Venado Tuerto
Gigliotti: “El cerebro puede ser nuestro mejor aliado o el peor enemigo”
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El neurocirujano y neurocientífico destacó cómo las tecnologías actuales permiten entender mejor el cerebro. Explicó cómo las emociones y los pensamientos pueden transformar nuestras vidas, y alertó sobre las secuelas del aislamiento y el uso excesivo de pantallas, especialmente en jóvenes.
“El conocimiento del cerebro evolucionó enormemente en los últimos años, y esto se lo debemos en gran medida la creación de tecnologías innovadoras que nos permiten observar cómo funciona el cerebro en vivo”, explicó Juan José Gigliotti, neurocirujano, psicoanalista y neurocientífico, durante su charla con Sur24.
“Hace 10 años no podíamos hacer lo que hacemos ahora. Antes, con técnicas como la electroencefalografía, un siglo atrás, se sabían muy pocas cosas. Pero desde la aparición de la tomografía en los años 70, la resonancia magnética en los 90, y luego la resonancia magnética funcional, podemos ver cómo trabaja el cerebro en tiempo real, mientras estamos conversando, jugando o resolviendo problemas”, detalló el subdirector de ENAP (Estudio para las Neurociencias Aplicadas).
Hoy en día, el acceso a sensores avanzados permite monitorear el cerebro mientras realiza actividades cotidianas. Sin embargo, "a pesar de los avances, aún hay muchas cosas que siguen siendo un misterio, pero la investigación continúa”, destacó.
“El cerebro, por naturaleza, consume una gran cantidad de energía. Eso lo lleva a buscar la manera de ahorrar recursos, a mantenernos en la zona de confort, donde todo es predecible y no exige grandes esfuerzos”, explicó.
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En sus palabras, el cerebro es un complejo dispositivo de ahorro de energía que prioriza lo conocido sobre lo desconocido. “Si analizás lo que hacés todos los días, verás que la mayoría de tus actividades son repetitivas, ya sea al despertar, al vestirnos, al comer, al trabajar. El cerebro te lleva por esos caminos porque no quiere gastar energía en lo nuevo. Si uno evaluara sus rutinas desde afuera, se sorprendería de lo mucho que repite, todo para evitar el gasto de energía”, aseguró el jefe del servicio de Neurocirugía del Sanatorio Castelli de Venado Tuerto.
Y continuó: “Lo curioso es que, cuando uno decide cambiar, aunque sea en pequeñas cosas, el cerebro empieza a reorganizarse. Con cada pequeño esfuerzo por salir de tu zona de confort, las neuronas se alinean en esa nueva dirección. Y eso, aunque parezca pequeño, es un paso gigante para cambiar la forma en que pensamos y vivimos”, subrayó.
“El cerebro es el mejor aliado que podés tener, pero también puede ser tu peor enemigo e incluso esclavizarte. Todo depende de cómo lo entrenes. Si lo dejás hacer lo que quiera, te llevará siempre al mismo lugar: la comodidad. Pero si te decidís a cambiar, él también lo hará”.
La emoción como motor del cambio
Para Juan José Gigliotti, la emoción juega un papel esencial en el proceso de cambio personal. “Las emociones son el combustible que pone en marcha el motor del cambio. Si no hay emoción, es muy difícil que el cerebro se decida a tomar una nueva dirección. Necesitás sentir algo profundo, algo que realmente te motive a dar el paso, porque si no, el cerebro simplemente no se involucra. El cerebro no responde a la lógica fría, responde a la pasión, a lo que te mueve desde adentro”, explicó.
“Cuando tenés una emoción poderosa, el cerebro empieza a liberar neurotransmisores como la dopamina, que es la hormona de la recompensa, y la serotonina, que está relacionada con el bienestar. Estos químicos no solo te hacen sentir bien, sino que también te motivan a seguir adelante, a seguir luchando por tus metas”, explicó. Y agregó: “El cerebro tiene un poder infinito, pero solo va a seguir la dirección que vos le indiques. Si estás preocupado por todo, tu cerebro se llenará de estrés, ansiedad y miedo. Pero si aprendés a cambiar esos pensamientos, a conectar con tus emociones, tu cerebro se convierte en tu mejor aliado”, concluyó.
Al hablar sobre ejemplos en el ámbito profesional, Gigliotti comparó esta dinámica con los fracasos de algunas empresas a lo largo de la historia: “Kodak no se adaptó a la era digital, Blockbuster no vio venir a Netflix. Y, en ambos casos, su fracaso fue por negarse al cambio. Si se hubieran dejado llevar por las emociones de la transformación, por ese impulso de querer hacer algo nuevo, probablemente habrían sobrevivido a la disrupción tecnológica. Lo mismo nos pasa a nosotros: si decidimos hacer lo mismo siempre, nos quedamos atrás”.
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“El cerebro necesita emociones que lo desafíen, que lo mantengan alerta. Es como tener un motor potente, pero si no lo usás, se apaga. Es como tener una Ferrari, pero sólo usarla en primera. Cuanto más se activa el cerebro, más ágil se vuelve. El cambio emocional, por pequeño que sea, genera un efecto dominó que mejora nuestra vida”, aseguró.
“No es fácil, pero todo empieza con la decisión de querer cambiar. Y si esa decisión está alineada con una emoción positiva, el cerebro se pone a trabajar para ayudarte a lograrlo. La transformación comienza desde el interior”, sostuvo.
