Museo Provincial de Bellas Artes "Rosa Galisteo de Rodríguez"
Tres artistas del sur-sur se destacan en el 101° Salón Anual Nacional de Santa Fe
En su nueva edición, con casi 900 trabajos presentados, entre los 25 seleccionados que están exhibiendo sus obras se encuentran Fernanda Aquere, de San Gregorio; Patricia Spessot, de Firmat; y Sebastián Bona, de Rufino. Con distintas técnicas y enfoques, los artistas participarán por los premios mayores del tradicional certamen.
El Museo Provincial de Bellas Artes “Rosa Galisteo de Rodríguez”, dependiente del Ministerio de Cultura, emplazado en la ciudad capital de la provincia, lleva adelante el 101º Salón Anual Nacional de Santa Fe, en el cual se exhiben las 25 obras y proyectos seleccionados por un distinguido jurado conformado por Fernando Farina, Nancy Rojas y Soledad Sánchez Goldar, que resolvió de forma unánime entre las 887 postulaciones recibidas durante el período de inscripción.
La convocatoria se dirigió a artistas y colectivos de artistas argentinos y/o extranjeros con más de tres años de residencia continua y comprobable en el país, quienes podían presentar obras o proyectos en distintas variantes materiales, espaciales y conceptuales (piezas bidimensionales, tridimensionales, instalaciones, audiovisuales, digitales, performáticas o sonoras).
En esta oportunidad, entre los 25 seleccionados se encuentran tres artistas oriundos del sur-sur santafesino, más precisamente del departamento General López: Fernanda Aquere (San Gregorio); Patricia Spessot (Firmat) y Sebastián Bona (Rufino), aunque ninguno de ellos reside en estos momentos en su región natal.
Los artistas seleccionados recibirán 170 mil pesos por la participación de sus obras en la exhibición y 105 mil pesos para gastos de transporte, embalaje y seguros. A la par, el Museo brinda el equipamiento técnico y mobiliario estándar para la exhibición de las obras. Y en una próxima reunión, el mismo jurado será el responsable de la decisión de los premios del certamen que consisten en un Premio Adquisición “Gobierno de la Provincia de Santa Fe” por el valor de $1.700.000 y dos premios estímulo no adquisición de $680.000 cada uno. Como todos los años, también se otorgarán premios estímulos de instituciones públicas y privadas que acompañan la iniciativa.
Cabe recordar que la primera edición fue en 1922, en oportunidad de la inauguración del museo, y desde entonces se replica anualmente, casi sin interrupciones, actualizándose en función de las prácticas artísticas y los modos de producción del arte contemporáneo.
“El Salón es un espacio vivo que conecta al Museo con las prácticas del arte contemporáneo, con la comunidad y con el contexto social. La edición 2024 refuerza el compromiso del Museo junto al Ministerio de Cultura de la Provincia de Santa Fe de sostener e implementar políticas públicas que acompañen a las y los artistas y que estimulen el acceso de las y los ciudadanos a los bienes culturales”, sintetizan desde el gobierno provincial.
El veredicto del jurado
Luego del análisis de las 887 obras y proyectos puestos a consideración, el jurado se pronunció de forma unánime y consensuó los criterios de selección que plasmaron en el acta: “En conjunto, las propuestas presentadas presentan un panorama plural que da cuenta del contexto actual y de las diferentes formas de abordar las problemáticas del presente, tanto desde el punto de vista artístico como social y político. En este sentido, la impronta conceptual se conjuga con la dimensión performativa y material de las obras para reparar tanto en la complejidad de las artes visuales del siglo XXI, como también en sus distintas líneas de diálogo con el pasado. Al enfoque interdisciplinario de la selección, se han sumado dos pautas fundamentales como parte de los criterios de selección: la diversidad sexual y de género y la representatividad de las distintas escenas nacionales».
En relación a la federalidad agregó: “Se ha tenido en cuenta especialmente la procedencia y lugar de residencia de los artistas para continuar con la política institucional de este salón, revalorizando así y en el marco de una coyuntura crítica, el papel necesario del Estado en el apoyo a la cultura y a su desarrollo”.
“Lloraron y está vacío”, el relato poético-político de Fernanda Aquere
(Por Juan Franco) - Una de las protagonistas en el 101º Salón Anual Nacional de Santa Fe, con sede en el Museo Provincial de Bellas Artes “Rosa Galisteo de Rodríguez” de la ciudad capital, es Fernanda Aquere, nacida en San Gregorio, donde vivió hasta los cinco años de edad, cuando la familia se trasladó a la norteña San Cristóbal. Más adelante, cursó sus estudios universitarios en la ciudad de Santa Fe, donde hasta el presente permanece desarrollando sus múltiples facetas de artista visual, gestora cultural, docente y curadora.
Esa variedad de actividades la llevó a interrumpir por más de una década la producción individual, la que reanudó con la obra “Disimulo de una falta”, de la serie “¿Cuánto espacio ocupa el vacío?”
Cuenta Fernanda, sobre la génesis de su reciente creación que, viviendo en San Cristóbal, a los 11 años de edad, el cura párroco de la iglesia la convocó para restaurar el sagrario de mármol, ya que en ese entonces se destacaba en los talleres municipales de arte. “Me dediqué a esa tarea con mucha responsabilidad, haciendo pruebas para imitar las vetas del mármol con distintos cartones, hasta que me decidí por uno y lo pegué en el sector averiado. Habían transcurrido 44 años cuando, el año pasado, volví a la ciudad y me reencontré con la restauración prácticamente intacta, salvo un sector donde, por acción de la humedad, el cartón estaba despegado, aunque nadie se había dado cuenta”.
