Enfermera santafesina ganó un premio internacional por su investigación de cuidados paliativos neonatales

Valentina Chiaraviglio - María José Ramón

El Congreso Iberoamericano de Neonatología (Siben) es el encuentro más importante de la especialidad y cada año reúne a profesionales de toda la región en diferentes países. En su edición 2025, realizada en Cali, Colombia, tuvo una protagonista santafesina: Marina Chipoloni, del Hospital de Niños Orlando Alassia, fue la única enfermera argentina en exponer un trabajo de investigación en el evento.

Para llegar allí, Marina apeló a la comunidad: organizó rifas, bingos y recibió el apoyo de colegas, pacientes y vecinos. Ese esfuerzo colectivo tuvo su recompensa: regresó a Santa Fe con el primer premio, gracias a su investigación sobre la actitud de los enfermeros ante los cuidados paliativos en recién nacidos con enfermedades no curativas.

Un reconocimiento al esfuerzo que trasciende fronteras

La noticia del premio llegó tras su exposición en el Congreso Iberoamericano de Neonatología, realizado en Colombia. Para Marina, fue “una emoción terrible”, acompañada de gratitud hacia quienes hicieron posible su viaje. Este reconocimiento representa mucho más que un trofeo: simboliza la validación del trabajo de enfermería en una temática sensible y poco debatida como los cuidados paliativos neonatales.

“Valió la pena porque el trabajo era importante, valioso”, reflexionó la profesional, reafirmando su compromiso con las familias y los recién nacidos en situaciones críticas.

La investigación abordó la actitud del personal ante cuidados paliativos en neonatología.

Qué reveló su investigación

El trabajo premiado aborda la actitud de los enfermeros frente a los cuidados paliativos en recién nacidos con enfermedades no curativas. Según explicó Marina, el estudio fue seleccionado por su carácter “innovador” en un contexto como el de la provincia de Santa Fe, donde la formación en cuidados paliativos aún es limitada.

Durante su presentación, marcó una diferencia sustancial entre los sistemas de salud de Argentina y otros países. En Colombia y Europa, por ejemplo, muchos pacientes acceden a seguros privados; en cambio, en Santa Fe —y en buena parte del país— el sistema público garantiza la atención.

Ese acceso universal permitió a Marina destacar un enfoque humanizado: enseñar a la familia —especialmente a la mamá de cada paciente— a cuidar al recién nacido en su domicilio, con contención, recursos y seguimiento. De ese modo, contribuye a mejorar la calidad de vida, aunque el diagnóstico no sea favorable.

Marina Chipoloni, enfermera del Hospital Alassia, fue premiada en el Congreso Siben en Cali, Colombia.

Admiración por la salud pública argentina

Marina contó que varios colegas del exterior quedaron asombrados por su relato. Una enfermera española, al escuchar su exposición, dijo: “Me parece que me estás hablando del Garrahan". Para lo cual Marina respondió que el Alassia es “un escalón anterior": allí atienden a una población amplia del centro-norte de la provincia, y derivan casos complejos —incluso por telemedicina— hacia ese centro de referencia.

Esa comparación subraya el valor del sistema público argentino y demuestra que, incluso fuera del área metropolitana de Buenos Aires, la enfermería y la neonatología pueden alcanzar estándares de excelencia.

Hacia una formación más accesible y equitativa

Durante la entrevista, Marina advirtió un problema estructural: la mayoría de las capacitaciones y congresos se realizan en Buenos Aires, lo que dificulta el acceso para quienes trabajan en provincias. Muchos colegas deben compatibilizar guardias, gastos y tiempo de traslado. Por eso, espera que su logro abra puertas para traer este tipo de formación a Santa Fe, para que más profesionales puedan capacitarse sin necesidad de viajar.

Su mensaje a quienes recién comienzan en la carrera fue sencillo pero contundente: “Tienen que amar la profesión, simplemente eso. Es por el bien del paciente, no es por uno”.

El valor humano más allá de un diploma

Aunque el reconocimiento oficial tiene su peso, para Marina el mayor premio es otro: el abrazo de una mamá que recibió todas las herramientas para cuidar a su hijo. Ese tipo de gratitud, enfatizó, “no se compara con ningún galardón”. Para ella, ese abrazo —y la posibilidad de mejorar la vida de otras familias— es la verdadera victoria.

El logro de Marina Chipoloni demuestra que la vocación, cuando se combina con investigación y compromiso, puede transformar la realidad y visibilizar temas omitidos. Su premio en Colombia no es solo una distinción individual: es un llamado para reconocer, fortalecer y expandir los cuidados paliativos neonatales en Santa Fe y en todo el país.