Informe de la BCBA
Maíz y girasol aceleran, pero el clima pone a prueba al trigo
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La siembra muestra un fuerte avance interanual en cultivos de verano, mientras que los excesos hídricos amenazan la sanidad y las proyecciones récord del cereal de invierno.
El inicio de la campaña gruesa muestra un dinamismo notable, superando ampliamente las cifras del año anterior. La siembra de maíz con destino a grano avanza a buen ritmo, con un 12,3% del área total ya implantada. Este porcentaje representa un salto significativo, alcanzando ya el millón de hectáreas, frente a las 700.000 hectáreas sembradas en el mismo período del ciclo pasado.
Este adelanto se siente con fuerza en las principales provincias productoras como Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. No obstante, el panorama se complica en Buenos Aires, donde los excesos hídricos persisten, demorando los planes de siembra e incluso obligando a los productores del centro y oeste bonaerense a replantearse hacia siembras tardías.
De manera similar, el girasol se consolida como uno de los cultivos estrella de la temporada. Con un avance interanual que supera los 22 puntos porcentuales, ya se implantó el 31% de las 2,6 millones de hectáreas proyectadas. Las recientes lluvias permitieron finalizar la siembra en la región del NEA (Este de Santiago del Estero) y retomar las labores en el Centro-Norte de Santa Fe.

Además, el estado del área sembrada es excelente: el 100% presenta una condición de cultivo de Normal a Excelente, con más del 82% bajo condiciones hídricas adecuadas.
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Trigo: expectativas récord amenazadas
En contraste con el optimismo en los cultivos de verano, el trigo, que ya se encuentra en etapas avanzadas de desarrollo, enfrenta una situación paradójica. El 70,9% de las 6,7 millones de hectáreas estimadas transita la fase de encañazón, y las lluvias recurrentes han mantenido un impresionante 81,7% del área en condición hídrica Adecuada/Óptima.
Esta disponibilidad de humedad es el motor de las altas expectativas de rendimiento, que en el centro y norte del área agrícola se elevan por encima de los promedios históricos. Actualmente, el 96,9% del cereal presenta una condición de cultivo de Normal a Excelente.

Sin embargo, el mismo factor que impulsó el crecimiento —la lluvia— se está convirtiendo en una seria amenaza.
El clima
El persistente exceso hídrico en el oeste y centro bonaerense no solo dificulta el tránsito, sino que podría interrumpir labores cruciales como la refertilización y, más importante, la aplicación de fungicidas para combatir los crecientes focos de enfermedades fúngicas.
Si estas aplicaciones se retrasan o se vuelven imposibles, la sanidad del cultivo se verá comprometida, impactando directamente en la calidad y el volumen final de la cosecha, a pesar de las inmejorables proyecciones iniciales.
El desafío para el productor es doble: gestionar el retraso de la siembra gruesa en las zonas anegadas y, simultáneamente, lograr ingresar a tiempo a los lotes de trigo para proteger el cereal antes de la cosecha.