Crónica política
El avión libertario y la flotilla feliz
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I
Respeto ambigüedades y la presunción de inocencia, pero admito que el principio de legitimidad política no es una noción sometida al Código Penal. Nadie duda de que Al Capone era el jefe de la mafia en Chicago y el responsable de crímenes que han dado lugar a películas, series y novelas taquilleras, pero para la ley "el buenazo" de Al era un inofensivo y candoroso evasor de impuestos. Con las sutiles, o si prefieren, gruesas diferencias del caso, el ejemplo es extensivo al buenazo de José Luis Espert, primer candidato a diputado nacional por las listas del flamante partido fundado por el mejor presidente del mundo. El argumento del avión contratado al jefe narco, Fred Machado, la explicación acerca de que las diligencias las hizo el partido (La Libertad Avanza) y no él, son ridículos y hasta ofenden nuestra inteligencia. No sé qué pasa con los 200.000 dólares incorporados a la cuenta corriente de Espert, pero tengo años suficientes como para diferenciar las explicaciones de un inocente a la retórica o los silencios de un culpable.
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II
Asediado por sus propios correligionarios, el jueves a la noche Espert intentó aclarar su situación, pero al parecer todo quedó mucho más oscuro. La empresa guatemalteca que contrata sus servicios gracias a una oportuna diligencia de Machado es poco creíble, y la reciente información acerca de que los vuelos en esos avioncitos fueron en realidad más de treinta ponen en evidencia que la relación del narcotraficante con el candidato a diputado es más entrañable de lo que ellos mismos están dispuestos a reconocer. A Espert se le atribuye la consigna digna de Aldo Rico, Mike Hammer o Carlos Ruckauf: "Cárcel o bala". Desde la más virginal inocencia me atrevería a preguntar en caso de que las imputaciones contra Espert se verifiquen qué alternativa exigiría para su persona: "Cárcel o bala". Por lo pronto, Javier Milei banca a su diputado, pero la señora Patricia Bullrich, si bien prefirió ser prudente, advirtió que su flamante partido, en el que aterrizó no hace mucho tiempo, no puede permitirse el lujo de promover candidatos comprometidos con el narcotráfico. Al buen entendedor pocas palabras. No le veo mucho futuro a ese candidato. Y no sé por qué la intuición me dice que Bullrich ya está barajando el nombre del reemplazante.
III
La situación política de José Luis Espert es cada vez más delicada y, a decir verdad, él mucho no hace para mejorar la gravedad del diagnóstico. Entrevistado por un periodista de reconocida filiación liberal, y que mantiene con él una relación cordial desde hace unos cuantos años, se niega a responder si efectivamente recibió 200.000 dólares del popular Fred Machado. Que Espert me perdone, pero esa no es la respuesta de un inocente que además carga con la responsabilidad de ser el candidato preferido del presidente Milei. Enojarse con Juan Grabois o invocar la condición de víctima de una "opereta", se parece más a una excusa, o a una coartada, que a la respuesta de un político responsable y decente. Lo cierto es que por un motivo o por otro la situación del gobierno ha vuelto a ser incómoda. La inyección de optimismo prodigada desde Estados Unidos está agotando sus efectos y por el momento no se registran en el horizonte señales de esperanza. Y en esta mesa de tute cabrero que suele ser la política criolla, la posibilidad de una carta ganadora parece ser cada vez más remota. Les aseguro que no me alegra escribir estas palabras porque no se me escapa que el peronismo se valdrá de las debilidades y las zozobras de este gobierno para ir por todo, como les gusta decir. Pero la estabilidad de este gobierno lamentablemente no depende de un modesto escriba como yo, sino de su talento para construir poder, sostener la gobernabilidad y gestionar de manera tal que no se cumpla una vez más el maleficio del peronismo acerca de que ellos regresan siempre al poder no porque sean buenos sino porque sus opositores son peores.
IV
La flotilla de más de cuarenta barcos que desde hace un mes navegó por el mar Mediterráneo en una suerte de crucero de la felicidad, fue detenida por la armada de Israel. Un final previsible, incluyendo su toque algo ridículo. Final previsible para esta variante bizarra de la armada Brancaleone cuyos tripulantes y viajeros imaginaron ser protagonistas de una gesta heroica, previo asegurarse de que en ningún momento sus vidas correrían peligro. El final luce desencantado. Los "milicianos internacionalistas", que fueron detenidos y trasladados a Israel, en 72 horas serán devueltos a sus respectivos países... y colorín colorado este cuento ridículo ha terminado. En fin, Ada Colau Ballano y Greta Thumberg disfrutaron de la publicidad que las hace felices con la seguridad de que si por ventura sufrieran algún inconveniente, una corriente de aire frío por ejemplo, no faltará un soldado de Israel que le extienda una manta como tuvimos ocasión de presenciar. La flotilla en su momento estaba supuestamente protegida por naves de guerras de España, Italia y Grecia, entre otras, naves que se detuvieron en la zona de exclusión como corresponde, porque ir más allá significaba declararle la guerra a Israel, aventura que estos bravos almirantes no estaban dispuestos a correr, entre otras cosas porque hasta el marino más despistado sabía que su misión no iba más allá de la propaganda. Todo consistía en jugar el juego de la farsa, sumarse discretamente a la comparsa y luego regresar a casa felices y cachondos.
V
De todos modos, Pedro Sánchez, entre otros, deberán dar explicaciones sobre quién autorizó que una nave de guerra zarpe en dirección a la Franja de Gaza donde se está librando una guerra en serio, donde se sufre, se mata y se muere, tragedia que no tiene nada que ver con el circo montado por activistas irresponsables y ridículos, y un presidente que con su oportunismo y desvergüenzas ha enlodado aún más a su gobierno y a los valores de la tradición socialista. De todas estas peripecias vividas en el Mediterráneo con escala en los principales puertos y el jolgorio de pantomimas para todos los gustos, lo único que quedará en claro serán las aventuras eróticas que estos cruceros suelen propiciar mientras se izan banderas palestinas y se entonan bizarras baladas guerreras y antisemitas. Para quienes tuvieron la osadía de compararse con los brigadistas internacionales que fueron a combatir en la guerra civil española, les recuerdo que aquellos hombres, equivocados o no, se jugaban el pellejo. Riesgo que los integrantes de nuestra armada Brancaleone nunca se propusieron correr.