La mirada de la Copain
La industria venadense y el desafío de adaptarse a un mundo más exigente y competitivo
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Jorge Álvarez, aseguró que el Parque Industrial no registra importantes bajas de empleo, pero sí muchas empresas iniciaron procesos de cambio.
El presidente de la Cooperativa de Parques Industriales (Copain), Jorge Álvarez, ofreció una mirada amplia y detallada sobre el presente del sector productivo local, en medio de un entorno económico que definió como “altamente dinámico” y condicionado tanto por políticas internas como por movimientos globales. Las declaraciones llegaron luego de que dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) manifestaran preocupación por despidos en algunas fábricas (unos 200 en los últimos seis meses) y anticiparan un escenario incierto para los próximos meses.
Álvarez aclaró desde el inicio el alcance de su rol: si bien preside Copain, la representación gremial empresaria corresponde a la Cricex. Por ello, su análisis se centra en la realidad productiva del Parque y en el movimiento general del entramado industrial local.
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Sin cambios bruscos
En su evaluación, el dirigente aseguró que no se observan modificaciones significativas en los niveles de empleo dentro del Parque Industrial, aunque reconoció que hay empresas que ajustaron personal y otras que incorporaron trabajadores. La clave, sostuvo, está en entender ese comportamiento dentro de un ecosistema de alta rotación y reconversión permanente.
“No estamos viendo grandes movimientos ni mucho menos, explicó. Ha habido empresas que han dejado algo de personal y otras que están tomando, pero no vemos un movimiento importante”. Sin embargo, remarcó que cada caso individual tiene impacto: “Por más que uno diga menor, es gente. Y cuando le toca a uno, no me importa si son muchos: me tocó a mí”.
Álvarez señaló que los cambios no responden exclusivamente a la política económica del Gobierno nacional, sino también a factores vinculados a la producción y al contexto internacional: “Hay actividades que se ven afectadas por cuestiones locales y otras por situaciones globales”.
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Competencia con China
La irrupción de productos chinos a precios muy bajos es uno de los factores que más tensión genera en ciertos segmentos industriales. Según Álvarez, la dinámica del mercado global se volvió más agresiva desde la disputa comercial entre China y Estados Unidos.
“China salió al mundo con valores muy bajos y para quienes tienen a China como competidor es complejo”, subrayó. Esa situación, sumada a la caída del consumo interno, crea lo que definió como un “combo complicado”, donde el cliente final elige con mayor cautela y busca alternativas más económicas.
Explicó que la industria local trabaja tanto con usuarios finales como con empresas intermedias que dependen del comportamiento del consumidor: “Ese cliente, dependiendo de la situación, compra o no compra. Y hoy el mundo está muy dinámico en ese sentido”.
A su vez, dijo que la información que reciben desde la Federación Industrial refleja una realidad heterogénea: mientras que la producción automotriz experimenta una caída importante, la metalmecánica vinculada a la agroindustria muestra un repunte significativo, lo cual genera una suerte de “compensación parcial” dentro del entramado productivo.
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Adaptarse o retroceder
El presidente de la Copain insistió en que el desafío central para la industria es la reconversión: actualizar procesos, modernizar sistemas de gestión y capacitar a los trabajadores para sostener la competitividad.
“Tenemos que adaptarnos tecnológicamente, adaptarnos desde la gestión, adaptarnos desde la capacitación a nuestros empleados”, señaló. En esa línea, anticipó que un grupo de empresarios viajará el año que viene a Japón para participar de instancias de formación orientadas a mejorar productividad, eficiencia y organización interna.
Álvarez enfatizó que ya no es posible sostener la rentabilidad únicamente mediante devaluaciones:
“No podemos ser más competitivos y eficientes solamente con el tipo de cambio. Tenemos que competir como corresponde”.
También planteó que algunas actividades podrán sostenerse en este nuevo escenario y otras quizás no, pero afirmó que el tejido industrial tiene capacidad para reorganizarse: “Seguramente cada uno va a encontrar la vuelta para adaptarse, reconvertirse y posicionarse”.
Competitividad y estabilidad
Consultado sobre si las condiciones mejoraron para la industria, Álvarez señaló que aún se espera que el panorama político, especialmente tras las elecciones de medio término, defina si habrá nuevas legislaciones que incidan en el sector. “Estamos siempre en un dinamismo que nos hace las cuestiones más complejas”, dijo.
Lo que sí consideró indispensable es la previsibilidad en materia cambiaria: “Nuestro gasto fijo es un costo en dólares alto”, explicó, y aunque reconoció que el salario de los trabajadores es bajo, también advirtió que ese desfasaje impacta en la competitividad de las empresas exportadoras.
El problema, indicó, no es solo el nivel del dólar, sino su inestabilidad. Sin un horizonte más claro, la industria encuentra dificultades para acceder a financiamiento en dólares, clave para inversiones en infraestructura o maquinaria de alto costo. “Lo más importante es lograr estabilidad”, resumió.
Sostener el empleo
Aun frente a las tensiones actuales, Álvarez afirmó que las empresas no buscan reducir personal:
“Cada vez más, a partir de la necesidad de capacitación y conocimiento específico, nadie quiere desprenderse del personal”.
Según explicó, las compañías están enfocadas en reorganizar tareas, mejorar procesos internos y reasignar funciones para evitar pérdidas de puestos de trabajo y, al mismo tiempo, ajustarse a las nuevas demandas.
El industrial concluyó con un mensaje que resume el espíritu del sector: “Le vamos a encontrar la vuelta como le venimos encontrando hasta ahora”.

