Centralismo porteño en la distribución de fondos
Mirabella denuncia abandono del Monumento a la Bandera
El diputado nacional por Santa Fe advirtió que la obra de remodelación lleva casi una década inconclusa y reclamó que se priorice su finalización.
El diputado nacional Roberto Mirabella denunció el estado de abandono en el que se encuentra la remodelación del Monumento Nacional a la Bandera, cuya intervención comenzó en 2015 y aún tiene un 65% de los trabajos pendientes de ejecución. En este sentido, apuntó contra el Gobierno Nacional por la falta de fondos para completar la obra, mientras que destina recursos millonarios a proyectos en Buenos Aires.
"El esquema se repite una y otra vez: mientras las provincias productivas aportan los recursos, los fondos se destinan al lujo del AMBA, dejando al interior postergado. Esto no es federalismo, es centralismo disfrazado", criticó el legislador santafesino, al comparar la situación del Monumento con la restauración de la Confitería del Molino, en la Ciudad de Buenos Aires, que recibió una inversión de casi 23 millones de dólares entre expropiación y remodelación.
Fondos o traspaso de la obra a Santa Fe
Ante la falta de avances, Mirabella reclamó que el Gobierno Nacional asuma el compromiso de priorizar la culminación del Monumento a la Bandera o transfiera su administración a la provincia de Santa Fe, de modo que sea el propio Estado santafesino quien financie y ejecute la obra.
“El Monumento a la Bandera es un emblema de la identidad nacional y merece un tratamiento acorde a su importancia histórica y simbólica. No puede ser que después de cuatro gobiernos sigamos esperando su puesta en valor", enfatizó el diputado.
Desde el oficialismo santafesino insisten en la necesidad de una distribución más equitativa de los recursos federales, advirtiendo que las provincias del interior, pese a ser motor productivo del país, ven relegadas sus necesidades en favor de las prioridades del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Mientras tanto, el Monumento a la Bandera, inaugurado en 1957 y considerado uno de los íconos más representativos del país, continúa en estado de deterioro, a la espera de una decisión política que destrabe su restauración definitiva.