En la provincia se “tilda” con rojo la presencialidad de las escuelas
(Por Mauro Muñoz para Mirador Provincial) El cuaderno de comunicaciones vuelve a sufrir las consecuencias del fibrón color pandemia. La “segunda ola” llegó antes de lo esperado, enfrentando al sistema nuevamente frente al mismo dilema: qué hacer con las clases ante el aumento de contagios.
El gobierno nacional y los provinciales planificaron, en el marco del Consejo Federal de Educación donde se reúnen periódicamente los ministros de todo el país, el regreso unificado de la presencialidad, advirtiendo que estaría condicionada por la circulación del virus. Para ello, se elaboró junto a la cartera de Salud un “semáforo epidemiológico” que fue aprobado en octubre, determinando los indicadores a tener en cuenta para señalar cuándo es recomendable habilitar o suspender el regreso a las aulas según niveles de riesgo alto, medio o bajo. Y también la Sociedad Argentina de Pediatría elaboró un instrumento similar.
El riesgo se calcula, según el CFE, como de nivel bajo cuando en la zona -mínima unidad geográfica definida por cada provincia- no hay casos o éstos son importados; cuando el factor de reproducción (RO) está en descenso y se ubica por debajo de 0,81 y si las camas no superan el 60% de ocupación. Es medio cuando hay transmisión local por conglomerados, si hay brotes controlados o son esporádicos los casos en la zona; el RO está estable entre 0,81 y 1,10 y las camas registran entre el 60% y 80% de ocupación. Y es alto cuando hay transmisión comunitaria sostenida; cuando el factor de reproducción va en aumento (RO superior al 1,11) y las camas de terapia ocupadas por arriba del 80%. Mientras que son dos los principales indicadores que toma SAP: la cantidad de casos nuevos cada 100.000 personas en los últimos 14 días (bajo, menor a 5; alto, mayor a 200), y el porcentaje de positividad de tests (bajo, menor al 3%; alto, mayor al 10) durante los últimos 14 días.
Números de la provincia
A poco más de un mes de iniciado el ciclo lectivo, el semáforo muestra señales de alerta sanitaria. Enero, febrero y marzo con los índices epidemiológicos controlados permitieron habilitar actividades presenciales, aunque con formato adaptado para disminuir los contagios: protocolos de higiene, asistencia por burbujas y alternando una semana en la escuela y otra a distancia (virtuales o impresas). Pero los números de abril ponen en aprietos también a este formato.
En la última semana, el ministerio de Salud de la Nación actualizó el mapa de riesgo epidemiológico a nivel país. En Santa Fe, la suba de departamentos comprometidos se elevó en dos semanas de 5 a 14. Lo están Rosario, San Lorenzo, Caseros, Belgrano, Castellano, Constitución, General López Iriondo, La Capital, Las Colonias, San Cristóbal, San Jerónimo, San Justo, San Lorenzo y San Martín.
Varios indicadores señalan una curva de contagios en ascenso en la provincia. La positividad de los test es de casi el 45%. El RO marcó 1,28 el pasado 17 de abril, fecha en que se volvieron a informar más de dos mil casos diarios tras 168 días. El cociente -confirmados acumulados entre los últimos 14 días y los 14 previos- llegó a 1,97 el último jueves donde se informaron 2.067 casos contra los 511 del 25 de marzo. La incidencia del 613 -contagios de los últimos 14 días por 100 mil habitantes. Y la cantidad de camas ocupadas se encuentra al límite según se ha dado a conocer, al punto que el propio presidente anunció la instalación de un hospital de campaña en la ciudad capital.
A clases entre agujas y burbujas
El presidente defendió, durante el discurso en su visita a Rosario el último viernes, la suspensión de clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires. Sostuvo que hubo crecimiento de los casos de chicos entre 0 y 19 creció un 200% y que la circulación aumenta un 30% con la comunidad educativa en las escuelas. ¿Qué hago? ¿Me hago el distraído? ¿Miro las encuestas?”, agregó, reiterando su postura sobre el tema.
A su vez, Fernández avaló las restricciones adoptadas por el gobierno santafesino, que procura sostener las clases presenciales, pese al aumento de contagios y ocupación de camas críticas, que lo llevaron a anunciar en el mismo acto la instalación de un hospital de campaña en la capital. “Santa Fe es la que más docentes vacunó. El problema de las clases presenciales está bastante resuelto”, remarcó el presidente.
La provincia inoculó a unos 70 mil docentes, completando el registro de inscriptos del nivel obligatorio, con Sinopharm. Aún restan los preuniversitarios y universitarios que, a la espera de más vacunas, iniciaron lentamente durante los últimos días. Mientras a nivel nacional definen si se aplicará o no la segunda dosis, las autoridades provinciales estudian si abrirán una nueva ronda de inscripciones para quienes no se hayan anotado en primera instancia y si incluye a personal de jardines maternales. Asimismo, la cartera santafesina se tomó el fin de semana para articular las restricciones con la presencialidad en las escuelas de turno noche.
Por su parte, los sindicatos docentes santafesinos advirtieron sobre el incremento de “burbujas rotas”, aunque por el momento sin reclamos directos. Esta semana, el Movimiento Obrero Santafesino -integrado por Amsafe y Sadop- lanzaron un comunicado donde solicitaron mayores medidas al Ejecutivo Provincial “para sectores laborales de todos los ámbitos”. “Se debe restringir aún más la movilidad de personas, y el transporte; adoptando las decisiones adecuadas para evitar la circulación y propagación del virus en tan delicado contexto”, apuntaron.
“Administrar” lo que viene
Luego de la decisión del presidente sobre las clases contraria a la opinión de su ministro de Educación, el gobierno nacional trabaja en un proyecto para organizar una “presencialidad administrada” en las escuelas de todo el país. Alberto Fernández se volvió a reunir con Nicolás Trotta que, tras los rumores sobre su salida, presentó las alternativas que su cartera maneja para “desplegar una agenda de presencialidad administrada que permita reducir la circulación” en zonas que presenten mayor riesgo epidemiológico debido al crecimiento exponencial de casos.
El plan de Trotta contempla una “disminución de la frecuencia de asistencia presencial” sosteniendo la asistencia presencial de “grupos priorizados” acordados por el Consejo Federal de Educación. Las poblaciones escolares “esenciales” serían aquellos estudiantes que no hayan podido mantener su continuidad pedagógica, niños y niñas de sala de 5 años del nivel inicial y primer ciclo del nivel primario, estudiantes de primer año del nivel secundario y alumnos con discapacidad que no forman parte de los grupos de riesgo con independencia del grado y modalidad en la que cursan.