Protestas y tensiones
Reunión clave: el lado B del encuentro entre Trump y Putin en Alaska
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La cumbre no solo pone a Alaska en el centro del mapa geopolítico, sino que también expone la profunda división de opiniones en la sociedad estadounidense respecto al papel de Estados Unidos en el conflicto con Rusia y Ucrania
Analía De Luca
Este viernes 15 de agosto, Alaska fue escenario de una reunión histórica —y fuertemente controvertida— entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par ruso, Vladimir Putin. El encuentro se llevó a cabo en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson, a pocos kilómetros de Anchorage, en medio de un clima cargado de simbolismo y protestas masivas.
Alaska fue escenario de una reunión histórica entre Donald Trump y Vladimir Putin. Reuters.
Entre la multitud que agitaba banderas ucranianas se encontraba Hanna Correa, de 40 años, quien dejó Ucrania en 2019 y hoy vive en Alaska. “Cuando vi a tantos estadounidenses apoyándome, me hizo llorar”, expresó, lamentando la ausencia del presidente ucraniano Volodimir Zelenski en la cumbre.
Las manifestaciones no se limitaron a expresiones de apoyo a Ucrania. Christopher Kelliher, veterano militar y residente local, fue tajante: “Putin no debería estar en nuestro estado, y mucho menos en el país. Tenemos un presidente que se va a doblegar ante él”.
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Un trasfondo histórico
La historia de Alaska añade un trasfondo especial a la reunión: el territorio fue comprado a Rusia en 1867 por 7,2 millones de dólares, en una operación que en su momento fue tildada de “la locura de Seward”. Décadas más tarde, los hallazgos de petróleo, gas y minerales estratégicos confirmaron el valor estratégico de la región.
Mientras algunas iglesias ortodoxas locales realizaron jornadas de oración por la paz, voces como la del sacerdote Nicholas Cragle pidieron que la cumbre sirva para encaminar el fin del conflicto en Ucrania. “Es un tema doloroso y muy cercano a los corazones de los feligreses”, señaló.
En contraste, otros habitantes ven la reunión como una oportunidad. Don Cressley, pescador de North Pole, destacó: “Ojalá Zelenski estuviera aquí también para terminar con esto de una vez. Trump está haciendo un trabajo increíble en las negociaciones de alto el fuego”.
Hanna Correa y su hijo Milan asisten a una protesta en Anchorage. Foto: BBC
La geografía de Alaska, más próxima a Rusia que a Washington DC, aviva las tensiones. Aviones militares rusos son detectados con frecuencia cerca de sus costas, y a principios de año, cazas estadounidenses y canadienses interceptaron aeronaves en el Ártico.
"Podríamos ser la próxima Ucrania"
Para algunos residentes, como Russell Wilson, este escenario es inquietante: “Si el presidente no reacciona, podríamos ser la próxima Ucrania”. Otros, como Kelliher, minimizan el riesgo de una invasión: “En Alaska todos tenemos un arma”.
La cumbre Trump-Putin no solo pone a Alaska en el centro del mapa geopolítico, sino que también expone la profunda división de opiniones en la sociedad estadounidense respecto al papel de Estados Unidos en el conflicto con Rusia y Ucrania.
Con información de BBC