Pensamientos que construyen o destruyen
Un tema central en el diálogo con Juan José Gigliotti fue el poder de los pensamientos y cómo estos influyen en el funcionamiento del cerebro. “Cada día, nuestra mente, en la adultez, genera entre 40 mil y 60 mil pensamientos. Y el cerebro, increíblemente, no distingue lo real de lo imaginario. Si le decís algo negativo, el cerebro lo asume como verdad, sin cuestionarlo”, dijo el miembro titular de la Asociación Argentina de Neurocirugía y del Colegio Argentino de Neurocirujanos.
Según sostuvo, esta es una de las razones por las cuales muchas personas permanecen atrapadas en pensamientos limitantes. “Si constantemente pensás que no podés lograr algo, el cerebro trabaja para confirmarlo. El cerebro necesita una certeza, y si vos le das una señal de ‘no puedo’, se alinea con esa creencia y genera emociones negativas, ansiedad y estrés”, explicó.
“Si te decís a vos mismo que no podés hacer algo, tu cerebro va a encontrar razones para que eso sea cierto. Pero si decidís pensar que podés, el cerebro empieza a buscar la forma de ayudarte a lograrlo, se alinea con tus decisiones y se convierte en tu aliado”.
El profesional también reflexionó sobre el efecto que esto tiene sobre el cuerpo. “Los pensamientos negativos, como la preocupación constante, liberan cortisol y adrenalina, dos hormonas relacionadas con el estrés. Esto afecta no solo nuestra mente, sino también nuestra salud física. Si mantenemos una mentalidad negativa, el cuerpo comienza a mostrar señales de agotamiento, ansiedad y enfermedad”, alertó.
Los devastadores efectos del aislamiento
En un contexto muy actual, Gigliotti también abordó las consecuencias del aislamiento, especialmente durante la pandemia. “El cerebro es social por naturaleza. Necesita interacciones, necesita conectarse. La soledad no es algo que podamos sobrellevar a largo plazo, y, de hecho, ya antes de la pandemia, el aislamiento estaba asociado con una vida más corta. Las personas que se aíslan, que se desconectan de su entorno social, tienen hasta diez años menos de vida”, precisó.
Este tema se vio acentuado por el aislamiento social de la pandemia de Covid-19 y el uso excesivo de las pantallas. “La pandemia no solo afectó nuestra salud física, sino que también tuvo consecuencias a nivel emocional y mental. La gente se sintió atrapada, desconectada, en constante estado de alarma, y eso generó un desequilibrio emocional muy fuerte. Lo que vimos con el aislamiento no fue solo un impacto psicológico, sino físico, en nuestra salud”, explicó.
Además, Gigliotti resaltó un dato alarmante sobre la salud mental de los jóvenes. “Hoy, en Argentina, hay un suicidio por día entre jóvenes menores de 12 años. Este dato es escalofriante, y nos habla de la magnitud del problema que enfrentan los adolescentes en la era digital”. Explicó que, aunque los jóvenes están conectados a través de las redes sociales, el aislamiento emocional sigue siendo un problema grave, ya que la falta de interacciones personales genuinas está afectando su bienestar emocional y psicológico.
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“El suicidio juvenil está creciendo a niveles alarmantes, especialmente en el contexto actual. La desconexión emocional y el aislamiento social, potenciados por el uso de las pantallas, son una de las principales causas detrás de esta tragedia”, afirmó, estadísticas oficiales en mano.
En la misma línea, añadió que, además de las redes sociales, la sobreexposición a los contenidos negativos y la comparación constante en plataformas digitales alimentan la baja autoestima y las ideas suicidas. “Es vital que los jóvenes aprendan a reconocer los efectos negativos de las redes sociales y encuentren formas de reconectarse con el mundo real. La salud mental debe ser prioridad, y es hora de cambiar la manera en que educamos sobre estos temas”.
Viajes internacionales y congreso en Venado Tuerto
El médico afincado en Venado Tuerto forma parte de la red internacional “Educando para la Vida”, que reúne a docentes, médicos, psicólogos, artistas y especialistas de diferentes áreas con el propósito de llevar herramientas de autoconocimiento y neuroeducación a todo el continente.
En los últimos meses, Gigliotti visitó República Dominicana, Ecuador, México, Bolivia, Perú y Chile, donde brindó conferencias y talleres enfocados en el funcionamiento del cerebro, las emociones y la importancia del aprendizaje continuo.
“Cada país nos enseña algo distinto sobre cómo las personas enfrentan el cambio y el miedo. En todos los lugares, sin importar la cultura, el cerebro humano reacciona igual: busca seguridad, pero también necesita desafíos”, puntualizó el especialista.
Antes de fin de año, tiene previsto visitar El Salvador y nuevamente México, para cerrar el ciclo anual de encuentros internacionales. Y anticipó que, para noviembre de 2026, se proyecta un congreso internacional en Venado Tuerto con la participación de destacados profesionales de América Latina.
“Queremos que Venado Tuerto sea sede de un evento que inspire, que nos una en torno a la educación emocional, la salud y el bienestar. Será un encuentro abierto, donde la comunidad podrá conocer cómo funciona su cerebro y cómo entrenarlo para vivir mejor”, completó.

