Quiénes somos
Investigan linaje genético único en el centro argentino con una antigüedad de 8.500 años
:format(webp):quality(40)/https://sur24cdn.eleco.com.ar/media/2025/11/linaje_conicet.jpg)
Lo identificaron científicos del Conicet y Harvard. El estudio fue publicado en la revista Nature. El análisis de restos arqueológicos y tecnología avanzada permitió rastrear una ascendencia regional que persiste desde hace más de 8.500 años.
Nicolás Loyarte
Una investigación bioantropológica liderada por el científico cordobés Rodrigo Nores, investigador del CONICET en el Instituto de Antropología de Córdoba (IDACOR, CONICET-UNC), reveló la existencia de un linaje genético propio del centro de Argentina, hasta ahora desconocido. Los resultados, publicados recientemente en la prestigiosa revista Nature y elaborados en colaboración con la Universidad de Harvard, representan un hito en el campo de la paleogenómica y abren nuevas perspectivas sobre la historia evolutiva de las poblaciones humanas del sur de Sudamérica.
El estudio, iniciado en 2017 bajo el marco del proyecto internacional “Ancient DNA: The Americas Project” impulsado por la National Geographic Society, partió del análisis de 29 dientes hallados en sitios arqueológicos de Córdoba. Con el paso de los años, el trabajo se amplió y reunió la participación de más de 30 arqueólogos de más de 20 centros de investigación del país, quienes aportaron materiales y conocimientos acumulados en décadas de trabajo científico.
Nicolás Pastor y Rodrigo Nores Gentileza IDACOR
En total, el equipo logró analizar 344 muestras de 310 individuos provenientes de 133 sitios arqueológicos ubicados en el noroeste, noreste, este y centro del país. Los datos genómicos fueron procesados por Nores y un equipo interdisciplinario integrado por Josefina Motti (CONICET–UNCPBA), Nicolás Pastor (IDACOR), y los investigadores de Harvard Javier Maravall-López y David Reich, referentes mundiales en paleogenómica.
A través de métodos estadísticos avanzados, el grupo logró reconstruir la historia genética de las poblaciones del centro y norte argentino, identificando un linaje con una antigüedad de 8.500 años que aún persiste en los habitantes actuales de la región. “El análisis de ADN nos permite leer la historia que no fue escrita. Si dos grupos distantes comparten variantes genéticas más allá de lo que el azar explicaría, es probable que compartan ancestros comunes”, explicó Nores.
Un linaje ancestral que perdura
Los resultados revelaron algo inédito: un linaje genético propio del centro de Argentina, distinto de los registrados en otras regiones del continente. La investigación demuestra que las poblaciones locales no fueron reemplazadas ni desplazadas a lo largo del tiempo, sino que evolucionaron de manera continua, mestizándose con ancestrías vecinas y desarrollando características genéticas particulares.
Mapa del muestreo. Gentileza IDACOR
El análisis también mostró que este componente genético central participó en al menos tres grandes migraciones interregionales. Una se dirigió hacia el noroeste argentino, donde se mezcló con el componente andino; otra hacia la región pampeana, donde se convirtió en la ascendencia principal hace unos 800 años; y una tercera hacia el Gran Chaco, donde interactuó con el componente amazónico.
La continuidad genética detectada en la población actual del centro del país evidencia que la huella de aquellos antiguos habitantes aún está presente, junto con los aportes genéticos posteriores de Europa y África introducidos tras la conquista.
Tecnología y ciencia para leer el pasado
El trabajo requirió tecnología de punta y un enfoque interdisciplinario que combinó genética, estadística, arqueología y antropología. “El volumen de información que se genera en estos estudios es enorme. Es necesario procesar los datos genómicos en términos estadísticos, pero también interpretarlos a la luz de la evidencia arqueológica y bioantropológica”, señaló Nores.
Puede interesarte
Este tipo de análisis, posible gracias a la colaboración internacional y al acceso a laboratorios de secuenciación de última generación, permite identificar relaciones de parentesco entre individuos antiguos, reconstruir rutas migratorias y comprender cómo se desarrollaron los procesos de mestizaje en distintos períodos.
Una historia no escrita
La trayectoria de Nores está dedicada a comprender la historia evolutiva de las poblaciones humanas del actual territorio argentino. Desde hace años, advierte sobre la escasa representación de la región centro en los estudios paleogenómicos a nivel continental. “Queríamos reconstruir una historia previa a la conquista hispana, aquella que no está escrita en los libros, pero sí en el ADN. Este hallazgo demuestra que nuestra comprensión del poblamiento de América aún es parcial”, reflexiona el investigador.
Tubos con muestras: Gentileza IDACOR
El descubrimiento de este linaje genético ancestral no sólo amplía el conocimiento sobre el pasado biológico de las poblaciones sudamericanas, sino que también refuerza una idea poderosa: la continuidad de la vida humana sobre el territorio, la permanencia de las comunidades y su capacidad de adaptación y transformación a lo largo de miles de años.
Sudamérica, sugiere el estudio, posee una historia poblacional particular, marcada menos por los reemplazos y más por la permanencia. En los rostros y genomas de sus habitantes actuales —como demuestra la investigación— aún persisten los rastros de quienes, hace más de ocho milenios, habitaron estas mismas tierras.
Con información de Conicet

