“Lamentablemente, gran parte de las provincias de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos están en una situación muy comprometida”, advierte la GEA. Respecto de la situación de un año atrás, en que dejaron de sembrarse un millón de hectáreas por falta de agua, la situación es aún peor.
En abril llovió 70% menos y mayo debiera duplicar la media para recomponer perfiles antes del trigo
Abril del 2023 exhibe una muy mala situación agroclimática, porque hacer trigo es una necesidad fundamental para buscar fondos frescos tras los resultados que deja la peor sequía de los últimos 60 años. “Con 100 a 120 mm de precipitación media, abril era un mes clave para recuperar los 150 a 200 mm que faltan en los suelos, como también es clave mayo, que suele dejar entre 40 y 70 mm”, detalla el informe.
Sobre las posibilidades de que mayo sea “disruptivo” y aporte un nivel anómalo de precipitaciones, Elorriaga sostuvo: “hoy, en este momento, no hay argumentos para decir que mayo pueda dejar lluvias por encima de la media. Tampoco para pensar en menos milímetros”.

“Lamentablemente, en 40 de los últimos 60 años las precipitaciones de mayo fueron iguales o inferiores a la media y, dependiendo de la región, en pocas ocasiones se duplicaron esos guarismos”, completó.
¿Y la siembra?
En las encuestas se sigue señalando una baja en la intención de siembra, con un rango que va de 15 a 60%. También se destaca la enorme necesidad que hay por hacer trigo y la gran falta de agua en los perfiles. “La situación es muy crítica, hay una gran necesidad económica de hacer el cultivo. Pero no hay margen de error. No se puede sembrar si no está la humedad necesaria”, dice un técnico de Cañada de Gómez.
Desde los alrededores de Rosario dicen: “una tercera parte de los productores le tiene terror al trigo por la inversión que se hizo el año pasado y el fracaso productivo que dejó y no lo va a sembrar. Otro tercio sí -al menos para multiplicar semilla-; y del tercio restante, una mitad está expectante por las lluvias de mayo y podría hacerlo”.

Desde el punto estrictamente agronómico se recomienda sembrar con agua útil superior al 65% (medida entre 1 y 1,8 metros de profundidad) porque, de esta manera, la probabilidad de que el cultivo experimente un déficit hídrico durante su ciclo es baja y hay una alta correlación con buenos rindes.
Por eso, en General Pinto recalcan que es fundamental contar con 150 a 200 mm en el perfil antes de poner en marcha las sembradoras. El panorama es muy complejo para el trigo 2023/24, porque se le suma el problema para financiar el capital de trabajo requerido.