A 28 años de su muerte
Ricardo Carpani: cuando la pintura es un campo de batalla
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Sus cuerpos macizos y miradas firmes son hoy una memoria viva de las luchas sociales. Trabajadores, desocupados y exiliados fueron el corazón de su obra.
(Por Juan Ignacio Novak) - El 9 de septiembre de 1997, Buenos Aires despidió a uno de los artistas plásticos más radicales y combativos del siglo XX en Argentina. Su nombre era Ricardo Carpani.
A 28 años de su muerte, su obra (con seguidores y detractores) no deja a nadie indiferente. Es una iconografía que está viva. Esto es porque Carpani comprendió a la pintura como territorio de lucha y denuncia.
Nacido en Tigre en 1930, su vida fue un tránsito entre exilios, búsquedas y un compromiso que nunca abandonó la dimensión social del arte. Dejó el Derecho para ir a la pintura en París en 1950 y, al regresar a la Argentina, se formó junto a Emilio Pettoruti, a quien aludimos con frecuencia en esta sección.
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Su primera exposición fue en 1957 en la Asociación Estímulo de Bellas Artes, y poco después fundó junto a otros artistas el Movimiento Espartaco, referencia del arte militante argentino.
Nunca suavizó la realidad. Pintó trabajadores, pobres, desocupados y cuerpos macizos, como tallados en piedra, símbolos de una Argentina atravesada por la desigualdad.
La militancia del arte
El crítico Rafael Squirru escribió en La Nación, en 1998: "Carpani fue un hombre de ideas firmes y coherentes, materializadas en una militancia que también lo llevó a publicar dos libros: 'La política del arte' y 'Arte y militancia'".
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"Si Carpani alcanzó la grandeza, eso no se debe a sus creencias sino a cómo fue capaz de plasmarlas, dentro de un estilo impecable, que no tuvo reparos en apoyar en su admirado Miguel Angel", agregó.
Para Julio Flores, en "Los fundamentos de Ricardo Carpani", el artista "consideraba su obra como una herramienta para el cambio, y como tal no le preocupaba la autoría o la firma sino su efectividad y circulación. En ese sentido, pensaba que la firma no era el nombre puesto al pie de la imagen sino el modo en que ésta estaba resuelta".
El exilio lo llevó en los años 70 a Madrid y más tarde a recorrer Europa, Cuba, México y Ecuador. Pero tras la restauración democrática volvió en 1984 a la Argentina, decidido a recuperar la trama con los trabajadores.
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Como analizó Ignacio Soneira en el Museo de la Cárcova: "Carpani volvió luego de 10 años de exilio, con la intención de integrarse a los movimientos de trabajadores organizados que habían protagonizado las décadas del sesenta y setenta en el país, y que él había representado incansablemente en sus afiches, murales y pinturas".
"Pero a su regreso, como manifestaría en distintas entrevistas, encontró una clase obrera disciplinada en los largos años de hierro de la dictadura cívico-militar".
Fue entonces cuando Carpani creó sus cuadros de "porteños" vestidos de gris, perdidos en selvas tropicales. Como títulos de sus telas, preguntas: "¿Dónde está la parada del 60?" o "¿Qué hace un tipo como yo en un lugar como este?".
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Ícono político y cultural
El trabajo de Carpani no se volvió rancio tras su muerte en 1997. Como escribió Gaspar Grieco en la UNSAM: "Lo que diferencia a Carpani de otros artistas militantes de los 70 es su vigencia".
"El rostro desencajado de Evita, la mirada del general Perón y la expresión aguerrida de esos hombres de cuerpos macizos hoy decoran banderas, pancartas, murales y hasta la piel de jóvenes militantes que se identifican con sus imágenes".
No mucho antes de su muerte, pintó un monumental retrato del Che Guevara, hoy emplazado en la Plaza de la Cooperación de Rosario: una iniciativa que era síntesis de su vida, donde el arte se funde con la historia política.
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El documental: Carpani, vida y obra
La memoria del pintor también quedó plasmada en el documental "Carpani: vida y obra", dirigido por Jerónimo Carranza y Doris Carpani. Estrenada en 2009, la película ofrece un recorrido que trasciende la cronología de su trabajo.
El filme exhibe su estilo pictórico y su lucha ideológica, con testimonios de Roberto "Tito" Cossa, Pino Solanas, Luis Felipe Noé, Rafael Squirru, Teresa Parodi, Fernando Birri y Pedro Orgambide, entre otros.
Se trata de un documento audiovisual imprescindible para comprender por qué Carpani fue un creador de símbolos que aún se reproducen en la memoria política argentina.
Fundación Arte de las Américas
Carpani hoy
En tiempos de nuevas crisis y desigualdades, su pintura recupera fuerza. Como si aquellas manos enormes y esos torsos pétreos siguieran empujando la historia argentina.