Este sábado 26
Se inaugura la 4° Muestra Contemporánea en el MIA de Venado Tuerto

La propuesta, que contará con creaciones de varios artistas contemporáneos, estará abierta hasta el 30 de agosto. Con entrada libre y gratuita, la cita será en Avenida Casey 340. Merecido tributo a la obra del dibujante Roberto Capdevila.
Este sábado 26 de julio, entre las 18 y las 21 horas, se abrirán las puertas de la 4° Muestra Contemporánea organizada por el Museo Internacional de Arte (MIA) de Venado Tuerto. Se trata de un evento que reunirá a varios artistas destacados y, a la vez, rendirá homenaje al legado del reconocido dibujante y caricaturista Roberto Capdevila, marplatense de nacimiento y venadense por adopción, recientemente fallecido a los 80 años de edad.

La Sala 1 del museo de avenida Casey se dedicará íntegramente a la obra de Capdevila, quien supo combinar en sus trazos una mirada irónica y crítica de la realidad social y política de su tiempo. En esta oportunidad, a pocas semanas de su lamentado deceso, el público podrá disfrutar de una selección de sus dibujos y caricaturas más representativas, presentadas en el marco de un homenaje que celebrará su vida y obra.

A lo largo de las demás salas, los visitantes también podrán apreciar las propuestas de otros artistas contemporáneos. En Sala 2, se exhibirá el trabajo de "Pato” Esnoz, mientras que en la Sala 3 se presentará la obra de Alejandra Peralta. Las Salas 4 y 5 estarán dedicadas a los trabajos de Oscar Poliotto y José Luis Castells, respectivamente. En el Hall del primer piso, se podrán ver las obras de Sandra Faelis, Gabriela Larrea y Javier Capobianco.

La muestra, que estará abierta hasta el 30 de agosto, ofrece entrada libre y gratuita, y podrá visitarse los días martes, jueves y domingo de 17 a 19.30, y los sábados de 10 a 12.30, siempre en avenida Casey 340.

El ojo irónico de Capdevila
Daniela Zattara es la curadora de las obras de Roberto Capdevila, quien dejó un legado imborrable como dibujante, pintor y caricaturista.
“Su vida artística se tejió íntimamente con el pulso vibrante de su ciudad natal, donde desde temprana edad mostró un talento excepcional para el arte visual. Desde sus primeros trazos en el diario La Capital bajo la dirección de Jorge Ambrosio Lázaro, hasta sus exposiciones individuales y colaboraciones con revistas y diarios locales, Capdevila supo plasmar con maestría y un humor siempre irónico, la esencia misma de Venado Tuerto. Su dominio técnico, que abarcó desde el cómic hasta las técnicas pictóricas más refinadas, le permitió explorar y dominar múltiples formas de expresión”, destaca Zattara.

“Pero -agrega- su legado va más allá del lienzo y el papel. Comprometido con su comunidad, fue co-fundador de la Dirección de Cultura Municipal en una época compleja, donde no era fácil defender la cultura y el arte. Su incansable labor como educador y promotor cultural, influyó profundamente en generaciones de artistas y ciudadanos comprometidos con la cultura”.
Y continúa la curadora: “Desde niño, Capdevila aprendió a mirar. En los largos años en que su infancia quedó detenida en un sanatorio, apenas podía asomarse a la ventana para contemplar un árbol que le mostraba, hoja tras hoja, los ciclos del tiempo. Esa misma mirada, capaz de descubrir la poesía y el humor en lo cotidiano, nunca lo abandonó: décadas después, ya adulto, seguía retratando árboles desde las ventanas de su oficina, como si aquellos dibujos fueran una forma de volver siempre a ese primer árbol. Y aun en sus últimos días, internado una vez más, pidió papel y lápiz para dibujar lo que veía: un árbol. Como si al final, con la misma ternura con que había comenzado, su mirada se reencontrara con el principio y cerrara su círculo entre hojas, ramas y tiempo”.

“A través de su humor ácido y su crítica social, plasmados en sus caricaturas y viñetas, Capdevila capturó también la esencia cambiante de su época. Desde su activismo cultural hasta su participación en la Comisión por la Soberanía Nacional tras la Guerra de Malvinas, su obra trascendió lo estético para convertirse en testimonio vivo de la historia local”, sintetiza.
“Esta exposición celebra su obra y su mirada única, punzante y romántica a la vez, que supo captar la ironía del mundo y la delicadeza de una hoja cayendo, a través del ojo irónico de Capdevila”, concluye.
