Gretel Folmer: Hoy es más necesario hacer reír
Gretel Folmer es actriz, payasa y comediante. Con sus personajes ha logrado recorrer cada uno de los escenarios de Venado Tuerto y gran parte de la región divirtiendo a grandes y chicos. Sin embargo, al igual que a muchos artistas que viven de su profesión, la pandemia por Civid-19 la afectó, los llenó de incertidumbre y obligó a tener que reinventarse para poder seguir adelante. Mientras espera poder volver a los escenarios, sigue buscando diferentes alternativas para poder seguir robando sonrisas, porque considera que “hoy es más necesario hacer reír”.
“Estos tiempos se atraviesan con mucha incertidumbre. Yo soy una persona que vive del arte, no tengo otro ingreso, por eso todo este tiempo fue muy complicado, como lo fue también para muchos de mis compañeros. Incluso siempre siguiendo y prestando atención a las medidas restrictivas que se iban tomando para ver qué se puede y qué no. También estoy todo el tiempo tratando de reinventarme, probando cosas nuevas, sobre todo en tiempos de pandemia, aunque muchas veces las ideas se van terminando”, comentó en diálogo con Sur24.
El año pasado, cuando arrancó la pandemia, Gretel se tomó como un desafío tratar de entretener, por eso “hacía un vivo casi todos los días a través de Instagram. Me di cuenta que era muy necesario, que la gente necesitaba esa distracción, por eso me lo había tomado como un compromiso con la gente. Lo hice por bastante tiempo hasta que me cayó la ficha a mí de que venía para largo el tema con los temores lógicos del momento”, relató. Y añadió: “La angustia misma no me dejó seguir, fui haciendo estos vivo cada vez más espaciados”.
A su vez Gretel empezó a incursionar en los saludos personalizados a través de videos. “Me puse a grabar videos por cualquier motivo, cumpleaños, aniversarios, con distintos personajes, aunque la que más salió fue Krapodina para los chicos. Ahí tuve otros desafíos, como por ejemplo aprender a editar videos”, contó.
Cuando las aperturas comenzaron a llegar, comenzó con las serenatas personalizadas, donde las personas recibían un pedacito de arte desde la ventana. “Hice burbujas, visitas de La Olga para el día de la madre para mujeres que estaban aisladas o guardadas. Eso estuvo buenísimo”, recordó.
Un duro golpe
El Covid también golpeó fuertemente a Gretel y su familia, porque en el mes de septiembre falleció su hermana, Estefanía a raíz de esta enfermedad. Esta dolorosa situación “cambió mi año completamente, había comenzado con mucha energía y con ganas de hacer reír”, cuenta, porque durante un tiempo su constante sonrisa se desdibujó y no “pude seguir haciendo cosas ni para mí ni para otros”. Los videos divertidos se convirtieron en publicaciones que llamaban a la reflexión de la ciudadanía y el pedido de cuidarse y cuidar a los demás.
El valor de la risa
“Hoy es más necesario hacer reir”, afirma la artista, aunque reconoce que “es probable que sea más difícil”, no sólo por la pandemia, sino porque “hay temas que los humoristas en general nos hemos tenido que replantear y me parece perfecto que sea así, sobre todo en lo referido al género, violencia, bullying u otras cosas que antes nos hacían reír y que ahora no. Esto nos invita a pensarnos más, que está bueno pero es un ejercicio que no estábamos acostumbrados a hacer”.
“Cuando se abrieron las salas culturales y empezamos a hacer las primeras funciones con público veíamos que la gente se reía muy fácil, tenía muchas ganas de reírse y nos agradecía mucho. Estas son las cosas que no hacen extrañar tanto los escenarios, ese ida y vuelta que uno tiene con la gente. En particular también extraño la comunión con Ivana Strenitz, mi compañera, con quien, aparte de trabajar, nos divertimos y jugamos mucho en escena, logrando un momento mágico con la gente”, indicó.
Artista tiempo completo
Gretel es terapista ocupacional, trabajó un tiempo en consultorio hasta que se dio cuenta que requería de herramientas para trabajar con niños. Eso la llevó al teatro, dando sus primeros pasos con Andrea Soldini, Horacio “Ñoti” Martínez y Sapicán Malatesta como profesores. “Me di cuenta que me gustaba mucho trabajar con niños, por eso en la primera gran inundación en Santa Fe armé un número de clown para llevar a los comedores”, recordó. Durante un tiempo ejerció las dos profesiones hasta que “dejé el consultorio para dedicarme a la actividad artística y me especialicé en eso primero como payasa y luego como comediante”.
Sus personajes
Para Gretel, el personaje que contiene la esencia de su persona es Krapodina (una payasa que hace maravillas con burbujas), que “soy yo puesta bajo la lupa, porque el clown hace ese trabajo, bucea hacia las profundidades de cada uno hasta llegar a lo que cada uno es. Potencia el payaso que todos llevamos dentro”, asegura.
Asimismo agregó que “otro personaje que yo quiero mucho es La Olga (una sexagenaria vecina de barrio) porque va en todos lados, siempre tiene algo para decir. Con la Stella (toda una vedette que habla todo el tiempo de sexo) lo que me pasa es que tengo mucha empatía con las mujeres, dice lo que muchas piensan y no se animan. Por eso son como los tres personajes con los que más trabajo”.
¿Búrbujas o sexo?
Al momento de elegir entre dos de sus propuestas -el sexo o las burbujas, Stella o Krapodina- respondió: “Me gusta rodearme de niños, porque son una fuente inagotable de magia y milagro. La infancia me parece un mundo fascinante. Por otro lado, el tema del sexo me he dado cuenta que hay una necesidad de abordarlo, porque el humor permite decir cosas que de otro modo no lo haríamos”.