Madre guerrera
La lucha de Estefanía: espera a su bebé mientras enfrenta el cáncer
El 20 de febrero tiene programada la cesárea para dar a luz a Fausto, que la acompañó en el inicio del tratamiento.
La historia de la venadense Estefanía Belén Sequeira González es un testimonio de lucha, esperanza y amor incondicional. A sus 33 años, la profesora de geografía y madre de un pequeño de 4 años, enfrenta uno de los desafíos más grandes de su vida: un diagnóstico de cáncer de mama en medio de un embarazo.
Todo comenzó en mayo del año pasado, cuando Estefanía notó un pequeño bulto en su mama derecha. Los temores la hicieron dudar en acudir al médico, pero en junio se realizó una ecografía. Los resultados alertaron a la especialista, quien le recomendó una mamografía urgente. Así comenzó un camino de estudios y consultas con distintos profesionales, que culminó en agosto con una visita al Centro de Mastología de Rosario, donde recibió el temido diagnóstico.
"Cuando el médico vio mi mamografía, ya me hablaba de una mastectomía. Para mí fue un impacto enorme", relató. A pesar de que se había realizado pruebas de embarazo previamente con resultados negativos, en septiembre, al someterse a nuevos estudios, descubrió con sorpresa que llevaba 16 semanas de gestación.
"Enterarnos de la llegada de Fausto fue tocar el cielo con las manos", confesó emocionada.
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El tratamiento durante el embarazo
El embarazo modificó el protocolo de tratamiento, pero no lo detuvo. La oncóloga le aseguró que podía recibir quimioterapia sin afectar al bebé. Así comenzó con las "quimios rojas", un tratamiento agresivo, pero compatible con su estado. "Desde que supe de Fausto, todo cambió. Fue mi fuerza para seguir adelante", afirmó.
Su cesárea está programada para el 20 de febrero, cuando Fausto cumplirá 36 semanas de gestación. "La oncóloga me explicó que, si esperaba más tiempo, todo el tratamiento no habría servido de nada. Entonces decidieron adelantar su nacimiento".
El apoyo incondicional
La comunidad de Venado Tuerto ha jugado un rol clave en su lucha. Desde el inicio, sus compañeros docentes y amigos se movilizaron para ayudarla a costear las biopsias, que tenían un costo elevado. "Realizamos ventas de pollos, rifas, y la respuesta de la gente fue impresionante", destacó.
Además, forma parte del grupo OncoAmigas, un colectivo solidario que fabrica pelucas para pacientes oncológicos. "Es una forma de devolver todo el amor y apoyo que recibí", afirmó con gratitud.
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La llegada de Fausto
A pesar de los desafíos, Estefanía mantiene la esperanza. "Fausto me acompañó en cada sesión de quimioterapia. Se mueve en la panza cuando me conecto a la máquina, es un guerrero".
Una vez que nazca su hijo, continuará con 12 sesiones más de quimioterapia y luego una cirugía. "No podré amamantarlo, pero una gran amiga hizo un banco de leche para él. Ese gesto de amor no tiene precio".
Una cadena de solidaridad
La historia de Estefanía ha movilizado corazones. Se ha lanzado una campaña solidaria para ayudarla en los gastos médicos y la estadía en Rosario, donde recibirá atención especializada. Quienes deseen colaborar pueden hacerlo a través del alias: estefi.sequeira
"El cáncer me trajo miedo, pero también me trajo la mayor alegría de mi vida: mi hijo. Es difícil, pero tengo fe en que vamos a salir adelante juntos", concluyó.