El Verde se da un gusto grande: Defensores Talleres inauguró sus nuevos vestuarios

Defensores Talleres vivió una de esas jornadas que quedan marcadas en la historia interna de los clubes. No por un título ni por una tarde gloriosa dentro de la cancha, sino por algo que muchas veces resulta igual o más importante: consolidar bases sólidas para seguir creciendo. En ese marco, el “Verde” inauguró oficialmente sus nuevos vestuarios, una obra largamente esperada que se transformó en símbolo de una etapa de reconstrucción institucional, deportiva y social.

El acto reunió a dirigentes, socios, jugadores, colaboradores y autoridades municipales y provinciales, en un clima atravesado por la emoción y el reconocimiento al trabajo sostenido en el tiempo. El presidente del club, Juan Castro, fue el encargado de abrir la jornada con un extenso repaso histórico que permitió entender por qué este logro tuvo un valor tan profundo para la familia tallerista.

“Cuando asumimos por primera vez, allá por el ‘93, nos tocó devolver el Parque Español, que era nuestra principal fuente de ingresos. Nos quedamos con pocos dirigentes y con el club muy golpeado”, recordó. En ese contexto, destacó el acompañamiento de un grupo de socios y familias que decidieron no abandonar la institución: “Con la ayuda de Juan Valentín, la familia Rocha, la familia Fester, Mena y muchos otros, tratamos de llevar el club medianamente adelante”.

Castro repasó aquellas primeras obras que marcaron una etapa de resurgimiento, como la finalización y parquización del predio social y la inauguración de la pileta en enero de 1995. “Era un lugar para compartir los fines de semana, con asadores, mesas, bancos y una pileta pensada para las familias y los chicos”, evocó. Ese mismo año, en septiembre, llegó otro hito: la inauguración de la sede de calle Mitre, “una obra que hacía más de diez años que veníamos remando”.

Ordenar la casa para volver a crecer

Con el paso del tiempo, el club volvió a atravesar momentos complejos que derivaron en una nueva intervención dirigencial. En ese proceso, Castro destacó el rol determinante de Julio Heredia, a quien señaló como la persona que lo convenció de regresar. “Me mostró cosas que yo no creía: no figurábamos en el IGPJ, estaba todo caído. Ahí entendí que había que normalizar el club”, explicó.

Tras lograr la normalización institucional, llegó una etapa de revisión interna y decisiones difíciles. “Veía que el club estaba estancado, que las cosas no funcionaban. Entonces se dio lo que llamamos un abrazo solidario, con socios históricos y fundadores que se volvieron a unir para sacar al club adelante”, relató, nombrando a muchos de aquellos que volvieron a poner el hombro.

En ese camino, el presidente resaltó el rol clave de dos integrantes de la actual comisión: Cecilia Pedraza y Ramiro Basulto, a quienes definió como “fuertes colaboradores, laderos que cuidan la institución”.

“Vamos a hacerlo crecer”

El tesorero Ramiro Basulto tomó la palabra con un mensaje cargado de sentimiento y pertenencia. “En 2016 le dije a Juan que tenía a mi hijo en el club y él me respondió: ‘vamos a hacerlo crecer’. Acá estamos”, señaló. Basulto agradeció a socios, jugadores y colaboradores, y remarcó una forma de gestión que definió a la actual conducción: “Este club no tiene secretos, no roba, no vive de kioscos. Todo lo que se hizo fue para el club”.

También tuvo un recuerdo especial para personas que marcaron el camino, como Laura Villarreal, y destacó el acompañamiento permanente de quienes, aun sin estar en el día a día, siempre responden cuando el club los necesita. “Cada uno sabe que está. Hoy están acá porque sienten esto como propio”, expresó.

El respaldo del Estado y la palabra cumplida

Desde el ámbito institucional, Julio Heredia subrayó la importancia de acompañar a los clubes desde el Estado. “Solo el que está en el día a día de una institución sabe lo difícil que es. Por eso, desde el gobierno municipal y provincial vamos a seguir acompañando”, afirmó, cerrando con un grito que despertó aplausos: “¡Vamos el Verde todavía!”.

La senadora provincial Leticia Di Gregorio puso el foco en el valor de cumplir con los compromisos asumidos. “Recuerdo la primera vez que vine al club, recién asumía como senadora. Los vestuarios estaban muy caídos, daba hasta cosa mostrarlos, pero era la realidad”, relató. En ese momento, explicó, surgió el compromiso de acompañar cuando aparecieran los programas provinciales.

“Cuando firmamos el convenio del programa Brigadier, había desconfianza, y con razón, porque les habían mentido mucho. Hoy ver esto terminado es un orgullo, porque es la palabra empeñada y cumplida”, sostuvo, destacando el trabajo cotidiano de la comisión directiva: “Nosotros acompañamos, pero los que le ponen el lomo todos los días son ustedes”.

Un símbolo de nueva etapa

El cierre estuvo a cargo del intendente Leonel Chiarella, quien remarcó el valor simbólico de la obra. “Esto es muy emocionante. Si no fuera por ustedes, por su empuje y por la pasión que contagian, muchas de las cosas buenas que están pasando no sucederían”, expresó.

Chiarella recordó los momentos más difíciles del club, las asambleas tensas y los años de incertidumbre. “Hoy esto es el símbolo de una nueva etapa. Se sostiene porque hay amor por el club, tiempo dedicado y decisiones valientes”, afirmó. También ratificó el compromiso del Municipio y la Provincia para seguir acompañando futuros proyectos, incluyendo mejoras en el entorno urbano y accesos al predio.

Más que vestuarios, un proceso

La obra se enmarcó en un proceso iniciado tras la recuperación de la personería jurídica en 2021 y la asunción de la nueva comisión directiva en febrero de 2023. Desde entonces, el club avanzó en la mejora del campo de juego, la cancha auxiliar, espacios de entrenamiento con riego e iluminación, refacción de tribunas, compra de equipamiento, cancelación de deudas históricas y regularización legal, condición indispensable para poder gestionar recursos.

En Defensores Talleres, los nuevos vestuarios ya están listos para usarse. Pero lo que quedó definitivamente inaugurado fue algo más profundo: la certeza de que, con orden, compromiso y trabajo colectivo, el “Verde” puede seguir creciendo.