Motivos del cambio de estrategia del Gobierno con las vacunas Sinopharm
El Ministerio de Salud había diferido a tres meses la aplicación del refuerzo. Cuáles son las dudas sobre este suero chino que provocaron un giro en la decisión.
El Ministerio de Salud, en consenso con las carteras provinciales y siguiendo la recomendación del comité de expertos que asesora a Alberto Fernández, dispuso el 26 de marzo diferir por tres meses la aplicación de la segunda dosis de vacunas contra el coronavirus. En un contexto de escasez, la medida apuntó a inmunizar a una mayor cantidad de personas ante la llegada de la segunda ola y la circulación de nuevas variantes.
La Sinopharm tiene una particularidad: se emplea el mismo producto para la primera y segunda dosis, lo cual le permitió al Gobierno avanzar en el plan de vacunación en lugar de generar una reserva de vacunas destinadas a completar la inmunización. Sin embargo, la medida generó polémica por dos razones: no hay datos sobre la eficacia de la vacuna china tras el suministro de una primera dosis, ni tampoco existen certezas sobre la conveniencia de diferir la segunda dosis a un lapso de 90 días.
El Gobierno comunicó que la nueva partida de un millón de vacunas chinas que arribarán al país este fin de semana se utilizará en personas que ya tengan aplicada la primera dosis, entre ellas 500 mil docentes. El giro en la estrategia apunta a despejar esas dudas.
En el comunicado emitido este jueves, el Ministerio de Salud señaló además que con el arribo del nuevo componente “se darán por cumplidos los contratos celebrados y vigentes a la fecha con el laboratorio productor”. Es decir, la falta de garantías sobre la llegada de nuevas partidas tornaron necesario completar el esquema de segundas dosis previstas con esta vacuna.
“No es que no se pueda diferir, sino que todavía no está toda la información que tienen las demás vacunas. Entonces ahí no solo pesa esta situación, sino que pesa la implementación y la Justicia”, reconoció Carla Vizzotti, ministra de Salud de la Nación, aquel 26 de marzo en que se anunció la estrategia de espaciar la aplicación de la segunda dosis. Ese mismo día, la ANMAT despejó otro de los interrogantes que rodeaban a la Sinopharm al recomendar su uso en personas mayores a los 60 años.
De la vacuna se sabe que alcanza una eficacia del 79,34% con las dos aplicaciones. Así lo anunció el propio laboratorio chino el 30 de diciembre pasado, cuando dio a conocer el primer análisis interino de los resultados del ensayo clínico de la fase III. Nunca se publicaron datos sobre su eficacia con una primera dosis ni la conveniencia de diferirlas más allá de los 21 a 28 días recomendados.
Las otras vacunas utilizadas en la Argentina sí exhiben datos en ese sentido, y son más permeables a la estrategia adoptada por la Casa Rosada ante la escasez de vacunas. Los estudios publicados sobre la Sputnik V indican que su eficacia contra la infección sintomática por el virus SARS-CoV-2 alcanza el 73% luego de 18 días de recibida la primera dosis, y se eleva al 91,4% tras la segunda. La AstraZeneca-Oxford, en tanto, logra un 63% de efectividad luego de 14 días de la primera dosis, y sube al 82% luego de 12 semanas.
“En un contexto donde la única certeza es la escasez de vacunas, con información parcial, fragmentada e imperfecta apostaron a la opción que implica la posibilidad de salvar más vidas en menos tiempo. Es exactamente lo que hizo el Reino Unido”, evaluó Humberto Debat, virólogo e investigador del Conicet.
Eduardo López, infectólogo y miembro del comité asesor presidencial, subrayó: “Con buen criterio rectificaron esta pavada que habían hecho de diferir la segunda dosis a 90 días y van a completar con las dos dosis, que es clave”.
“Entiendo que la finalización del contrato y la falta de seguridad sobre la recepción de nuevas dosis apuraron esta decisión. Tanto AstraZeneca como Sputnik cuentan con más datos sobre su eficacia con una primera dosis, pero no sé si esto influyó en la decisión”, aportó Pablo Bonvehí, jefe de infectología del CEMIC.
Ángela Gentile, jefa de epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, consideró: “Debe haber influido la falta de algunos datos sobre la Sinopharm”. Y en el mismo sentido, Mario Lozano, virólogo e investigador del Departamento de Ciencia y Tecnología de la UNQ, agregó: “Entiendo que prevalece un criterio precautorio, al no haber certezas sobre la conveniencia de diferir la segunda dosis”.
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