Volcán activo
Erupción del Kīlauea en Hawái: columnas de lava de 300 m y alerta por gases tóxicos

El volcán Kilauea, uno de los más activos del mundo, volvió a hacer erupción en la isla grande de Hawái, generando fuentes de lava de hasta 300 metros de altura. Aunque la actividad se concentra dentro del Parque Nacional de los Volcanes, las autoridades emitieron alertas por gases tóxicos y fragmentos de vidrio volcánico que representan un riesgo para la salud.
El miércoles por la noche, el volcán Kilauea registró una nueva erupción en el interior de la caldera Halemaʻumaʻu, dentro del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái. Esta actividad forma parte de una secuencia eruptiva sostenida que comenzó en diciembre de 2024.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), las fuentes de lava alcanzaron alturas de hasta 300 metros, generando imágenes espectaculares que rápidamente se viralizaron en redes sociales y medios internacionales.
Pese al dramatismo del evento, no hay poblaciones en riesgo inmediato, ya que la erupción se localiza en una zona remota del parque y no amenaza zonas habitadas ni infraestructura crítica.
Riesgos invisibles: gases y filamentos de vidrio
Aunque la lava no supone una amenaza directa, la erupción viene acompañada de la emisión de gases volcánicos tóxicos, como el dióxido de azufre, que pueden afectar la calidad del aire en áreas cercanas.
Además, el fenómeno genera “cabellos de Pele”, filamentos de vidrio volcánico que se forman al solidificarse gotas de lava en el aire. Estos hilos finísimos pueden provocar irritación en los ojos, la piel y las vías respiratorias si son inhalados o tocados.
Las autoridades ambientales emitieron una alerta sanitaria preventiva y recomendaron evitar el ingreso a las zonas cercanas a la caldera, incluso dentro del parque.

Un volcán activo y monitoreado
El Kilauea ha tenido 28 episodios eruptivos desde diciembre de 2024, aunque de diversa intensidad y duración. La anterior erupción significativa había ocurrido el 13 de junio, con fuentes de lava que no superaron los 100 metros.
Este nuevo evento marca un repunte en la actividad del volcán, por lo que el Observatorio Volcánico de Hawái mantiene un monitoreo constante con drones, imágenes satelitales y estaciones sísmicas.
En paralelo, el aviso para aviación se mantiene en nivel naranja, debido a la posibilidad de emisión de cenizas que podrían afectar el tráfico aéreo en la región.
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Precaución para visitantes y residentes
El Parque Nacional de los Volcanes sigue abierto al público, pero con restricciones específicas en las zonas más cercanas a la caldera.
Las autoridades instan a los turistas a respetar las señales, seguir las recomendaciones oficiales y evitar la exposición prolongada en áreas donde el viento pueda arrastrar gases o partículas tóxicas.
La nueva erupción del Kilauea reafirma su estatus como uno de los volcanes más activos del planeta. Aunque el evento no representa una amenaza inmediata para la población, sí plantea desafíos para la salud pública y la seguridad ambiental.
El monitoreo constante y la colaboración entre agencias científicas y autoridades locales resultan claves para mantener bajo control esta fuerza natural imponente.