Según la ONU
El consumo problemático afecta a más de 60 millones de personas en el mundo

El Informe Mundial sobre Drogas 2025 advierte sobre el crecimiento del consumo a edades tempranas.
El consumo de drogas en todo el mundo continúa en aumento, con una preocupante inclinación hacia edades cada vez más tempranas y un mercado en expansión que aprovecha los avances tecnológicos. Así lo reveló el Informe Mundial sobre Drogas 2025, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), que presenta un diagnóstico alarmante sobre la situación a nivel global.
Durante 2023, cerca de 316 millones de personas consumieron alguna droga. Esta cifra representa un 6% de la población mundial entre 15 y 65 años. El cannabis continúa siendo la sustancia más utilizada, con 244 millones de usuarios, es decir, el 77% del total. Le siguen los opioides (61 millones), las anfetaminas (30,7 millones), la cocaína (25 millones) y el éxtasis (21 millones).
Drogas sintéticas
Los datos del informe muestran una rápida expansión de las drogas sintéticas, que han ganado protagonismo en la última década. La digitalización del mercado y la facilidad de acceso a estas sustancias a través de internet representan una transformación en las dinámicas del narcotráfico y el consumo.

Un aspecto especialmente preocupante es que el consumo comienza cada vez más temprano. Las cifras indican un crecimiento sostenido en los grupos de menor edad, lo que expone a adolescentes y jóvenes a riesgos físicos, psicológicos y sociales desde etapas muy vulnerables de sus vidas.
Durante 2022, se estimó que 63 millones de personas convivían con trastornos por consumo de drogas. En esos casos, la dependencia, el daño físico o mental, o la urgencia de tratamiento formaban parte de su realidad cotidiana.
La ONU destaca que los cambios en los canales de comercialización y la diversificación de productos facilitaron el acceso a drogas altamente peligrosas, especialmente en zonas urbanas desfavorecidas y comunidades con escaso acceso a servicios de salud.
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Opioides
Los opioides continúan como las drogas más letales, tanto por su potencia como por la facilidad con la que pueden desencadenar una sobredosis. En Estados Unidos, el fentanilo y otras sustancias sintéticas de alta concentración estuvieron detrás de la mayoría de las más de 100.000 muertes por sobredosis registradas en 2023.
En América del Sur, el consumo de pasta base de cocaína —conocida como “paco”— provocó una crisis sanitaria de alto impacto, especialmente en sectores marginalizados de Argentina, Bolivia y Perú. Su bajo costo y elevada toxicidad convierten a esta sustancia en un problema urgente de salud pública.
En regiones como Europa del Este, la heroína y los opioides sintéticos dominan la escena del consumo problemático. En África Occidental, el tramadol se impuso como una sustancia de uso frecuente, pese a su origen médico. Mientras tanto, en el sudeste asiático, el uso de metanfetamina se intensificó, acompañado de un crecimiento significativo en incautaciones y casos de adicción severa.
Aunque el informe no actualiza las cifras de muertes vinculadas directamente al consumo, retoma el dato de 2021, cuando se registraron aproximadamente 500.000 fallecimientos por esta causa.
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Cocaína
El mercado de la cocaína alcanzó cifras históricas en 2023. Según la ONUDD, la producción global experimentó un salto significativo, con Colombia como epicentro de esta expansión. En ese país, se produjeron 3.708 toneladas de cocaína, un 34 % más que el año anterior. La superficie de cultivo de hoja de coca creció hasta alcanzar las 253.000 hectáreas.
Estas organizaciones, que no firmaron el acuerdo de paz, controlan amplias zonas rurales y gestionan el negocio de la droga con estructuras complejas que integran campesinos, laboratorios y rutas de exportación.
Mientras tanto, en Bolivia el área de cultivo se mantuvo estable y en Perú mostró una ligera disminución. Sin embargo, la eficiencia creciente de los laboratorios ilegales multiplicó la capacidad de producción, lo que contribuyó a consolidar una oferta récord de cocaína en el mercado global.
Prevención y tratamiento, la gran deuda
El informe también pone el foco en los enfoques punitivos que prevalecen en muchas regiones, en detrimento de estrategias preventivas y de salud pública. Según la ONU, solo una de cada cinco personas con trastornos graves por consumo accede a tratamiento.
La situación es aún más preocupante para las mujeres. Solo el 5,5 % de aquellas con problemas graves recibe atención, en comparación con el 13,6 % de los hombres. La estigmatización, el miedo a perder la custodia de los hijos y la ausencia de programas con enfoque de género reducen drásticamente las posibilidades de ayuda.
El documento advierte que el castigo, el abandono y el silencio siguen marcando la experiencia de quienes enfrentan una adicción, especialmente en contextos atravesados por pobreza, violencia o desplazamientos forzados. Y remarca la urgencia de reorientar las políticas públicas hacia la inclusión, el tratamiento y la prevención con enfoque integral y humano.