspondiente acepte la modificación, adición o supresión y no exista objeción de la Comisión Redactora, ésta se considerará parte integrante del despacho”. Es decir: no puede haber sorpresas para esa comisión, ni aún durante el debate final de cada artículo de la Constitución a modificar.
El socialista Joaquín Blanco preside la Comisión Redactora y conduce los debates de reforma. Foto: Gentileza
Demoras
Eran casi las 13 horas cuando comenzó la sesión de la Comisión Redactora, que se reunió en el recinto de Diputados, con sus 18 miembros presentes, más la convencional, Jaquelina Balangione de Más para Santa Fe, que por no pertenecer al cuerpo no puede participar de los debates.
Al iniciarse el debate, Blanco explicó que se trata de una reforma “parcial” y que por esa razón los términos como los verbos a utilizar tendrán “el estilo” de la redacción de 1962.
Prometió desde la presidencia un “trabajo a conciencia” y “con mucha responsabilidad”. Aseguró que la labor se cumplirá “quedándonos hasta cuando haga falta”, pero advirtió “sin dilaciones”, para que “podamos dictaminar”.
Ratificó que aunque habrá una lectura completa del despacho general de la mayoría oficialista, compuesta por Unidos y el Frente de la Esperanza, “todos los bloques entendemos que para el debate del pleno ha sido mejor hacer despachos parciales para tener más participación de los convencionales y más tiempo y claridad para el público que siga nuestros debates”, tal como se definió en el reglamento.
El objetivo de la primera jornada es completar la lectura de la Constitución vigente con las modificaciones y los añadidos que hará la actual convención.
El cuerpo prevé reunirse el martes 26 y miércoles 27 para continuar con el debate. Foto: Gentileza
Primero, el prólogo y la cuestión religiosa
La corrección del prólogo actual de la Constitución, para la consagración de un Estado neutral en materia religiosa, bajo el argumento de las correcciones formales repitió el debate de las comisiones con propuestas que -desde La Libertad Avanza y Somos Vida y Libertad- pidieron que nombre a “la Iglesia Católica y otros cultos legalmente reconocidos”.
En otra posición, desde Más para Santa Fe, el justicialista Diego Giuliano se mostró contrario a que una oración use la negación en su comienzo: que Santa Fe “no” adopta una religión. Y propuso una alternativa por la positiva “o su omisión”, se entusiasmó Nicolás Mayoráz.
Pero en la negativa Unidos se mantuvo firme desde todos los bloques que conforman la coalición de gobierno. Les respondieron el radical Fabián Bastia y la socialista Lionella Cattalini, que a su turno confirmaron la redacción propuesta por la mayoría. Ella aclaró que la fórmula es similar a la redacción que tiene la Constitución de los Estados Unidos.
Emiliano Peralta (de Somos Vida y Libertad) sostuvo que no existe la expresión “las iglesias” en términos jurídicos. Finalmente quedaron asentadas las críticas al texto del oficialismo y se dejó el tema en manos de los asesores para volver a tratarlo más adelante.
Sin religión oficial
“La Provincia no establece religión oficial, asegura la distinción entre el orden civil y el religioso. La relación entre el Estado, las iglesias y los cultos legalmente reconocidos, se rige por los principios de autonomía, igualdad, no discriminación, cooperación y neutralidad”, es el texto propuesto por el dictamen de mayoría de Unidos para Cambiar Santa Fe que cuestionan los bloques de La Libertad Avanza y Somos Vida y Libertad. Los convencionales de derecha -mediante propuestas de cambios formales- se opusieron a que se quite del Preámbulo a la Iglesia Católica. El oficialismo se mantuvo firme en su texto.