Alianza estratégica
España y Uruguay piden volver a tratar el acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur

En una visita oficial a Montevideo, el presidente español y el mandatario uruguayo coincidieron en la “necesidad imperiosa” de concretar el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, en un contexto de creciente tensión comercial global y proteccionismo.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, arribó este lunes a Uruguay como parte de una gira regional en la que busca reimpulsar el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur.
En Montevideo, fue recibido por su par uruguayo Yamandú Orsi, con quien compartió una postura firme: es hora de cerrar de una vez por todas un tratado histórico que lleva más de dos décadas de negociaciones.
“El acuerdo entre la UE y el Mercosur no es solo comercial, es estratégico”, expresó Sánchez en rueda de prensa. Y remarcó que su concreción representa “la mejor manera de protegernos” ante la “guerra comercial” que impulsan algunos actores globales, en clara alusión a las medidas arancelarias del gobierno de Estados Unidos.
Orsi coincidió con el líder español y aseguró que “existe una oportunidad para América del Sur de integrarse al mundo en pie de igualdad”. Consideró el tratado como un paso hacia una “prosperidad compartida”, y aseguró que Uruguay está dispuesto a dar el impulso necesario para que finalmente se concrete.

Un tratado histórico que sigue pendiente
El acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur —conformado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia— se viene negociando desde 1999. Un entendimiento político se alcanzó en diciembre de 2024, pero el texto final aún debe ser revisado jurídicamente, traducido, firmado y ratificado por los parlamentos de todos los países involucrados.
De firmarse, sería el mayor tratado de libre comercio del mundo en términos de población, involucrando a más de 700 millones de personas. Además, abarcaría el 20 % del PBI global, generando nuevas oportunidades de exportación para ambos bloques y estableciendo reglas comunes sobre inversiones, medio ambiente y compras públicas.
Sin embargo, el acuerdo enfrenta resistencias dentro de la UE, principalmente por parte de Francia, que exige mayores garantías ambientales y fondos compensatorios para su sector agrícola. También hay presiones internas en algunos países del Mercosur por el impacto que podría tener sobre las economías locales.
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Inversiones, energía y cooperación
Sánchez también aprovechó la visita para destacar la relación bilateral con Uruguay. Señaló que España es uno de los principales inversores en el país sudamericano, con un monto que supera los 7.600 millones de dólares. “Queremos seguir apostando por Uruguay en sectores clave como energías renovables, agua, transporte e hidrógeno verde”, afirmó.
En ese sentido, reiteró el respaldo de su gobierno a los proyectos uruguayos de transición energética y valoró el compromiso de Montevideo con el desarrollo sostenible.
Además, se mostró dispuesto a trabajar para convencer a los gobiernos europeos más reticentes al acuerdo con el Mercosur. “España va a jugar un rol activo para que este tratado avance. Es una oportunidad que no podemos dejar pasar”, sostuvo.

Próximos pasos
Para que el acuerdo entre en vigencia, aún deben superarse varios pasos formales: la redacción jurídica definitiva, la traducción a los idiomas oficiales de la UE, la firma oficial por las partes, y luego su ratificación por cada uno de los parlamentos nacionales.
Tanto Sánchez como Orsi coincidieron en que este proceso debe acelerarse, sobre todo ante la nueva ola de proteccionismo que recorre el mundo. “El multilateralismo es la respuesta”, dijo el mandatario español. Y su par uruguayo agregó: “Hay que integrarse sin miedo, con dignidad y con visión de futuro”.
El renovado impulso que ambos líderes dieron al acuerdo UE-Mercosur parece marcar un punto de inflexión. Con una situación internacional cada vez más tensa y un proteccionismo en ascenso, el tratado aparece como una herramienta clave para construir puentes entre regiones y consolidar alianzas estratégicas.
Queda ahora en manos de los parlamentos y de la voluntad política avanzar hacia su concreción definitiva.