El 30 de julio se conocerá la sentencia
Abusos en el Sagrado Corazón: una madre aseguró que “los docentes nunca preguntaron cómo estaban nuestras hijas”

Débora Cieri radicó la primera denuncia contra el “hermano” Pedro por abuso sexual. Criticó duramente la posición institucional del establecimiento educativo.
Débora Cieri, la primera madre en denunciar al “Hermano” Pedro por abuso sexual, sostuvo que las docentes del Sagrado Corazón de Venado Tuerto tuvieron una actitud pasiva y que “nunca se preocuparon por cómo estaban las niñas” que aseguraron haber sido víctimas de abuso sexual por parte del Director el nivel primario del establecimiento educativo.
El juicio contra el religioso se llevó adelante durante los últimos días de junio y comienzos de julio. La fiscal que realizó la investigación, Florencia Schiappa Pietra, solicitó una pena de 16 años de prisión. En tanto, el tribunal, integrado por Aldo Baravalle (presidente), Mariana Vidal y Mauricio Clavero, informará la sentencia el próximo miércoles 30.

Comienzo del caso
Durante el año 2021 se potenciaron los rumores sobre ciertas conductas de Pedro Ortiz y Hontoria que incomodaban a las niñas que cursaban la etapa final del nivel primario. En consecuencia, desde Cáritas Diocesana convocaron a un grupo de padres para dialogar al respecto, y en septiembre de 2021 se radicó la primera denuncia.
El caso se conoció mediáticamente tras una nota periodística publicada por Sur24. Posteriormente desde el establecimiento educativo emitieron un comunicado de prensa desmintiendo los abusos, y defendiendo institucionalmente al “hermano” Pedro. Más tarde, se radicaron tres nuevas denuncias.
“¿Cómo semejante institución, como el Sagrado Corazón, no va a ponerse a disposición de los padres, de los alumnos? Dijeron ‘nunca se acercaron a hablar’. Pero yo me pregunto: ¿A qué me voy a acercar a hablar al colegio, si ya sé cuál era la respuesta? Además, mi hija pudo contar dos años después lo que había ocurrido”.

Durante las audiencias del juicio “escuché todos los testimonios. Fue muy triste ver a los maestros y a los profesores. En ningún momento se preguntaron por las chicas. Se limitaron a contar cual era la relación con el hermano Pedro y cómo era él en la escuela. Pero sobre las niñas, nada. Tampoco nos preguntaron nunca sobre cómo estaban nuestras hijas”, contó Débora
A esto se suma que “todas las respuestas (de los profesores) eran como muy parecidas, no parecían espontaneas. Dijeron que Pedro tenía un carácter fuerte, pero que se preocupaba por los niños”, añadió.
Puertas adentro
Dos de los cuatro abusos denunciados se habrían registrado en una especie de sala de Dirección donde el religioso convocaba a las alumnas para corregir los “cuadernos de matemática”. Los otros dos, en la pileta de un hotel en Santa Rosa de Calamuchita.

A lo largo del juicio hubo alumnos que prestaron declaración, testimoniando que en distintas oportunidades los abrazos “efusivos” del Director se daban en el patio del colegio a “la vista de todos” y “nadie hacía nada”.
Débora Cieri asegura que “siempre había docentes. El único lugar en el que no había, era cuando Pedro llevaba a las niñas a su Dirección, que era un lugar que estaba medio escondido, y cerraba con llave. Y eso lo dijeron todas las víctimas y los ex alumnos que fueron a declarar. Contaron que en el recreo en el patio estaban todas las maestras y que Pedro se paraba cerca de la cocina, pero parece que nunca nadie vio nada”.
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Recta final
El próximo 30 de julio se conocerá la sentencia que le pondrá fin a un largo juicio, y seguramente abrirá una etapa de apelaciones.
Cieri considera que “la fiscal presentó pruebas contundentes, de sobra, contra el hermano Pedro. Cuando escuchas todo lo que pasó, te das cuenta de la cantidad de pruebas que hay, principalmente el testimonio de las chicas. Es imposible que todas las chicas se pongan de acuerdo para inventar sobre el modus operandi de Pedro”.
Débora espera que haya una sentencia condenatoria “y que ese día quede preso. Sé que es difícil que le den una pena de 16 años. Es algo que venimos charlando, y quizás la pena puede ser menor, pero lo que interesa es que sea declarado culpable”.
En relación a su hija, contó que viven el “día a día. Ella está mucho mejor, pero este proceso es muy movilizante. A esto se suma la espera hasta el 30 de julio, que es terrible por la ansiedad que genera, algo que nos juega muy en contra a todos”.
Por último, dejó en claro que “quiero esperar el fallo, y ver que dicen desde el colegio. Una de las maestras, la directora actual, tuvo una declaración terrible. Están del lado de una persona que está acusada de abuso, y era director de un colegio. Por eso si ‘la cabeza’ de la institución y las personas que están trabajando todavía no pueden ver lo que pasó, es preocupante”.