Tecnología y empleo
“La inteligencia artificial no reemplaza empleos, transforma el trabajo”

Leonardo Zequin, ingeniero industrial y docente, analizó el impacto de la inteligencia artificial en el mundo del trabajo. Advierte que más que temerle, hay que incorporarla con inteligencia. “Los puestos que no desaparecen, cambian”, afirma.
(Por María José Ramón y María José Valdéz) - El avance de la inteligencia artificial genera entusiasmo y preocupación en partes iguales. Para Leonardo Zequin, ingeniero industrial y docente universitario, el temor a que esta tecnología elimine empleos es comprensible, pero desmedido.
“Obviamente que va a haber cambios en el mundo laboral, y aquellos trabajadores que no la adopten como una herramienta van a estar en desventaja. Pero así como desaparecen puestos, aparecen otros, muchas veces más especializados y mejor remunerados”, sostuvo en diálogo con Primera Mañana.
Zequin se define como un entusiasta de la IA y remarca que el verdadero riesgo no está en su avance, sino en quedar rezagados. “La desventaja principal va a estar en no adoptarla como una herramienta de trabajo diario”.
Productividad al alza
El ingeniero explicó que las herramientas de IA disponibles actualmente -muchas de uso gratuito o con versiones básicas- permiten aumentar significativamente la eficiencia en el trabajo cotidiano.
“Hoy no sé cómo trabajaba antes sin estas herramientas. Para resumir reuniones, armar informes o estudiar sin leer documentos enteros, son claves. Te ahorran tiempo, y ese tiempo se transforma en más capacidad productiva”, señaló.
Incluso, destacó que algunos estudios ya estiman que, con una implementación adecuada, se pueden ganar hasta dos horas de productividad diaria por trabajador. “En una empresa, eso representa mucha plata al final del mes”, agregó.
Sin embargo, Zequin también marcó una dificultad concreta: “Es muy difícil para el empresario medir el retorno de inversión de estas herramientas. Aunque una licencia individual no parezca cara, si no se aplica bien, el gasto no se justifica”.
Zequin analizó el impacto de la inteligencia artificial en el empleo.
El desafío educativo y la brecha local
Uno de los sectores donde la IA todavía no se implementa masivamente, pero podría hacerlo con gran impacto, es la educación. Para Zequin, allí el debate apenas comienza. “Las formas de enseñar y aprender cambian con estas herramientas. Sirven tanto para los alumnos como para los docentes: ahorran tiempo en planificación, corrección y permiten crear actividades más dinámicas”.
Sin embargo, la incorporación al sistema educativo es lenta. “Es una mezcla de desconocimiento y rigidez institucional. Y hay que tener en cuenta que esto avanza semana a semana: lo que capacitamos la semana pasada ya puede estar desactualizado”.
Consultado sobre el desarrollo local de IA, fue categórico: “En Argentina no hay empresas que estén entrenando modelos propios. Lo que se hace es adoptar herramientas desarrolladas por grandes corporaciones, porque el proceso de creación es muy costoso”.
¿Quiénes se están subiendo al tren?
Según Zequin, los rubros que más están adoptando la IA son aquellos ligados al manejo de información: administración, recursos humanos, tareas de oficina. “En estos sectores, si sabés aplicar bien las herramientas, podés multiplicar tu productividad hasta en un 50%. Las tareas repetitivas o de lectura extensa se resuelven en minutos”.
En cambio, en sectores más manuales, como los de trabajo físico o de campo, la adopción es más lenta, aunque anticipa que la robótica -alimentada también por IA- será la próxima gran revolución.
“La IA no reemplaza personas, transforma trabajos”, afirmó Zequin.
Una transición inevitable
Tanto trabajadores como empleadores muestran inquietudes específicas frente a esta transformación. “El trabajador pregunta dónde puede aplicar la IA para hacer su tarea más rápida y eficiente. El empresario quiere saber cuándo verá el retorno. Al principio cuesta, pero cuando notan que una tarea que antes tomaba dos semanas ahora se resuelve en tres días, no quieren volver atrás”, concluyó Zequin.