El fútbol de luto
Una leyenda de Estudiantes: murió Juan Ramón "La Bruja" Verón

El ídolo máximo del Pincha falleció a los 81 años. Figura clave del Estudiantes multicampeón de Zubeldía, dejó una huella imborrable en el fútbol argentino. Fue padre y espejo de Juan Sebastián, actual presidente del club.
Murió Juan Ramón Verón, la Bruja, emblema absoluto de Estudiantes de La Plata y una figura irrepetible del fútbol argentino. Tenía 81 años y falleció este martes 27 de mayo, acompañado por su familia, tras estar internado varias semanas por un problema renal.
La noticia fue confirmada por el club de sus amores: "Estudiantes de La Plata comunica con profundo dolor el fallecimiento de Juan Ramón Verón, emblema indiscutido de nuestra historia, referente absoluto de nuestra identidad y símbolo eterno del compromiso, la humildad y la pertenencia que distinguen al Club".
La muerte de Verón se dio en una jornada especial: Estudiantes juega por la Libertadores ante Carabobo en UNO. Se espera un homenaje sentido al héroe de Old Trafford, al que convirtió en escenario de una hazaná inolvidable.

La Bruja
Juan Ramón fue un puntero izquierdo impredecible, de gambeta eléctrica y gol oportuno. Su irrupción en el Pincha de los años 60 fue la chispa que encendió el fuego de un equipo histórico: tres Copas Libertadores, una Intercontinental y una Interamericana lo atestiguan. En todas, su influencia fue determinante.
En la Bombonera primero, y en Old Trafford después, marcó uno de los goles más importantes en la historia de Estudiantes. "A los ingleses les costaba levantar un gol, imaginate dos", dijo alguna vez, evocando aquel empate ante el United que consagró al Pincha campeón del mundo.
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El Verón padre no solo fue figura dentro del campo: también construyó legado. Su hijo, Juan Sebastián, heredó su talento y su pasión por Estudiantes. Hoy, desde la presidencia, lo homenajea guiando al club con la misma convicción.
El paso de Verón por el fútbol griego (Panathinaikos), colombiano (Junior y Cúcuta), e incluso su breve etapa como entrenador, muestran una vida marcada por el amor al juego. Fue campeón y referente en todos lados, pero siempre regresó a su casa: Estudiantes.
Fontanarrosa, con su pluma, lo describió mejor que nadie: “Lo imprevisto, lo intuitivo, lo sorprendente en Estudiantes recalaba más que nada en la Bruja Verón. Allí parecía terminar la táctica y comenzar la imaginación”.
A lo largo del día, las redes se inundaron de mensajes de despedida. Estudiantes, la AFA, excompañeros, clubes argentinos y del exterior, periodistas e hinchas de todas las camisetas rindieron homenaje a una figura que trascendió colores.

El héroe del Pincha
Juan Ramón nació en La Plata en 1944. Tuvo una infancia humilde y perdió a su madre a los 11 años. Trabajó en un frigorífico mientras daba sus primeros pasos en las inferiores del Pincha. Debutó en Primera en 1962, en una derrota ante Boca. En 1965 se consolidó y no paró hasta escribir la historia.
Con Zubeldía como técnico, integró la "Tercera que mata" y fue protagonista en la transformación de Estudiantes en potencia. Bilardo, Madero, Malbernat, Manera, Aguirre Suárez, Flores y la Bruja. Un equipo inolvidable.
Ganaron el Metro 67 y desde allí, el salto internacional: Libertadores 68, 69 y 70. En la del 68 le marcó goles a Palmeiras en los tres partidos de la final. Fue campeón del mundo ante el United y finalista luego ante Milan y Feyenoord. Un ciclo irrepetible.
Aquel Estudiantes fue criticado por su estilo físico y su rigor táctico. Pero Verón era otra cosa: creatividad en un mar de orden. Su zurda rebelde, su inteligencia para encontrar el hueco y su oportunismo lo hacían letal.
En Grecia fue dirigido por Puskas, que aún pateaba tiros libres en las prácticas. En Colombia, fue campeón y técnico del Junior. Incluso enfrentó a Bilardo y Zubeldía desde el banco. Volvió al Pincha en 1980 y se retiró tras 324 partidos y 90 goles.
Siempre cerca del club, trabajó en inferiores y como asesor. En 2018, volvió a Old Trafford junto a sus compañeros, homenajeado por el United. "Nos gritaban ‘animals’, pero eso nos agrandaba", recordó entre risas en una entrevista.
Juan Ramón Verón no solo fue un gran jugador. Fue mística, fue identidad. Fue el alma de un Estudiantes que se atrevió a desafiar a los gigantes. Hoy se fue un pedazo de historia. Pero la leyenda, esa, no muere jamás.