Peisadilla de Viernes
El Show y el pánico
/https://sur24cdn.eleco.com.ar/media/2025/10/milei_show.jpg)
La economía argentina tambalea con cierres de empresas y un consumo en declive, mientras la política se enreda en discursos contradictorios y promesas vacías.
Nicolás Peisojovich
"Cuando un payaso se muda a un palacio, no se convierte en rey, el palacio se convierte en circo”. Proverbio Turco.
En la oratoria de la política, o de algunos de los actores políticos, la palabra que se entrega no es deuda, sino solamente un medio gratuito para decir lo que se le ocurre en el instante para zafar del presente, justificar el futuro, y olvidar -u ocultar- lo dicho en el pasado.
En tan solo cuatro años de Javier Milei, y en un puñado de días en la vida mediática de José Luis Espert, quedó demostrada la permanencia de la mentira, de la contradicción y de la ignorancia supina de que en la era de las redes sociales, la palabra queda anclada para siempre.
Puede interesarte
Nada más claro en esta época de que todos tienen algo para decir, y que poseen las herramientas y los canales de difusión para expresarlo, que termina ineludiblemente atado fatalmente a las palabras… Nunca tan esclavo de lo dicho.
En esta contradicción permanente del discurso libertario con lo que se dice, lo que se dijo y lo que se hace, la población asiste atónita en unos casos, enfervorizada en otros, e irremediablemente estupefacta en general, al espectáculo circense de un presidente que pareciera fuera de lugar y tiempo. Mejor dicho, a destiempo y ajeno de lo que sucede a la gran mayoría de la población.
Dando un recital en el marco de la presentación de su pretencioso y más que elocuente libro, “La construcción del milagro. El caso argentino”, pero dejando en claro no solamente su pobre y desvencijada imagen a nivel local, sino también haciendo temblar los poco sólidos cimientos de la imagen internacional que algunos sectores de poder tenían de nuestro presidente.
Con una comitiva que lleva semanas en Estados Unidos esperando la tercera limosna para tratar de contener el dólar y tener un alivio electoral en las próximas elecciones de medio término, flaco favor les hizo Javier Milei en su rol de rockero exageradamente enfervorizado.
No es ser pacato ni mucho menos, ya deberíamos estar acostumbrados a presidentes y presidentas cantantes y bailarines, pero nos deberíamos preguntar con cierta franqueza, con lucidez moral y honestidad intelectual, si en este contexto, es el momento de hacer semejante despliegue de circo sin pan.
Lo insólito de semejante despliegue de falta de empatía, es la actitud frente a las cámaras y los micrófonos, exento de complejos y filtros morales.
Esa falta de equilibrio entre el ser y el deber ser nos habla de una suerte de desequilibrio entre significante y el significado de la palabra que el ostenta ser; él es el presidente, quien preside, y no es solamente para esas quince mil almas que abarrotaron el Movistar Arena.
Pero mientras nuestro presidente jugaba al rockstar, en la Argentina, y en su gobierno en particular, pasaron cosas. En este circo llamado Argentina, el número principal se lo llevó la estrategia comunicacional explicada, y vuelta a explicar, después aclarada, y finalmente olvidada.
Sí, les hablo del esperpento de Espert. Los Fabulosos Cadillacs cantaban, ensu tema “Yo te avisé”: "Pelado, sé que sos un pelado botón...”. El más visceral de la tropa libertaria se desarmó en lágrimas después de negar sus vínculos narcos.
Lo negó tanto, pero tanto, que de tanto negarlo terminó aceptando que en realidad lo conoció mucho, poquito y nada, pero que en ese proceso de "conocido" desconocimiento se conoció que aceptó 200.000 dólares,... que en realidad era un contrato por un millón.
Y que de un mísero viaje en avión que él inocentemente aceptó, luego se supo que fueron en realidad 35; pero no tanto, porque si se ponen a hilar fino, fueron 17 ya que eran de ida y vuelta ("sobra" un vuelo, ya sé, debe ser ese "único vuelo" que Espert recordaba). Y entre verdades que fueron mentiras, nuestra moneda cayó por su propio peso, frente a la flotabilidad artificial del dólar.
Así, entre tropiezos y caídas, Luis Caputo, el de los créditos, el mismo de Mauricio Macri, ese que con valijita en mano, bienes en el exterior, se fue a Chicago para volver a garronear otro mega crédito para salvar el crédito que ya se gastó para contener lo que se había prestado apenas asumió.
En la tensa espera, y contando de a millones, también se garronean un par de tuits para calmar a las fieras y a los fieros acreedores del mercado. Pero vamos a la información técnica, esa que sale en los verdaderos canales de información, no a través de los algoritmos de las redes.
Es que mientras nuestro presidente baila al ritmo del rock, los números bailan a otro ritmo. En lo productivo venimos improductivos, el panorama no es positivo, según datos del grupo Atenas, se alerta que hay cerca de 28 empresas que cierran cada día.
El consumo está en los niveles más bajos históricamente, envalentonados por las ventajas financieras, la inversión es prácticamente nula. El desempleo formal cae y el informal sube; la inflación nunca bajó, sino que tiene un sostenido crecimiento de 1.5 mensual y se acumula…
La inversión es nula en lo que respecta a todos los estamentos del Estado, excepto para pagar deudas que siguen tomando y que siguen dilapidando para contener el dólar y la inflación casi estanca.
Y aunque el gobierno defiende estoicamente su estrategia libertaria y de libre mercado de cambio –con ajustes y micro cepos- el costo es brutal, devaluación, inflación reprimida, ajuste fiscal, caída del consumo, suba de la deuda familiar. El combo es fatal y en nada se asemeja a una cajita feliz.
Y la contradicción aflora a cada paso. "Cárcel y bala" decía Espert con respecto a los narcos, pero resulta que se comprobó que todos los bienes conseguidos fueron gracias al aporte de un narco.
Vamos contra la casta decían también. Mientras se repiten los apellidos ligados a la historia política argentina y prosiguen eternos "parasitarios del Estado" repitiéndose en funciones; así como camaleónicos funcionarios en modo rémora se pegan al poder de turno, hechos que no hacen otra cosa sino reafirmar que en vez de "casta política", se la podría llamar “costra prolífica”.
Y entre tantas verdades que ahora son mentira, nuestro rockero presidente niega que alguna vez deslizo que en Argentina había que dolarizar. Palabras más, palabras menos, el filósofo y poeta Friedrich Nietzsche escribió que "la vida es un eterno retorno", algo que puede aplicarse aquí en la Argentina.
El bueno de Nietzsche sugirió que todos los eventos de la vida, las alegrías, los dolores, las preocupaciones van a repetirse infinitamente en un ciclo sin cambios, y lo diferencia del hecho físico con respecto a un experimento mental que cuestiona como viviríamos si cada momento se fuera a repetir eternamente.
Según Nietzsche estamos condenados a repetir nuestra historia. Pero, lamentablemente, a los argentinos la historia nos castiga de manera cíclica: no importa cuando leas esto, seguramente, cambiando algunos nombres y algunas formas, casi seguro, ya lo habíamos vivido y sufrido.
Y entre tantas contradicciones, el que habla desanda lo dicho, y si no, se culpa al adversario, porque siempre es fácil echarle las culpas al otro. Y el entonces el peor enemigo es el silencio, que a la larga o a la corta es complicidad.
Cuando la palabra se convierte en engaño, la política se convierte en engaño, en espectáculo macabro, en danza de la muerte de la oratoria y de la verdad dicha.
¿Y ahora qué? ¿Quién le pone la cola al león? Bienvenidos al show del pánico... Y que se calle el cantor.