Crisis
Ola de calor en Europa: 2.300 muertes atribuidas al cambio climático

Un estudio indicó que el cambio climático fue responsable del 65 % de las muertes registradas en 12 ciudades europeas.
La última ola de calor que golpeó a Europa causó unas 2.300 muertes en apenas diez días. El fenómeno afectó a 12 grandes ciudades entre el 23 de junio y el 2 de julio. Así lo señala un estudio publicado este martes por investigadores británicos, que vinculan directamente la mayoría de estas muertes al calentamiento global.
El análisis fue realizado por científicos del Imperial College de Londres y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical. En sus conclusiones, advierten que de no mediar el cambio climático inducido por el hombre, unas 1.500 de esas muertes podrían haberse evitado.

“Asesino silencioso”
“El cambio climático triplicó el número estimado de muertes por calor en esas ciudades”, concluye el trabajo. En otras palabras, el calentamiento global fue responsable del 65 % del exceso de mortalidad durante esa semana.
Malcolm Mistry, profesor adjunto y uno de los autores, fue claro: “Este estudio demuestra por qué las olas de calor se conocen como asesinos silenciosos”. Y agregó: “Si bien se reportaron algunas muertes en España, Francia e Italia, se estima que miles más murieron a causa de las temperaturas abrasadoras, pero esas muertes no serán registradas como vinculadas al calor”.
La investigación se centró en urbes con alta densidad poblacional y diversidad geográfica. La lista incluye a Atenas, Barcelona, Budapest, Frankfurt, Lisboa, Londres, Madrid, Milán, París, Roma, Sassari (Cerdeña) y Zagreb.
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Europa bajo alerta
Todas estas ciudades emitieron alertas por calor extremo durante ese período. En varios casos, se alcanzaron temperaturas récord y se reportaron colapsos en los servicios de salud y energía. El estudio advierte que este tipo de eventos serán cada vez más frecuentes y peligrosos.
“La evidencia es clara. Las ciudades europeas están en la primera línea del cambio climático”, indica el informe. También subraya la necesidad urgente de adaptar infraestructuras, reforzar políticas públicas y proteger a las poblaciones más vulnerables, como adultos mayores y personas sin acceso a refrigeración adecuada.
El documento señala que las muertes por calor suelen estar subestimadas. Esto se debe a que, en muchos casos, las defunciones se registran como paros cardíacos, ACV o insuficiencias respiratorias sin precisar el rol de las temperaturas elevadas.
La combinación de temperaturas extremas, envejecimiento poblacional y urbanización sin planificación adecuada crea un cóctel letal. Según el mismo equipo de investigación, si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, Europa podría duplicar estas cifras en la próxima década.