“No se cumplen dos veces 70 años”
El obispo Han Lim Moon celebra su cumpleaños junto a toda la Diócesis

Este lunes 16, monseñor Han Lim Moon celebrará sus 70 años con una misa de acción de gracias en la Catedral de Venado Tuerto y un encuentro comunitario abierto a todos los fieles. La celebración será una oportunidad para reencontrarse con quienes recorrió durante años como pastor de la diócesis.
Este lunes 16 de junio no será un día cualquiera para la Iglesia regional. En Venado Tuerto, la Catedral será el escenario de una misa especial presidida por el obispo Han Lim Moon, quien cumple 70 años de vida y eligió celebrarlo con su “gran familia espiritual”: la comunidad de la Diócesis de Venado Tuerto.
A las 11 de la mañana se realizará la misa de acción de gracias, y luego, a las 12.30, en el gimnasio del Colegio Sagrado Corazón -con entrada por Lisandro de la Torre y 9 de Julio- se compartirá un almuerzo a la canasta, con entrada libre y espíritu comunitario.
“No se cumplen dos veces 70 años. Por eso quiero festejarlo con todos ustedes, que son mi familia. Te espero con alegría”, expresó el obispo en su mensaje de invitación.

Festejo abierto, sencillo y fraterno
Fiel a su estilo, Han Lim Moon optó por un encuentro sin protocolos ni gastos excesivos. “Cada uno lleva su comida y nosotros preparamos las mesas y sillas. Así no hay que organizar demasiado ni cobrar entrada”, explicó. El gimnasio del colegio, con capacidad para más de 500 personas, será el espacio del reencuentro.
“Quiero ver a la gente, charlar, compartir. No me voy a dedicar a comer solamente -bromeó-, sino a estar con quienes me acompañaron todos estos años. Es una oportunidad de afecto mutuo. El obispo no es ‘un aparato’, es una persona. Es importante que también recibamos cariño”, expresó con sencillez.
El inmigrante que se convirtió en obispo
Han Lim Moon nació en Corea del Sur y llegó a la Argentina en 1976, con apenas 21 años, junto a toda su familia. “Ya estaba estudiando para ser sacerdote en Seúl, pero mis padres decidieron emigrar y me vine con ellos. Fue una decisión fuerte. Vine como inmigrante”, recuerda.
Los primeros pasos en el país no fueron fáciles. Apenas hablaba español y debió adaptarse a una cultura totalmente nueva: “Me costó muchísimo aprender el idioma. En el seminario de Villa Devoto (Buenos Aires) empecé de cero. Al principio solo sabía decir ‘buen día’. Pero sentí el llamado a quedarme acá y desde entonces nunca me quise ir”.
Con el paso del tiempo, el joven seminarista coreano se transformó en sacerdote y, más tarde, en obispo. Desde hace cuatro años y medio, guía la Diócesis de Venado Tuerto, que abarca más de 40 parroquias y 20 capillas en el sur-sur santafesino.
En contacto con todos los pueblos
Desde su llegada a la diócesis, Moon recorrió incansablemente pueblos y comunidades. “Durante dos años y medio visité cada rincón. Dormí en los pueblos, estuve con la gente. Los conozco bien. Fui yo a verlos, ahora los invito a venir”, expresó.
Reconoce que muchos pueblos no cuentan con un sacerdote residente y que hacen falta al menos diez vocaciones más. “El sacerdote no se inventa, es un llamado. Lleva unos ocho años de formación. No alcanza con estudiar, hay que tener una vocación auténtica”, subrayó.
El obispo también impulsa una renovación pastoral, más cercana a la gente, en línea con lo que pedía el papa Francisco: “La Iglesia no puede quedarse esperando. Debe salir a buscar al que está lejos. Eso intento hacer cada día, y animo a los laicos a hacer lo mismo”.
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La misión de una Iglesia viva
Para Han Lim Moon, la misión no se limita a lo sacramental. Cada verano realiza actividades misioneras con jóvenes en pueblos pequeños: “Este año estuvimos seis días en Diego de Alvear con 35 jóvenes. El año pasado fuimos a Labordeboy. Son experiencias profundas, de encuentro, de fe”.
A través de la pastoral, busca acercar a los alejados, sin imponer, pero con testimonio y presencia. “No podemos esperar que la gente venga. Hay que salir. Hay que estar”, insiste el sacerdote. En este camino, también impulsa la comunicación social como forma de extender la misión, con un equipo que difunde actividades y mensajes por redes sociales y medios.
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Un cumpleaños con sentido
El lunes 16 no será solo un festejo personal. Será una expresión del modo de ser Iglesia que propone monseñor Moon: abierta, dialoguista, comunitaria. No habrá discursos ni homenajes. Solo una misa, una comida compartida, algún juego y la alegría del reencuentro.
“Es como el padre que junta a los hijos. Muchos fieles de distintos pueblos van a conocerse ese día. Será un espacio gratuito, agradable, muy alegre. Y también una muestra de cariño”, resumió el obispo.
Para asistir, se solicita confirmar presencia enviando un mensaje a Marcelo, del Obispado, al 3462-237411, indicando nombre y parroquia.
Después de casi 50 años en Argentina, Han Lim Moon no duda en afirmar: “Este es mi lugar. Aquí me quedo. Siento que esta es mi misión”. Y este lunes, toda la diócesis lo abrazará con gratitud.