Mensaje de Navidad
La Arquidiócesis de Santa Fe advierte sobre "gente sufriendo" y "falta de empatía"
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El arzobispo de Santa Fe, Sergio Fenoy, y el obispo auxiliar, Matías Vecino, convocaron a la comunidad santafesina a vivir estas fiestas con amor y cuidado del prójimo. El llamado de la Iglesia local se da en un contexto social de violencia y exclusión que deteriora el tejido social, con especial preocupación por la situación en los barrios.
(Por Mariela Goy) - Los obispos de Santa Fe, monseñor Sergio Fenoy y el obispo auxiliar monseñor Matías Vecino, invitaron a la comunidad a redescubrir el sentido profundo del nacimiento de Jesús. Subrayaron la importancia de este mensaje en tiempos «donde se recurre con facilidad a la descalificación, el insulto, la humillación, la indiferencia o la cancelación del otro».
El escrito, que por primera vez lleva la firma conjunta de ambos, fue presentado este viernes por la tarde en un encuentro con periodistas en el Multiespacio de la UCSF (Moreno 2906).
La Navidad como paradoja y llamado a la acción
Consultado sobre el contenido central del mensaje navideño 2025, monseñor Fenoy detalló dos ejes claros. La primera parte aborda la paradoja de la Navidad: «un pueblo que esperaba un salvador revestido de poder, de guerra y dominio, y Dios que responde con un niño, inerme e impotente, pero lleno de amor y necesitado de amor».
En una segunda dimensión, esta paradoja se traslada a la vida cotidiana, instando a «cambiar el estilo de vida» y a empeñarse en transformar actitudes que «nos hacen mucho mal». El arzobispo enfatizó que el pesebre ofrece un mensaje «revolucionario y contracultural» que interpela tanto a creyentes como a no creyentes. «Hay que volver a refrescar los pesebres vivientes. La gente se conmueve cuando ve un bebé. Dios ha querido entrar así por esa puerta de la sorpresa y de la ternura», sostuvo.
Trabajo pastoral compartido y rol de los comunicadores
Monseñor Fenoy valoró especialmente el trabajo conjunto con el obispo auxiliar Vecino, expresando su «gran satisfacción» por compartir el «pastoreo y esta responsabilidad de la Iglesia en Santa Fe con otro hermano obispo». Remarcó que el signo de trabajar juntos «gusta mucho y hace mucho bien».

«Hay que volver a refrescar los pesebres vivientes», pidió Fenoy. Crédito: Gentileza
Asimismo, el arzobispo destacó el papel fundamental de los comunicadores en la sociedad santafesina. «En una sociedad que no quiere la violencia, la marginación ni la exclusión, y que busca la verdad y el bien común, ustedes están en primera línea. Contamos con ustedes y la gente cuenta con ustedes», afirmó. Además, anticipó la intención de visitar los medios el próximo año para fortalecer la cercanía y el diálogo.
La mirada sobre la realidad social santafesina
Al analizar el cierre del año en la Arquidiócesis y la situación social que atraviesan las parroquias, monseñor Matías Vecino puso el foco en el sufrimiento cotidiano que se observa en las calles de la ciudad.
«Hay mucha gente sufriendo. A mí me impacta un montón la cantidad de personas comiendo de la basura; creo que es la imagen más dolorosa que tenemos», lamentó. Agregó a este panorama la preocupación por la forma en que nos tratamos: «La falta de cariño, de empatía, aun cuando el otro no comparta tus ideas. Hay una gran falta de diálogo y de encuentro».
Monseñor Fenoy profundizó esta mirada a partir de sus recientes experiencias en los barrios más vulnerados. Mencionó su visita pastoral a Santa Rosa de Lima, un «barrio muy querido, pero muy castigado por la pobreza y la drogadicción», donde la droga «ocupa todo, llega a todos los espacios y destruye todo lo que encuentra».
El arzobispo también alertó sobre la creciente necesidad alimentaria. Contó que en las escuelas que visitan «se incrementó la necesidad de comer. Antes no se quedaban todos los chicos en el comedor y ahora se quedan todos, e incluso piden otra porción». Para Fenoy, estas son señales claras de que «hambre evidentemente hay mucha».
Llamado a la cercanía y reconstrucción comunitaria
Ambos obispos coincidieron en que el mensaje de Navidad no puede ser meramente intimista. Por el contrario, interpela a la acción concreta y al compromiso comunitario. «Que el Niño de Belén vuelva a tocar los corazones de cada uno de nosotros», expresaron. Desearon que la propuesta del pesebre se traduzca en gestos de cercanía, solidaridad y en la reconstrucción del tejido social en cada comunidad santafesina.

