Venado Tuerto
Apareció el bajo que todos creían había sido robado en pleno día
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El episodio ocurrió en Sáenz Peña al 800. El músico damnificado radicó la denuncia, pero en la mañana de este viernes recibió la grata sorpresa de la devolución por parte de quienes lo preservaron tras descubrirlo en la vereda.
El músico venadense Heber Acosta había sufrido el presunto robo de un bajo eléctrico Epiphone EB-3 este jueves por la tarde en la ciudad. El hecho se registró entre las 18.55 y las 19.05 sobre calle Sáenz Peña al 800, justo antes de llegar a Estrugamou, a pocos metros del semáforo y de la librería TyP, cuando el joven y su novia se distrajeron unos minutos.
Según relataron, se encontraban esperando para ingresar a un ensayo musical, cuando en un descuido dejaron el bajo apoyado contra un árbol, frente a una vivienda. Luego de que Heber ayudara a cargar una caja en la moto de su novia, se dirigieron al kiosco de la esquina, olvidando momentáneamente el instrumento.
“Fueron apenas cinco minutos. Cuando volvimos, el bajo ya no estaba. Nos queríamos morir. Era el instrumento con el que mi novio toca desde hace más de 20 años. Está en dos bandas y tiene un enorme valor para él, no sólo económico sino emocional”, contó la joven a Sur24.
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Al consultar con un vecino del lugar, les confirmaron que un auto rojo se detuvo y cargó el bajo en el interior del vehículo. A partir de esa información, comenzaron a buscar cámaras de seguridad cercanas que pudieran haber captado el hecho, y enseguida acudieron a la Comisaría Segunda para radicar la denuncia de la desaparición del bajo Epiphone EB-3 de color negro, con stickers de Los Simpsons y una ficha reforzada. Incluso ofrecían recompensa a quien pudiera aportar datos concretos sobre su paradero.
Desde las redes sociales y mediante carteles, los propietarios pedían la colaboración de la comunidad, se comunicaron con este medio y apelaban a la buena voluntad de quien lo haya encontrado o visto algo: “Queremos creer que quien lo llevó, lo hizo con intención de devolvérselo a su dueño. Ojalá podamos recuperarlo. Es una herramienta de trabajo, una parte de su vida”.
Y fue así como suponían, pues los docentes del Colegio Industrial, José Palacios y Damián Pippo, lo llevaron al verlo en la vereda, a merced de cualquiera, y aguardaron el reclamo público de su propietario para proceder a la devolución, en perfectas condiciones.
“Muchísimas gracias por este gesto y por contribuir a una mejor sociedad”, destacaron los jóvenes en referencia a los docentes y, además, a todos los que se pusieron a su servicio en busca del rescate.