Tendrá su sede
El merendero “Los Peques" recibió un container para poder funcionar

La encargada de este espacio, Natalia Díaz, agradeció el aporte solidario para tener su propia sede.
En jornadas de intenso frío como se viene registrando en el extremo sur santafesino, las historias de ayuda y solidaridad cobran mayor fuerza. Como es el caso de Natalia Díaz, quien desde hace siete años sostiene con esfuerzo el merendero “Los Peques”, donde diariamente brinda merienda a 45 niños del barrio Ciudad Nueva. Lo hace desde su casa, con el apoyo de una amiga, bingos, rifas y la solidaridad de la comunidad.
“Empecé repartiendo casa por casa. Después me prestaron garajes, luego estuve dos años en una iglesia evangélica. Hoy, gracias a una donación de una empresa privada, tengo un container propio donde voy a poder atender mejor a los chicos”, contó emocionada.
La estructura, similar a una casilla pero de grandes dimensiones, fue instalada en el terreno contiguo a la casa de su madre, donde vive actualmente con su familia. Hubo que cortar la calle para subirla por su tamaño. Ahora Natalia trabaja en reacondicionar el espacio: quitó divisiones internas, entregó cuchetas con colchones a madres del barrio que las necesitaban y planea colocar mesas, bancos, tablones y una pantalla para calefaccionar.
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Solidaridad y amor
Cada tarde, de lunes a viernes, los 45 chicos del barrio Ciudad Nueva se acercan al merendero a recibir su merienda. “Les damos mate cocido con leche, o solo, o chocolatada. A veces conseguimos pan, masitas o facturas que nos dona alguna panadería”, explicó.
Para hacer su labor posible, Natalia gestiona eventos para financiar el merendero. “Ahora estoy organizando un bingo para el 13 de julio, porque ya no se puede depender de donaciones. Está todo muy difícil”, remarcó. Y agregó: “La gente ayuda con lo que puede, pero a veces no alcanza”.
A su vez contó que "una maestra del barrio me dijo que sus alumnos le contaban que lo último que comían antes de acostarse era la merienda que yo les doy. Esas cosas te parten el alma, pero también te dan más fuerza.

Más que una merienda
La donación del container no solo significa un techo y paredes. Para Natalia, representa la posibilidad de soñar más allá de una taza de mate cocido. Ya reinstaló su ropero comunitario, que había tenido que suspender por falta de espacio. Y una docente se ofreció a dar apoyo escolar.
Además, planea organizar una olla popular los domingos: “Mi idea es que los chicos vengan con su tupper a buscar la comida y se la lleven a su casa. Como hacen en la escuelita bíblica de la iglesia que me prestaba el salón antes”, contó.
Cómo colaborar
Quienes quieran sumarse a esta cruzada solidaria pueden acercarse a Roberto Cavanagh 631, en Ciudad Nueva, o comunicarse al 15606691. Se necesitan alimentos, leche, panificados, utensilios de cocina, tablones, bancos, abrigo en buen estado y estufas. Todo suma.
“Estoy más que feliz. Si Dios quiere, el lunes ya arranco en el container. No es mucho, pero es mío, y de los chicos también”.