El rufinense Segundo Peluccio se consagró campeón de 125cc Internacional

Ana Inés Dobal

Con apenas 15 años, Segundo Peluccio se convirtió en campeón 2025 de la categoría 125cc Internacional del Certamen Argentino de Motociclismo (CAM). El logro, alcanzado el domingo 2 de noviembre en Colonia Belgrano, Santa Fe, fue celebrado por familiares, amigos, compañeros y toda la comunidad de Rufino, que sigue con orgullo el crecimiento del joven corredor.

"Segu", como lo llaman en su entorno, comenzó a vincularse con las motos a los 6 años, gracias al impulso de su familia. Tres años después empezó a competir, y desde hace dos temporadas lo hace de manera profesional, participando en las categorías más exigentes del CAM. "Llegué al deporte gracias a mi familia; sin ellos no podría estar corriendo", reconoce con gratitud.

El título internacional no fue el primero de su trayectoria. Segundo ya había alcanzado triunfos en Justiniano Posse, en el Pre-CAM y en Rufino, pero asegura que el campeonato logrado este año es "el más importante de todos". No lo dice con soberbia, sino con la serenidad de quien disfruta lo que hace y entiende el valor del esfuerzo. "Este título te da confianza para lo que viene, y conseguirlo tan joven te deja bien parado de cara al futuro dentro de las motos y el circuito", reflexionó.

Su rutina combina la vida escolar, el entrenamiento y las competencias. Cursa en el Colegio Superior 50, donde el lunes posterior al campeonato fue recibido con un aplauso general de docentes, directivos y compañeros durante la apertura de la jornada. "La escuela la llevo bien; solo falto los viernes cuando hay carrera", cuenta entre risas, y destaca el acompañamiento de sus profesores.

Desde el Área de Deportes de la Municipalidad de Rufino, el secretario Ezequiel Groso felicitó públicamente al joven campeón y le obsequió una bandera de la ciudad. "Es un orgullo para Rufino ver crecer a nuestros jóvenes deportistas con tanta pasión y compromiso", expresó el funcionario durante el reconocimiento.

Aunque sus días giran en torno a las motos, Segundo lleva una vida sencilla. "Mi preparación es simple: hago moto dos o tres veces por semana, a veces menos, pero lo importante es mantenerse activo", explica. Entre entrenamientos y viajes, su tiempo libre lo dedica a la familia y a los amigos. "Lo mejor de este deporte es cuando gano y puedo festejar; lo más difícil es alejarme de casa cada fin de semana o cuando las cosas no salen como espero", confiesa con madurez.

La temporada del CAM lo encontró en gran nivel, compitiendo contra pilotos de más edad y con mayor experiencia. "Cada carrera es una enseñanza", asegura. Pero el camino no se detiene: aún le queda definir el Campeonato Provincial Cordobés, aunque por ahora prefiere bajar un cambio. "Tengo ganas de descansar y pasar algunos fines de semana en Rufino", dice, dejando ver que detrás del casco y la velocidad hay un adolescente que todavía disfruta de las cosas simples.

"Nunca dejar de intentar"

Fuera de la pista, Segundo se muestra tranquilo y de pocas palabras, aunque su entusiasmo por las motos lo delata enseguida. Tiene claros sus gustos y valores, esos que lo acompañan en cada carrera y en cada entrenamiento.

Su sueño por cumplir es "ganar más títulos". Cuando no está compitiendo, sus días transcurren entre la escuela, el gimnasio y alguna jornada de práctica. Dice que no podría elegir una sola persona importante porque "hay muchas especiales" en su vida, pero no duda al mencionar a su ídolo: Marc Márquez, el multicampeón español del MotoGP.

Su lema personal es breve pero contundente: "Nunca dejar de intentar". Antes de cada competencia, no tiene rituales ni cábalas, solo un momento de fe: "Le pido a Dios que salga como Él quiera".