Detenido en Piñero
Entre 30 y 34 años de prisión podría recibir el asesino de la hincha de Central

Así lo adelantó el fiscal que lleva adelante el caso por el homicidio de Ivana Garcilazo. Fue acusado de homicidio agravado por ser cometido con ocasión de espectáculo deportivo.
Carlos Retamal
Damián Reifenstuel fue acusado formalmente este viernes 4 de julio como autor del homicidio de Ivana Garcilazo, la hincha de Rosario Central que murió tras recibir un piedrazo en la cabeza en el atardecer del 30 de septiembre de 2023, cuando volvía en moto de ver el partido que el equipo del que era simpatizante le ganó a su clásico rival, Newell’s Old Boys.
Desde el penal de Piñero y por videollamada –algo que molestó a los familiares de Ivana que presenciaron la audiencia llevada a cabo en la sala 7 del Centro de Justicia Penal de Rosario, Reifenstuel, de 46 años, fue imputado por el fiscal Lisandro Artacho como coautor del delito de homicidio agravado por ser cometido con ocasión de espectáculo deportivo. El juez de primera instancia, Fernando Sosa, hizo lugar al pedido de la fiscalía y dispuso la prisión preventiva por el plazo de ley (al menos dos años).

Fuentes del Ministerio Público de la Acusación señalaron que Artacho, del equipo fiscal transitorio en violencias altamente lesivas, relató que Damián Reifenstuel, junto a Juan José Massón y Ariel Cabrera (estos dos últimos, ya imputados), se juntaron el 30 de septiembre de 2023 en una vivienda ubicada en inmediaciones de Catamarca e Iriondo a ver el partido de fútbol entre los clubes Rosario Central y Newell’s Old Boys. Que al finalizar el encuentro, los tres imputados se dirigieron hasta la intersección de calles Montevideo y Ovidio Lagos y unos minutos después de su llegada, Ivana Garcilazo, al igual que otras personas y vehículos, circulaban por Ovidio Lagos en sentido norte-sur. Ivana iba en una moto y al verla venir vestida con ropas que la identificaban como hincha de Rosario Central, los tres en forma conjunta, «tomaron baldosas de la vereda y las arrojaron violentamente contra la humanidad de la mujer, asumiendo y aceptando la posibilidad cierta y probable de provocar su fallecimiento, tanto por el impacto directo de las piedras a la persona que se encontraba en movimiento como por la posibilidad de hacerla perder el control del motovehículo e impactar contra el pavimento o ser arrollada por un vehículo».
En su relato, el fiscal remarca que Garcilazo sufrió un impacto en el cráneo que le causó un traumatismo encéfalo craneano grave y le produjo la muerte, por lo que cayó desvanecida de su moto. Tras esto, Reifenstuel y Massón huyeron del lugar por calle Montevideo hacia el oeste, mientras que Cabrera se acercó con intenciones de agredir al novio de la víctima, quien en ese momento detuvo su marcha en el lugar para auxiliar a su pareja. En ese encuentro, el novio de la víctima se defendió con una linga negra que tenía en su poder, la cual luego de un forcejeo quedó en manos de Cabrera, quien huyó del lugar por calle Montevideo con dirección al este y antes de llegar a calle Callao la dejó en un árbol en la vía pública.
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Crimen de odio
En diálogo con la prensa, el fiscal señaló que el caso es un crimen de odio, ya que querían matar a Ivana “por su condición de pertenecer a esta colectividad que es concretamente el Club Atlético Rosario Central”. Y aclaró que los crímenes de odio a los que se les puede dictar cadena perpetua son motivos religiosos, raciales o de género “lo que imposibilita a nuestro criterio poder avanzar sobre una pena perpetua” para los tres imputados.
Sin embargo, tras aclarar que todavía no presentó la acusación formal contra Reifenstuel, recordó que a los otros dos coimputados desde fiscalía se solicitó una pena de prisión de 30 años y que la querella pidió 34 años de cárcel para los tres.

Y sobre quien fue el que arrojó la piedra que impactó en la cabeza de la hincha de Rosario Central, quien por entonces tenía 32 años, dijo que hubo testigos presenciales en el lugar del hecho y que al menos uno de esos testigos “identifica claramente que el de buzo rojo, que es Reifenstuel, es el que le dio la piedra que le dio en la cabeza”.
Tras el crimen, la fiscalía en turno de la Unidad de Homicidios Dolosos chequeó varias cámaras de seguridad en la zona aledaña al lugar del ataque y de esta manera logró dar con al menos dos de los atacantes. Luego de difundir sus imágenes y datos personales, dos de ellos se presentaron en la sede de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), mientras que el tercero decidió fugarse.
Las detenciones
El primero en ser detenido fue Ariel Cabrera, quien se presentó en la sede de la AIC en la mañana del 12 de octubre, un día después que la Fiscalía diera a conocer su rostro y datos.
En la tarde del miércoles 18, en el marco de la audiencia imputativa, el fiscal Ávila contó que Cabrera no modificó su rutina desde el día 1, y “continuó trabajando en el Club Social Lux (donde daba clases de educación física). El punto de inflexión es cuando se dan a conocer los videos, una vez que se dan las imágenes es donde nosotros notamos el cambio total: físico, de rutina y del lugar de residencia”. Tras aclarar que no se pudo precisar donde estuvo durante 48 horas, "finalmente se sintió acorralado, su cara y su nombre estaban en todos los medios públicos, no podía ir al trabajo, no podía estar con su familia que ya le habíamos allanado todos los domicilios y decidió presentarse”.
El segundo en ser detenido fue Juan José Massón, quien tardó dos semanas más en entregarse. Lo hizo cerca del mediodía del jueves 26 de octubre, tras una serie de allanamientos realizados en su vivienda, ubicada en Humberto Primo al 1900, de barrio Ludueña y la de varios familiares.
Ambos quedaron detenidos por homicidio agravado por ser cometido en ocasión de espectáculo deportivo, por el plazo de ley (al menos dos años)
En tanto, por ese entonces se inició la búsqueda del profesor de química Damián Reifenstuel, quien según se supo en el marco de la investigación, se presume que cruzó a Bolivia a través de la localidad de Salvador Mazza (Salta), sin pasar por un paso migratorio custodiado. Con ese dato, desde el Ministerio Público de la Acusación se alertó al gobierno boliviano y se pidió su captura internacional a Interpol. Finalmente, en la mañana del martes 25 de febrero pasado, personal de Interpol lo encontró en el municipio de Samaipata, cercano a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), a Reifenstuel. Al momento de ser detenido, dio otro nombre, ya que se hacía pasar por uruguayo, aunque finalmente reconoció su identidad. Esa misma jornada fue trasladado a Sucre, y comenzaron a realizarse los trámites para su extradición, que finalmente se concretó casi 140 días después.