De regreso a la ciudad de Santa Fe, con el registro fotográfico y el fragmento desprendido, Fernanda descubrió, al invertirlo, una frase breve en idioma árabe, cuya traducción es “Lloraron y está vacío”. Aquere, de ascendencia libanesa, que hacía tiempo venía investigando sobre el concepto de vacío y de la ausencia, tanto desde la filosofía como desde la psicología, no dudó en calificar el hecho como una serendipia, es decir, un hallazgo valioso producido de manera accidental o casual. Y esa frase, durante tanto tiempo oculta detrás de ese cartón, fue la que disparó la obra.
“En el 79, año en que hice aquella restauración, el presidente de facto Jorge Rafael Videla, en una conferencia de prensa, declaró aquello de ‘no están ni muertos ni vivos, están desaparecidos’. Años después, este mismo dictador refiere que la desaparición de personas era un simulacro de la muerte y entonces hago una relación con mi historia personal, desde aquella niña de 11 años en San Cristóbal y la historia terrible que vivimos en el país, y también trazo un paralelismo con la actualidad de un gobierno nacional que niega, entre otras cosas, la desaparición de personas durante la última dictadura cívico-militar. Hago ese vínculo -justifica la artista- porque ahí había una estrategia para disimular, tanto en ese mármol restaurado, como en nuestra historia trágica. Y es así que esto que estuvo oculto, necesito hacerlo visible, enunciarlo de todas las maneras posibles, con insistencia y perseverancia, para que esto se sepa, y por eso la frase escrita detrás el mármol, ahora está sobre el mármol, e incluso la extiendo a quienes no tienen la posibilidad de leer, incorporando en la misma instalación el sistema Braille y un código QR con mi propia voz haciendo este relato. Esta obra, que no es muy pretenciosa y me gusta definir como un relato poético-político, busca vincular la micro y la macropolítica, entendiendo que lo individual es colectivo”, completó Aquere.
Desde Firmat, “Pato” Spessot con “El paisaje que podría ser”
(Por Diego Budassi) - La artista nativa de Firmat, hoy con asiento en Rosario, Patricia “Pato” Spessot, fue seleccionada entre casi 900 obras y proyectos en un concurso que está llevando adelante el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez, de la ciudad de Santa Fe.
“Pato” es artista (la orfebrería es una de sus especialidades) y docente universitaria en la Escuela de Bellas Artes de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Spessot fue elegida para exponer en la 101º edición del Salón Anual Nacional del Museo santafesino. En la previa, se presentaron 887 obras y proyectos, 665 artistas y 21 colectivos. Y, de ese total, fueron seleccionados 25, entre ellos, la firmatense.
“Es una alegría muy grande y un honor para mí, porque es un Museo que me encanta visitar, y con un jurado de lujo como Gabriel Farina, Nancy Rojas y Soledad Sánchez Goldar, todas personas que una admira muchísimo”, contó la artista oriunda de General López, y amplió: “La pieza que mandé para participar es parte de una obra que se titula ‘El paisaje que podría ser’, la cual estuvo expuesta entre diciembre y febrero últimos en la Galería de Arte EstudioG, con la que trabajo en Rosario y en la que tengo una muestra cada dos años”.
Finalmente, describió: “Para el concurso envié unas piezas de metal y cemento que vienen derivadas de una serie de dibujos que había empezado a principios del año pasado. Esta obra me llevó casi un año de elaboración y se llama ‘El paisaje que podría ser’, porque es la idea del paisaje de la llanura pampeana, en la que habito, este lugar llano, plano, con un horizonte infinito”.
El rufinense Sebastián Bona y la “Lluvia Negra”
(Por Ana Inés Dobal) - Rufino tiene su representante en el Salón Anual del Museo Rosa Galisteo de la capital provincial, y es Sebastián Bona -cursó la Licenciatura en Bellas Artes en la Universidad Nacional de Rosario-, quien concursa con una obra en grafito y carbonilla denominada “Lluvia Negra” y fue uno de los 25 seleccionados entre más de 800 postulantes de todo el país.
Se trata de un concurso de distintas disciplinas artísticas, entre las que se destacan dibujo, pintura, escultura, instalación, vídeo, fotografía, cerámica y grabado, de mucho prestigio a nivel nacional.
Según cuenta Bona -hoy radicado en Valencia, España, donde también se dedica a la arqueología-, quien fue distinguido para participar entre los 25 finalistas junto a otros dos artistas nativos del sur provincial, “es un orgullo y una muestra de afecto muy importante para mí y para mi carrera, que mi obra sea vista y considerada por estos jurados para pertenecer a la exhibición de un Salón Anual tan importante, sobre todo porque refuerza y premia la labor de los artistas de la provincia, y es algo que, como rufinense, me causa mucha alegría y emoción”.
“La obra que presenté en esta convocatoria es un dibujo sobre tela, hecho a grafito y carbonilla, de 1,50 metros x 1 metro, realizado en 2022, que lleva por título ‘Lluvia Negra’ y que es acompañado por el siguiente texto de mi autoría: ‘una infancia explota, se detiene o corre en cámara lenta. Pájaros caen al suelo duros como animales de carruseles. Un humo negro mira con envidia a una gran nube blanca. ¿Quién abandona un carrusel en medio de un desierto? ¿La pregunta real es quién bombardea un carrusel abandonado en un desierto? ¿qué se intenta demostrar? ¿Los pájaros están cayendo o vuelan hacia abajo? Una luz se hace lugar en la oscuridad como un poema silencioso abre cielo y suspenso, parece el suspiro de una estrella, pero antes de pedir un deseo se ve que es solo otro misil. El cielo se parte o se distorsiona como una pantalla de TV, pero de esas antiguas, las de tubo, que hacían extrañas rayas y movimientos como si tuviesen Tourette. Una realidad se distorsiona o una ficción está trascendiendo la pantalla”.