Cultura y patrimonio en tensión
Rosario: crece la inquietud ante la indefinición por el futuro del Arteón

A un año y medio del cierre del histórico espacio cultural, los integrantes de la comisión de apoyo expresan su inquietud por la falta de avances concretos en la reubicación.
El Arteón, un emblema de la escena cultural rosarina, permanece sin sede desde hace más de un año y medio. Tras el cierre del edificio original en calle Sarmiento, su comunidad artística todavía no cuenta con un espacio físico que garantice la continuidad de sus actividades.
En ese contexto, integrantes de la comisión de apoyo del espacio volvieron a manifestar su preocupación por la ausencia de respuestas efectivas ante la promesa oficial de habilitar un nuevo lugar para la actividad teatral y cinematográfica. Según detallaron, se habían iniciado conversaciones con autoridades provinciales y municipales que, hasta el momento, no se tradujeron en hechos concretos.
En base a los datos oficiales a los que accedió El Litoral, el último anuncio público sobre el traslado del Arteón se realizó a fines de 2023, cuando se había mencionado como posible destino una sala en el Centro Cultural La Toma. Sin embargo, ese proyecto no prosperó por desacuerdos logísticos y de gestión.
La comisión de apoyo, conformada por artistas, referentes culturales y público habitual del espacio, mantiene reuniones periódicas en busca de alternativas. Desde ese colectivo aseguraron que no han bajado los brazos, pero reconocen que el panorama actual no es alentador.
“El Arteón es más que una sala, es parte de la memoria cultural viva de Rosario”, señalaron desde la comisión. La preocupación principal gira en torno al riesgo de que el proyecto quede en el olvido, algo que ya ocurrió en el pasado con otras iniciativas culturales locales.
El edificio original, donde funcionó por décadas el Arteón, fue cerrado por cuestiones edilicias. Desde entonces, se desarrollaron algunas actividades de manera itinerante, pero la falta de un espacio estable limita el alcance de la programación y desarticula al grupo de trabajo.
En reiteradas oportunidades, los representantes del espacio solicitaron formalmente audiencias con las nuevas autoridades de Cultura, sin obtener respuestas satisfactorias. La sensación general es de incertidumbre y desamparo institucional.
Desde la comisión afirman que están abiertos a trabajar en conjunto con el Estado para encontrar una solución viable. “No pedimos privilegios, sino la posibilidad de seguir generando cultura con las condiciones mínimas necesarias”, señalaron.
Mientras tanto, crece la expectativa entre artistas y espectadores por conocer qué rumbo tomará finalmente el futuro del Arteón. La esperanza de recuperar un espacio propio sigue intacta, pero el tiempo corre y la paciencia comienza a agotarse.