En el corazón de Jaaukanigás
Inédita expedición micológica para descubrir el mundo oculto de los hongos en Santa Fe

Por primera vez científicos relevaron y documentaron la diversidad de hongos que habitan el humedal. Hallaron 62 especies. Pretenden elaborar la primera guía de hongos de la provincia, una herramienta clave para investigadores, educadores, guardaparques y público general interesado en la biodiversidad.
Por Nicolás Loyarte (El Litoral)
Días atrás se llevó a cabo la primera expedición micológica en una reserva ubicada en el Sitio Ramsar Jaaukanigás, en el noreste de la provincia de Santa Fe. La actividad científica marcó un hito para la región: por primera vez, un equipo interdisciplinario relevó y documentó la diversidad de hongos (funga) presentes en este humedal de importancia internacional, dando inicio a un trabajo pionero que busca saldar una deuda histórica en materia de conocimiento micológico en el territorio santafesino.
La expedición se realizó del 20 al 22 de junio en el marco de un convenio específico de Vinculación y Transferencia Tecnológica firmado entre la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y los propietarios de la reserva Doña Sofía, con el apoyo de la Secretaría de Turismo de la Provincia de Santa Fe. La iniciativa, impulsada también por la editorial de la UNL, apunta a la elaboración de la primera guía de hongos de la provincia, una herramienta clave para investigadores, educadores, guardaparques y público general interesado en la biodiversidad local.

Durante tres jornadas, integrantes de la Fundación Hongos de Argentina para la Sustentabilidad (FHAS) —entre ellos la Dra. María Constanza Ranieri, la Lic. Sabrina Tajani, la Lic. Clara Bo y la Prof. Analía Lezcano, delegada en Santa Fe— llevaron adelante relevamientos de campo con protocolos de bajo impacto ambiental. A lo largo de senderos previamente establecidos, las especialistas observaron, registraron y recolectaron ejemplares respetando la fragilidad del suelo y evitando dañar el micelio, formado por filamentos muy ramificados, que constituye el aparato de nutrición de estos seres vivos. Cada muestra fue documentada con fotografías georreferenciadas y características morfológicas, como forma, textura, color y olor, para su posterior análisis en laboratorio.
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El Jaaukanigás es un extenso humedal declarado Sitio Ramsar por su enorme valor ecológico a nivel internacional. Con más de 490 mil hectáreas, se trata de un entramado de islas, lagunas, esteros y selvas en galería que se despliega a lo largo del río Paraná. Su nombre, de origen abipón, significa “gente del agua”, y describe con precisión el espíritu del lugar: un ecosistema vibrante, húmedo y diverso, donde conviven y se interrelacionan miles de especies de flora, fauna y funga. Recorrerlo es ingresar a un mundo exuberante y vital, que late al ritmo del río y la vida silvestre.
La campaña
La metodología implementada por el equipo combinó tecnología de campo (GPS, lupas, libretas, cámaras, cuchillos y recipientes) con criterios científicos rigurosos. Se identificaron hasta el momento 62 especies, aunque muchos continúan en revisión, ya que requieren estudios microscópicos para su clasificación definitiva. Entre los grupos morfológicos hallados se destacan hongos con laminillas, poros, costras, copas, clavas, estrellas de tierra, polveras y los singulares hongos falos, conocidos por su peculiar morfología y olor fuerte, que atrae insectos para la dispersión de esporas que más tarde constituirán un nuevo individuo.

Entre los hallazgos más llamativos figuran especies como Blumenavia rhacodes y Clathrus sp., así como especies del género Geastrum (estrellas de tierra) y el enigmático “hongo diente sangrante”, que exuda un líquido rojizo cuando es joven, aún sin identificar a nivel específico.
Más allá del valor taxonómico, el relevamiento permitió un acercamiento único a un componente clave del ecosistema que muchas veces pasa desapercibido. “Caminar la selva en galería, observar las formas únicas que adoptan los hongos y abrir el ojo a un mundo oculto que emerge solo durante unos pocos meses del año fue una experiencia transformadora”, comparte la licenciada en Biodiversidad Paula Getar, coordinadora de la expedición y miembro de la reserva.
Aula verde
El impulso local fue clave para concretar esta actividad. Analía Lezcano, delegada territorial de la FHAS, fue quien articuló el vínculo entre la Fundación y la Reserva Doña Sofía, poniendo en valor su compromiso con el territorio. El apoyo logístico de la Editorial de la UNL, a cargo de Ivana Tosti, y el acompañamiento de la Secretaría de Turismo, a través de su director para el norte provincial, Samuel Sager, junto con el área de Ambiente de Villa Ocampo, resultaron fundamentales para garantizar el éxito del operativo.

El convenio firmado entre la UNL y Doña Sofía reconoce a esta reserva como un aula verde para el desarrollo de proyectos de investigación, educación ambiental y turismo responsable. Este primer relevamiento constituye, así, un paso inaugural hacia una línea de trabajo que se extenderá a lo largo del año, con nuevas campañas previstas para ampliar la base de datos y fortalecer la futura guía de campo.
Reino Fungi
Desde la Fundación Hongos de Argentina destacan que la visibilización del Reino Fungi es esencial no solo por su rol ecológico —en la descomposición, el reciclaje de nutrientes y las asociaciones simbióticas con plantas— sino también por su potencial cultural, medicinal y educativo. “El gran desarrollo de hongos puede constituir un atractivo particular tanto para residentes como para turistas. Pero su desconocimiento los hace invisibles”, afirma Ranieri, quien además subraya la importancia de la comunicación científica para acercar el conocimiento a la comunidad y derribar estigmas en torno a estos organismos.

“Los hongos son un componente vital en la estructura y funcionamiento de los ecosistemas”, aporta Lezcano. Este grupo es altamente diverso y sus integrantes desempeñan una gran variedad de funciones ecológicas y fisiológicas”, agrega. Entre sus principales funciones destacan las siguientes: son los principales organismos descomponedores de materia orgánica en todos los ecosistemas, intervienen en los ciclos del carbono y fósforo, modifican la permeabilidad y estructura del suelo. “Los hongos representan una fuente de alimento para algunos vertebrados (incluyendo mamíferos) e invertebrados; son hábitat de invertebrados, algas y otros hongos; participan en creación y alteración de nichos, sobre todo para invertebrados; establecen asociaciones mutualistas con plantas, termitas, hormigas y con algunas especies de algas”.

-En relación al conocimiento y los estigmas en torno a los hongos, ¿pueden ser aptos para el consumo humano?
-Algunas especies son comestibles. Cuando salimos a recolectar hongos para consumo debemos conocer de antemano las características de los hongos que buscamos. Para ello debemos apoyarnos en guías de identificación de la región, comunicarnos con un especialista en hongos (micólogo) o un conocedor de la funga de la zona -aclara Lezcano-. Por eso es tan importante este relevamiento y la elaboración de una guía exclusiva para la región.
Biodiversidad
En palabras de quienes impulsan esta iniciativa, el Jaaukanigás no es solo un paisaje biodiverso; es también un territorio de conocimiento y futuro. “Allí, en la convergencia entre ciencia, conservación y comunidad, los hongos comienzan a ocupar el lugar que merecen”, dice Lezcano.

La próxima campaña, prevista para agosto, será una nueva oportunidad para seguir desentrañando los secretos de este humedal extraordinario y completar una guía que promete cambiar la forma de ver y valorar este reino oculto bajo nuestros pies, en los árboles y en la naturaleza en general.