Estrategia oficial ante la falta de divisas
La apuesta del gobierno de Milei: tomar deuda en dólares para cumplir con el FMI

El economista Germán Rollandi analizó en “Primera Mañana” la nueva jugada del gobierno nacional para engrosar las reservas: tomar deuda externa y ofrecer bonos en pesos a cambio de dólares. Las dudas sobre su eficacia y el impacto en la economía real.
Gustavo Ocampo - María José Valdéz
Germán Rollandi, licenciado en Economía, explicó en el programa Primera Mañana que el gobierno de Javier Milei enfrenta un desafío urgente: obtener divisas para cumplir con compromisos externos, en particular con el Fondo Monetario Internacional.
Durante la etapa de liquidación de la cosecha gruesa, el Banco Central no logró acumular reservas como se esperaba. Frente a esto, la administración libertaria avanza con una estrategia dual: por un lado, un acuerdo repo con bancos internacionales y, por el otro, una inédita colocación de bonos en pesos que deben integrarse en dólares.

“Lo que busca el Gobierno es captar unos 4.000 millones de dólares que necesita para cumplir con el Fondo al 30 de junio. Y lo intenta haciendo atractivo el rendimiento en pesos, que está por encima del 29% anual”, explicó Rollandi.
El objetivo es captar capitales internacionales mediante un mecanismo de carry trade: invertir en pesos, obtener rendimientos altos, y luego salir del mercado cambiando nuevamente a dólares. Una apuesta que, según el economista, no apunta al ahorrista argentino, sino a fondos de inversión extranjeros.

Reservas en descenso y un superávit que se achica
El plan oficial llega en un momento clave. En julio, el país enfrenta un vencimiento de deuda de 4.300 millones de dólares, mientras las reservas del Banco Central siguen estancadas o en leve descenso. “Si las reservas no se recuperan, el pago de esa cifra puede golpear fuerte las expectativas del mercado”, advirtió Rollandi.
A esto se suma otro dato preocupante: la balanza comercial se deterioró rápidamente. “Pasamos de un superávit de 5.000 millones en el primer trimestre a apenas 500 millones. Eso refleja que estamos exportando menos e importando más”, detalló.
El fenómeno tiene también una cara visible en la vida cotidiana: el aumento del turismo emisivo, es decir, los argentinos que viajan al exterior. En el primer trimestre del año, creció un 67%, mientras que el ingreso de turistas extranjeros cayó más del 20%. “Esto implica una salida neta de dólares, justo cuando más se necesitan”, analizó.
¿Una solución de corto plazo?
Según Rollandi, el plan de financiamiento puede funcionar como una solución temporal para evitar una corrida cambiaria o un salto en la brecha. Pero está lejos de resolver los desequilibrios de fondo.
“Si esta colocación de bonos no tiene el éxito esperado, pueden volver los cimbronazos. La apuesta del Gobierno es total. Si sale bien, se gana tiempo. Si no, hay riesgo de inestabilidad”, concluyó.
En el corto plazo, el mercado estará atento al resultado de esta jugada financiera. Pero también a otros factores que influyen en la economía argentina: los precios de los commodities, el tipo de cambio y el humor social. Porque, como señaló Rollandi, “el problema no es solo conseguir los dólares, sino lograr que quieran quedarse”.