A través de la Resolución N° 98
Ganadería: Nación puso fin a la obligación del peso mínimo de faena

La medida anunciada este martes comenzará a regir desde el 1 de enero de 2026. La resolución estaba vigente desde 2007, cuando el gobierno kirchnerista introdujo la Resolución 68, estableciendo un peso mínimo de 99 kilos por media res, en balanza oficial, para las categorías novillitos y vaquillonas.
Este martes Nación anunció la derogación del peso mínimo de faena. Fue a través de la resolución 98 de la Secretaría de Agricultura, que lleva la firma de Sergio Iraeta, y regirá desde el 1 de enero de 2026.
La medida, entre otras que desencadenaron en una crisis sin precedentes en materia ganadera en el país, se implementó 2007 bajo el gobierno kirchnerista con la Resolución 68 -a la que luego se sumaron otras complementarias- que estableció un peso mínimo de 99 kilos por media res, en balanza oficial, para las categorías novillitos y vaquillonas.
"La prohibición de faena era obviamente una restricción para el productor “una suerte de medida al estilo Moreno pero interna” que al bajar el precio de la hacienda potencialmente beneficiaba a los frigoríficos".
Además desde ese momento se decidió sancionar la comercialización con destino a faena de animales bovinos machos cuyo peso res con hueso logrado sea inferior a 165 kilos y de hembras con menos de 140 kg.
La medida firmada por Iraeta deroga las resoluciones 68 de 2007, la 547 de 2008 y las siguientes modificaciones.
Entre los fundamentos se cita el decreto 70/2023 del presidente Javier Milei, que impulsó una amplia desregulación del comercio, servicios e industria y se remarcó “que esta administración ha asumido el compromiso de restablecer el marco de libertad económica, promoviendo reglas claras, estables y orientadas a fortalecer la iniciativa privada como motor del desarrollo productivo”.
Un paso adelante
Por su parte el ministro de Desregulación, Federico Struzenegger, señaló a través de la red social X que la medida genera más libertad para la producción ganadera.
“La Resolución 98/25 con firma del Secretario de Agricultura Serio Iraeta del Ministerio de Economía de Luis Caputo, avanza en la remoción de una interferencia en el mercado ganadero: la de peso mínimo de faena que era un buen ejemplo de ese tipo de distorsión indeseable. Si el productor elegía faenar con mayor kilaje al de la norma la restricción gubernamental era innecesaria, pero si encontraba conveniente hacerlo con un peso menor, no podía optimizar su producción”.
Struzenegger agregó que durante la implementación de la medida se esbozaron todo tipo de argumentos.
"La prohibición de faena era obviamente una restricción para el productor “una suerte de medida al estilo Moreno pero interna” que al bajar el precio de la hacienda potencialmente beneficiaba a los frigoríficos".
“Por ejemplo escuchamos que si se permitía un menor peso de faena el stock ganadero caería (incluso nos argumentaron que desaparecería). Algo inverosímil ya que Argentina fue potencia ganadera sin esta restricción. Otro argumento era que había una necesidad “social” de acrecentar el stock de kilos con animales más grandes. Pero la búsqueda de optimizar el valor de un animal ya lo hace el ganadero por sí mismo. Para ilustrar el absurdo supongamos que el crecimiento de los últimos 10 kilos para llegar al peso mínimo tardara dos años. ¿Tendría sentido económico buscar ese peso? Claro que no”.
Un perjuicio para el productor
El ministro sostuvo en su posteo en X que la prohibición de faena era obviamente una restricción para el productor “una suerte de medida al estilo Moreno pero interna” que al bajar el precio de la hacienda potencialmente beneficiaba a los frigoríficos.
“Claro, en el corto plazo, porque en el largo plazo un negocio menos rentable reduce la oferta y termina encareciendo el producto. El mayor peso exigido también optimiza la infraestructura del frigorífico, pero esa optimización debería reflejarse en el precio que el frigorífico estaría dispuesto a pagar por un animal más grande por lo que no requiere de intervención estatal. Con algo más de lógica se argumenta que la tarea de fiscalización de la faena es mas fácil para animales grandes con lo cual hay un ahorro para el Estado en fiscalización, pero este es un beneficio demasiado exiguo para comprometer la cadena de producción”.
"La prohibición de faena era obviamente una restricción para el productor “una suerte de medida al estilo Moreno pero interna” que al bajar el precio de la hacienda potencialmente beneficiaba a los frigoríficos".
Por último el funcionario nacional manifestó que la eliminación permite normalizar el ciclo ganadero. "Se hace a partir de 2026 para que el mercado pueda transicionar al nuevo esquema sin sobresaltos".