Desfile de alto vuelo a beneficio de Lalcec Rufino

Por Ana Inés Dobal

Rufino vivió el pasado viernes un evento único: un desfile de alto vuelo organizado por la empresaria Laura Rigonat, con el objetivo de recaudar fondos para Lalcec en su lucha contra el cáncer de mama. Con entradas agotadas y transmisión en vivo por Panamericana Play, la pasarela se iluminó con más de 200 pasadas, convirtiéndose en una verdadera fiesta de la moda y la comunidad.

“Cuando eliges ser feliz y seguir tu pasión, nada ni nadie te paran, y es ahí cuando tus sueños se convierten en realidad”, expresó Rigonat emocionada al cierre, acompañada por su hija Gina.

El empuje de una mujer incansable

Psicóloga de profesión, empresaria de la gastronomía y la moda, y madre de Gina, Laura Rigonat se ha convertido en una referente de energía, reinvención y capacidad de inspirar. En esta ocasión, volvió a demostrar que la moda puede ser mucho más que estética: un puente para unir a mujeres, instituciones y comunidad.

“No todo en el camino fue color de rosa”, reconoció en sus redes sociales al compartir parte de su historia personal, pero también dejó claro que su fuerza siempre la llevó a avanzar y reinventarse.

Moda real, cercana y diversa

El desfile se realizó en un local céntrico de la ciudad, y ni la inminencia de una tormenta pudo frenar el entusiasmo. Sobre la pasarela se vieron siluetas variadas, personalidades distintas y una amplia paleta de colores que reflejaron las tendencias primavera-verano 2025/2026.

El concepto estuvo claro: mujeres reales de Rufino fueron las protagonistas. Diferentes edades, estilos y bellezas únicas hicieron vibrar cada pasada, entre risas, complicidad y música en vivo de Franco Boffa.

“Todas las mujeres somos modelos a seguir”, fue el mensaje central de Rigonat, quien buscó derribar estereotipos y acercar la moda a la autenticidad de cada una.

Éxito total y gratitud

Más de doscientas pasadas llenaron de color, frescura y creatividad la noche: vestidos, palazos, bermudas pinzadas, estampados florales, accesorios como pañuelos y capelinas. Todo fue posible gracias a la propuesta de Simona, el local de moda de Rigonat en Rufino.

El público acompañó masivamente, al punto de agotar localidades y dejar a muchos sin poder ingresar. “Gracias por tanto, y disculpas a quienes no pudieron estar presentes”, dijo la organizadora, conmovida.

Un cierre pasado por agua, pero cargado de magia

El evento culminó bajo una tormenta que no empañó, sino que potenció la emoción de una noche cargada de fuerza, sensibilidad y participación comunitaria. De la mano de su hija Gina, Rigonat volvió a subrayar que la verdadera belleza está en ser una misma y en elegir la felicidad como camino.