"Justicia divina"
La trama detrás del caso Maradona, tras el apartamiento de la jueza

Julieta Makintach fue apartada del juicio por la muerte de Maradona tras revelarse que protagonizaba un documental secreto sobre el proceso. La dimensión internacional del escándalo contrasta con el respeto que mantiene la figura de Diego en el exterior. Y una frase de 1996 resuena como presagio inquietante.
Carmelo Calderón Bourband
El Tribunal Oral N°3 de San Isidro apartó a la jueza Julieta Makintach del juicio por la muerte de Diego Armando Maradona luego de comprobarse su participación activa en la filmación de un documental titulado Justicia Divina.
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La producción, de la que se conocieron guion y tráiler, estaba centrada en su figura como magistrada y mostraba imágenes grabadas dentro del tribunal, incluso antes del inicio del juicio.
El guión, de 14 páginas, revela que Makintach era la narradora omnipresente de la historia. Desde escenas preparándose en su casa hasta primeros planos escuchando declaraciones judiciales, cada gesto parecía ensayado para las cámaras. “Toda mi vida me preparé para esto. La vida o Dios me puso aquí, para hacer justicia”, dice en uno de los fragmentos que hoy comprometen su futuro judicial.

La denuncia y el impacto político
La diputada bonaerense Florencia Retamoso pidió su destitución por mal desempeño. El Jury de Enjuiciamiento deberá evaluar si corresponde suspenderla e iniciarle un proceso de remoción. La Universidad Austral, donde era docente, también le inició un sumario y la suspendió.
El caso pone en jaque a todo el sistema judicial de San Isidro, no solo por la falta de imparcialidad, sino por la utilización mediática de un juicio de altísimo perfil. La magistrada, hija del juez Juan Makintach, tiene además vínculos con la productora Pegsa, desde donde se realizaron grabaciones sin autorización judicial ni consentimiento de los testigos ni familiares.
La causa principal investiga la responsabilidad de ocho profesionales médicos por presunto homicidio con dolo eventual. La fiscalía sostiene que Maradona fue sometido a un tratamiento “imprudente y deficiente” que lo dejó “abandonado a su suerte” durante su agonía. La defensa, en cambio, habla de un cuadro de salud complejo y una muerte inesperada.
El juicio ya tuvo 19 audiencias con 44 testigos, incluidas las hijas del Diez.

Maradona, intocable (pero no en casa)
El escándalo recorrió medios de todo el país y llegó a España, donde El País habló directamente de un “bochorno mundial”. En Italia, en cambio, donde Diego es venerado, el tratamiento fue casi nulo. Allí, donde cada año se celebran homenajes, se construyen parques temáticos y se elevan misas por su figura, las controversias judiciales parecen no tener eco.
Su figura sigue siendo la del genio redentor, no la del mártir mediático.
Esa diferencia de enfoque revela el doble trato que Maradona recibe: ídolo intocable afuera, pieza de desgaste en su país. La polémica con Makintach no es solo un golpe al juicio; es un reflejo de cómo, aún muerto, sigue siendo usado por todos los poderes.

“Tampoco muerto encontraría paz”
En 1996, Diego pronunció una frase que hoy toma otro sentido:
“Me utilizan en vida y encontrarán el modo de hacerlo estando muerto”.
Casi tres décadas después, sus palabras reverberan con escalofriante exactitud. No es casual que el primer capítulo del documental de Makintach se titule “La justicia y los lugares”, ni que el segundo —que iba a grabarse— se llamara “La justicia y los dioses”. En ese juego de ficciones, Maradona ya no es sujeto de justicia: es personaje de una serie sin final.