Fiesta clandestina en un parque céntrico de París en medio de la pandemia
Música, cientos de jóvenes y pocas precauciones. El evento es reflejo de un cansancio a las medidas de contención impuestas y de cierta impotencia de las fuerzas de seguridad para evitarlas
Cientos de jóvenes se reunieron este domingo en el parque Buttes-Chaumont, en el distrito 19 de París, para divertirse desafiando las reglas vigentes por el coronavirus. La fiesta improvisada, cuando promediaba un domingo con temperaturas que rondaban los 20 grados en la capital francesa, finalizó cuando los oficiales del parque debieron despejar con silbatos a los reunidos, poco antes del inicio del toque de queda que rige en el país desde las 7 de la tarde.
“Me inspira mucha consternación y mucha tristeza”, lamentó Mounir Mahjoubi, diputado francés y exsecretario de Estado. “Es irresponsable pusieron en peligro a todas las personas que les son queridas” comentaba a la prensa francesa haciendo un balance de lo sucedido.
“Hay un cansancio”, reconoció el legislador. Pero al mismo tiempo sostenía que “es irresponsable poner en peligro a todas las personas que les son queridas” por una fiesta.
Una discoteca al aire libre sin máscaras ni distanciamiento social: así reflejaban algunas imágenes de jóvenes que subían a sus redes sociales para compartir el momento. Poco después del inicio de la fiesta a cielo abierto, los guardias del parque intervinieron con calma para poner fin a la reunión ilegal. Los participantes se dispersaron justo antes del inicio del cierre del parque.
En las redes sociales, también se mostró la indignación contra esta fiesta clandestina y sus participantes. “Nuestros muertos te están mirando. Nuestros cuidadores te desprecian. En cuanto a los vivos, les escupes en la cara”, se leía en algunos tweets.
Otro usuario de la misma red escribía: “Indecente hacia el personal de enfermería. Indecente hacia las decenas de miles de pacientes hospitalizados. Indecente hacia todos los que sufren social, económica, sanitariamente. Simplemente indecente”.
Desde el 28 de agosto de 2020, el uso de un barbijo es obligatorio en los espacios públicos de París. Las reuniones de más de seis personas al aire libre están prohibidas y multadas, desde finales de marzo, en todo el país. Cualquiera que infrinja estas normas puede ser sancionado con una multa de 135 euros.
¿Cómo se controlan estas reuniones?
La policía interviene tratando de dispersar y evacuar a los reunidos. En todas partes, a orillas del Canal Ourcq o en las orillas del canal Saint-Martin, lugares que eligen los jóvenes en la capital francesa, la policía está a la guardia para intervenir, aunque reconoce cierta impotencia frente a los excesos.
Cada vez que se forma un gran grupo, se dispersa, en especial si rompen la regla de la burbuja o si están consumiendo alcohol en espacios públicos son las órdenes para policías y gendarmes.
A principios de marzo, Emmanuel Macron pidió a los jóvenes que aguantaran de cuatro a seis semanas.
“Hay cansancio, pero está con todos. Y es cierto que cuando decimos que la luz está al final del camino y que vamos a retomar nuestra vida, no va a pasar de la noche a la mañana”, señalaba el jefe de Estado.
En tanto el mes de junio puede ser bisagra para el plan de vacunación. El objetivo es que todos los adultos que lo deseen puedan vacunarse sin límites de edad y lograr una inmunidad que permita retomar una “normalidad”, en especial con el inicio del verano, lo que sumará la puesta en marcha de un “pasaporte COVID”.
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