En los 100 días de Milei
Economía, entre los aplausos de la macro y el llanto de la micro
El Gobierno considera que durante marzo y abril se tocará fondo y confía en que, con los precios controlados, se dispare un ciclo virtuoso.
"Nuestro éxito es que se haya cambiado la expectativa. Que se haya evitado la catástrofe y la hiperinflación y que ahora nos pregunten por cuándo comienza la recuperación", fue la frase que el vocero presidencial, Manuel Adorni, utilizó al ser consultado por un balance de gestión poco antes de cumplirse los 100 días de mandato del presidente Javier Milei.
Y en rigor a la verdad, el primer objetivo del Gobierno fue evitar una hiperinflación que, a su juicio, "quedó plantada" de la administración anterior, más allá de que para algunos economistas era un pronóstico exagerado.
Con ese fin, tomó una serie de medidas de ajuste de "shock" cumpliendo con la promesa electoral y modificó el escenario económico de la Argentina.
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Las medidas son celebradas por el conjunto de analistas que adhieren al discurso liberal, pero tienen pocas respuestas cuando se los consulta sobre lo que está viviendo el ciudadano.
Aumento de tarifas, transporte, colegios, prepagas, combustibles y alimentos, "todo junto" contra una recomposición salarial parcial, licuada y en cuotas. No se necesita tener ningún Master en Harvard para concluir que es un cocktail que no cierra.
"No la ven" es una buena frase para unirla a "cómo llegar a fin de mes", especialmente por una clase media cascoteada desde hace muchos años.
La diferencia es muy marcada entre "los analistas/financistas" y "el día a día", todo bajo la repetida promesa "esta vez vale la pena" y "ya vamos a ver los frutos". .
Milei arrancó con "motosierra" en las cuentas públicas a partir de poda del gasto político, suba de impuestos y recorte de subsidios, a lo que le sumó la "licuadora" que significan tasas de interés negativas, menor gasto real en jubilaciones y asistencia social.
Según el Gobierno, este esquema frenó la híper que le había dejado la dupla Alberto Fernández-Sergio Massa.
La devaluación de diciembre llevó la inflación al 25%, descendió al 20% en enero y al 13% en febrero. Milei considera a este derrotero como un éxito, considerando el punto de partida.
Ahora, viene la parte más difícil que es llevarla a un dígito.
En las declaraciones públicas se contienen de lanzar frases eufóricas, pero Milei y el equipo económico están convencidos que en abril la "infla" dará un dígito.
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Este proceso de desinflación, en parte, está atado a la evolución del dólar que tuvo varias etapas desde diciembre y, por estos días, se mantiene estable cerca de los $1.000/$1.060.
El valor del dólar oficial mostró un último cierre de $850,50, pero los analistas ponen especial atención sobre su evolución. El Banco Central y las autoridades económicas afirman que no se mueven de la tasa de devaluación mensual del 2%, pero hay quienes afirman que debe acelerarse para evitar una apreciación desmedida.
Panorama financiero
El panorama financiero de los primeros 100 días de Gobierno de Milei se completa con el proceso de saneamiento del Banco Central, a partir de la transferencia de deuda (Leliqs/pases) al Tesoro Nacional, la normalización de la deuda con importadores (BOPREAL) y la recomposición de reservas (actualmente las netas son negativas en US$2.000 millones).
En tanto, para levantar el cepo cambiario que traba la economía, Milei dice negociar un nuevo crédito con el FMI e inversores privados en pos de conseguir US$15.000 millones, pero que, de todas maneras, en junio puede levantar las restricciones.
La pregunta que cae de maduro, pero que nadie le hace es ¿por qué endeudarse en esa cifra si en poco más de dos meses tenemos la solución a mano?.
Pero, mientras la "macroeconomía" la festejan los analistas, en la calle se siente el apretón monetario y la falta de dinero en los bolsillos.
El consumo muestra una caída del orden del 20%, lo que pone en jaque a pymes y comercios.
La recesión en el sector productivo se observa en todos los sectores. En enero (último dato disponible), la producción industrial cayó un 12,4%, mientras que la construcción se desplomó más del 20%.
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El Gobierno considera que durante marzo y abril se tocará fondo y confía en que, con los precios controlados, se dispare un ciclo virtuoso. Pero hay algo que "están viendo" que no los convence. Por algún motivo postergaron las subas de tarifas. Tal vez haya que esperar "otros 100 días" para finalmente "verla".
Qué va a pasar con el dólar
Tras 100 días de Gobierno, Javier Milei tiene quizás en el sector financiero y fiscal los mejores resultados para ofrecer a una sociedad que viene golpeada por la inflación y sigue esperando el alivio en sus bolsillos.
Un dólar oficial que tras la devaluación que encareció su cotización un 118%, se mantuvo con un crawling peg del 2% mensual, y unos dólares libres que redujeron la brecha hasta el 20% en el caso de MEP y Blue y 25% para el CCL. En estos 100 días los dólares libres alinearon expectativas de devaluación en línea con la política monetaria del gobierno y de hecho algunas cotizaciones subieron a menor ritmo que el oficial.
Facundo Herrera, Analista de Research en Grupo IEB sostuvo: "Pese a la devaluación que llevó al tipo de cambio de $360 a $800 y a la acumulación de un 70% de inflación en los primeros tres meses de gestión, el CCL se mantiene en valores similares a los de mediados de diciembre. El tipo de cambio financiero actual representa un mínimo desde las PASO de 2019 con una brecha apenas superior al 20%, lo cual a priori llevaría a pensar que están dadas las condiciones para la liberación del cepo con mínimo impacto devaluatorio".
Haciendo una rápida evaluación, el economista Gustavo Ber indicó que hubo una marcada reducción de la "brecha", ya que la inmediata implementación del equilibrio fiscal y el apretón monetario despierta confianza respecto a ir desacelerando la inflación y poder salir del cepo a futuro".
De todas formas, completa Facundo Herrera de IEB, aún existen algunas trabas para el abandono de los controles de cambios. En primer lugar, existe una importante demanda restringida debido al sostenimiento de las restricciones cruzadas MULC-CCL (entre otras tantas regulaciones aplicadas por la gestión anterior con tal de contener a los dólares financieros), mientras se continúa alimentando la oferta con el 20% de las liquidaciones de exportadores.
El primer paso con vistas a una unificación cambiaria debería venir por el lado de la liberación gradual de restricciones, caminando seguro y evitando una liberación total inmediata que dispare las cotizaciones.
En el horizonte, también coloca otro obstáculo que viene por el lado de la recaudación, ya que la liberación del cepo implicaría la eliminación del impuesto PAIS, importante fuente de ingresos para el sector público en medio de la caída del nivel de actividad: en febrero representó un 8% de la recaudación tributaria total.
Dado el objetivo de equilibrio fiscal, una salida apresurada del cepo sin una recuperación de la recaudación podría poner mayor presión sobre dicha meta y empujar a un mayor ajuste del gasto.
El futuro parece estar atado principalmente a que lo que ocurra políticamente, no tire abajo la ingeniería financiera de "Toto" Caputo. La gran incertidumbre que sobrevoló siempre el Gobierno libertario: ¿será capaz de obtener los acuerdos políticos necesarios para los cambios que quiere llevar a cabo?.
Al respecto, Gustavo Ber cree que "será crucial que a pesar de los tironeos políticos se logre continuar con la 'hoja de ruta' económica a fin de poder prolongar las expectativas, en medio de una dura etapa de estanflación que requiere de tolerancia social y ante ello poder vislumbrar mejores perspectivas hacia adelante".