Desde 2026
Caravana electrónica, una herramienta clave para la trazabilidad de la ganadería
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Desde el 1 de enero de 2026 entra en vigencia la nueva normativa del Senasa que establece la identificación electrónica obligatoria para el ganado bovino. El ingeniero agrónomo José Jauregui, explicó los alcances, beneficios y desafíos de este cambio que busca modernizar la ganadería y prepararla para nuevos mercados.
(Por Agustina Azcoaga) - La resolución del Senasa, que comenzará a aplicarse desde el 1 de enero de 2026, marca un cambio profundo en la forma de identificar al ganado.
Hasta ahora, la identificación oficial podía ser electrónica o visual. Pero con la nueva norma, todo movimiento de animales deberá realizarse bajo un sistema combinado: una caravana electrónica y una caravana visual con el mismo número, colocadas una en cada oreja.
“El sistema visual se mantiene, pero ahora se incorpora la identificación electrónica como requisito obligatorio. Esto asegura que todo animal que se movilice esté correctamente registrado en la base del Senasa”, explicó Jáuregui.
Más precisión, menos errores
Para el especialista, la principal ventaja del nuevo sistema radica en la precisión y fiabilidad de la información.
Un nuevo sistema de identificación obligatoria.
“La identificación electrónica es una identificación fehaciente: no hay duda de que ese animal es efectivamente el que tenemos enfrente”, señaló.
Con el método visual, los errores humanos eran frecuentes, tanto en la lectura como en la transcripción de los números. Jauregui ejemplificó con una práctica habitual:
“Cuando se hacen pruebas de tuberculina y hay un resultado positivo, puede haber confusión si los registros están mal tomados. Con la caravana electrónica, eso ya no pasa, porque el dato se registra automáticamente y sin margen de error”.
Además, la identificación digital evita duplicaciones de números y facilita el manejo diario en los establecimientos.
Una herramienta de gestión y trazabilidad
Más allá de su obligatoriedad, Jauregui considera que la medida representa “un salto hacia adelante” para el sector.
“La identificación electrónica permite dar trazabilidad al rodeo, y esa trazabilidad es la llave de acceso a los mercados de mayor poder adquisitivo”, explicó.
Según el ingeniero, países como Uruguay, Chile y Paraguay adoptaron hace años sistemas similares, y los resultados han sido positivos. “Uruguay tiene identificación electrónica obligatoria hace más de 20 años y logró acceder a mercados premium que pagan mejor por la carne. Argentina, con esta medida, se prepara para esos desafíos”, afirmó.
Desafíos y resistencias
Aunque reconoció que existen resistencias a la implementación, Jáuregui señaló que en muchos casos se deben a percepciones equivocadas.
Explicó que algunos productores lo consideran una imposición o sospechan de un posible negocio detrás, pero remarcó que el costo real es mínimo —aproximadamente un dólar y medio por animal, equivalente a medio kilo de novillo—, por lo que no encuentra justificación económica para oponerse.
El ingeniero también advirtió sobre los nuevos requisitos internacionales, como la norma antideforestación de la Unión Europea, que entrará en vigor hacia fines de 2026.
“Vamos a tener que demostrar que la carne que exportamos proviene de campos libres de deforestación. Y sin trazabilidad, esos mercados se van a cerrar”, explicó.
Por eso, considera que la caravana electrónica debe verse como una oportunidad: “Nos permite medir, registrar y mostrar el origen real de nuestros animales, algo que los consumidores ya están empezando a exigir”, aseguró el ingeniero.
Un beneficio también para el productor
En cuanto al beneficio para el productor, Jauregui explicó que la identificación electrónica representa una mejora concreta en el manejo diario del rodeo. Al eliminar la necesidad de anotar manualmente los números de las caravanas y luego pasarlos a una planilla, se reducen notablemente las horas de trabajo en la manga, el estrés de los animales y las pérdidas de peso asociadas.
“Con este sistema, el registro se realiza de forma automática y precisa —detalló—. Los datos pueden cargarse directamente desde un bastón lector, generar una planilla en Excel y enviarse al veterinario, al asesor o al administrador del campo en cuestión de minutos”.
De esta manera, el uso de la caravana electrónica ahorra tiempo, mejora la eficiencia del personal y contribuye al bienestar animal, además de facilitar el seguimiento de los índices productivos y reproductivos. Para Jauregui, el cambio debe entenderse como una inversión que agiliza el trabajo y optimiza la gestión del rodeo.
Un nuevo sistema de identificación obligatoria.
Desde una mirada económica, el ingeniero destacó que la inversión requerida es mínima en relación con los beneficios que aporta. Señaló que cumplir con la normativa implica apenas “unos centavos más” que lo que ya se invertía en la identificación tradicional de los animales, y que el costo por unidad resulta insignificante frente al valor del kilo de novillo.
Además, explicó que quienes deseen dar un paso más en la modernización del manejo pueden incorporar un bastón lector, cuyo valor equivale a unos pocos cientos de kilos de novillo, según el modelo elegido. “Se trata de una herramienta que optimiza el trabajo diario, mejora la eficiencia y aporta información valiosa para la toma de decisiones”, sostuvo.
En definitiva, la caravana electrónica no solo cumple con una exigencia sanitaria y comercial, sino que representa una oportunidad para profesionalizar la gestión ganadera, mejorar la productividad y preparar al sector para los desafíos del mercado global.

