Alerta rojo
Ola de calor histórica cierra la cima de la Torre Eiffel y pone a París en alerta roja

París aplicó este martes el nivel cuatro -el máximo- del Plan Canícula, que incluye restricciones de horarios laborales y circulación vehicular. En tanto, el comercio local ya advierte faltantes de ventiladores y aires acondicionados.
Un calor abrasador azota casi toda Francia. Varias localidades registraron temperaturas superiores a los 38 ºC este lunes, según datos provisionales de Météo France.
Una alerta roja por ola de calor, la máxima calificación -el nivel cuatro del Plan Canícula-, se activó el martes en 16 departamentos franceses, incluyendo Île-de-France, donde se encuentra París.
Hay 10 piscinas abiertas en Paris y la totalidad de los parques permanecerán abiertos toda la noche del martes al miércoles y el primer ministro François Bayrou se dirigió al centro de gestión de crisis de esta ola de calor, que repite la escena de las altísimas temperaturas del verano del 2003, donde murieron 15.000 personas.
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La Torre, cerrada al turismo
Por todo esto, la cima de la Torre Eiffel estará cerrada al turismo el martes y el miércoles debido al calor.

Las autoridades decidieron dejarla abierta solo hasta el segundo piso para evitar que las altas temperaturas afecten a los visitantes y a los trabajadores. Desde este martes existen medidas de protección especiales para ellos.
Además, se advirtió a los turistas que visitaban las plantas bajas de la Torre Eiffel que se protegieran del sol y se mantuvieran hidratados.
Se esperan 39 grados a la tarde en la capital francesa, con una alerta que se aplica por primera vez en 5 años. Están cerradas más de 1350 escuelas porque los edificios no pueden ser aireados frente a tales temperaturas. Una central nuclear ha sido cerrada temporalmente para evitar el sobrecalentamiento.
Otras medidas extraordinarias que afectan al turismo
Las nuevas medidas del Prefecto de París forzaron a muchos veraneantes, que se habían ido a Normandía a pasar el fin de semana, a postergar hasta la noche del lunes su regreso. No podían ingresar a la Ille de France antes de las 12 de la noche.
Nadie podía conducir un auto que tuviera la estampilla Crit 3, que significa que contamina o ha sido comprado antes del 2011 o es diesel, hoy en las calles de Paris o la Ile de France. La crisis de la ola de calor produce ozono y radiación fuera de lo común. El alerta roja agravó las condiciones.
Se han impuesto restricciones en el tránsito, con la prohibición de circular a los vehículos más contaminantes, comprados antes del 2011 y con el criterio ambiental 3. Se han introducido límites de velocidad de hasta 20 kilómetros por hora en algunas zonas para intentar limitar la contaminación y a 100 kilómetros en las rutas.
Además se anunciaron otras medidas denominadas "complementarias": "prohibición de realizar quemas al aire libre", "prohibición de utilizar generadores necesarios para probar o mantener equipos" y "aplazamiento de trabajos de mantenimiento o limpieza que emitan compuestos orgánicos volátiles".
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Ventiladores agotados y recomendación de teletrabajo
Conseguir ventiladores en Paris es pura magia al igual que los parasoles contra los rayos UV. Están agotados en muchos negocios.

Se ha recomendado a los residentes que “teletrabajen” si es posible y que eviten conducir, se hidraten y no tomen alcohol.
En toda Europa
Una ola de calor en el mar Mediterráneo se está combinando con una poderosa cúpula de altas temperaturas que hacen que Europa esté sofocada.
Es un patrón que aparece con frecuencia a medida que el planeta se calienta: la influencia de las olas de calor marinas del Mediterráneo ha sido más pronunciada en los últimos veranos, y el calor del mar juega un papel en el aumento de las temperaturas en tierra, contribuyendo a inundaciones mortales y avivando incendios devastadores.
Las temperaturas del agua en el mar Mediterráneo superan hasta 9 ºC grados la media para esta época del año en medio de una importante ola de calor marina. El calentamiento más intenso se observa en el Mediterráneo occidental, incluyendo el sur de Francia.
Esto está contribuyendo a que la alta humedad ascienda hacia el norte y a mantener las temperaturas elevadas durante la noche en las regiones afectadas por la ola de calor.
Las altas temperaturas, que también implican aire caliente que fluye hacia el norte desde África, también están reforzando la ola de calor marina en un ciclo de retroalimentación.
La localidad española de El Granado registró el domingo temperaturas que alcanzaron los 46 ºC, un nuevo récord nacional para un mes de junio, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). El mes pasado fue el junio más caluroso registrado en la historia de España, con temperaturas que batieron récords, según informó la AEMET este martes.
En Portugal se registró una temperatura provisional de 46,6 ºC en la ciudad de Mora, a unos 130 kilómetros al este de Lisboa, según el servicio meteorológico del país, IPMA, lo que sería un nuevo récord nacional para junio.
El Reino Unido también arde. Actualmente sufre su segunda ola de calor del verano. Las temperaturas superaron los 32 ºC este lunes, lo que generó condiciones muy incómodas en un país donde menos del 5 % de los hogares tienen aire acondicionado.
“La actual ola de calor de junio y julio está exponiendo a millones de europeos a un alto estrés térmico”, dijo Samantha Burgess, directora estratégica de Clima en el Centro Europeo de Predicciones Meteorológicas a Medio Plazo, en un comunicado.
“Las temperaturas observadas recientemente son más típicas de los meses de julio y agosto, y tienden a ocurrir solo unas pocas veces cada verano”.
Los incendios forestales azotan varios países a medida que suben las temperaturas. El domingo se desataron incendios en Aude, al suroeste del país, y casi 160 hectáreas se quemaron. En Turquía, 50.000 personas han sido evacuadas mientras los bomberos combaten los intensos incendios, principalmente en las provincias occidentales de Esmirna y Manisa.
Los récords de temperatura también están a punto de llegar a Alemania este martes y miércoles a medida que la cúpula de calor se expande hacia el este, y antes de que una serie de frentes fríos, que brindan alivio, comiencen a llegar al noroeste de Europa desde el oeste.