El futuro se produce
Transformaciones y desafíos de los primeros dos años de Pullaro
:format(webp):quality(40)/https://sur24cdn.eleco.com.ar/media/2025/11/pullaro_tobilleras.jpeg)
Pablo Crippa
Los primeros dos años de gobierno de Maximiliano Pullaro configuraron una etapa de cambios profundos y de reconstrucción en la provincia de Santa Fe. Su gestión se caracterizó por asumir de frente los problemas estructurales, ordenar prioridades y reconstruir capacidades estatales que habían sido debilitadas. Con una conducción clara, un gabinete profesional y una dinámica de trabajo basada en resultados, el gobierno provincial logró instalar una nueva cultura de gestión orientada al cumplimiento de metas, la transparencia y la cercanía con la ciudadanía.
Uno de los ejes más destacados fue la seguridad pública, un área en la que Pullaro impulsó un proceso integral que combinó inversión, profesionalización y conducción civil. Se renovó significativamente la flota policial, se adquirió tecnología de última generación, se fortalecieron las áreas de análisis criminal y se avanzó en la reorganización territorial de las fuerzas. Todo ello permitió mejorar la capacidad operativa, optimizar la prevención y consolidar un trabajo articulado con municipios, comunas y el Poder Judicial. La estabilización progresiva de indicadores delictivos en barrios críticos comenzó a evidenciar los primeros resultados de una estrategia sostenida.
En paralelo, la provincia desplegó una agenda de modernización del Estado, orientada a mejorar la eficiencia y recuperar la confianza ciudadana. La digitalización de trámites, la simplificación administrativa, la profesionalización de equipos técnicos y la planificación multianual generaron un sistema más ágil y transparente. La impronta del gobierno fue clara: un Estado que trabaja mejor permite que la sociedad se desarrolle con mayor libertad y oportunidades.
En el plano productivo y económico, Pullaro impulsó políticas activas de acompañamiento a las cadenas de valor santafesinas. La agroindustria, la metalmecánica, la economía del conocimiento, los servicios logísticos y la industria alimentaria recibieron respaldo mediante infraestructura, créditos, programas de innovación y mejoras en la competitividad. Santa Fe se reposicionó como una provincia confiable para invertir, estable y con reglas claras. El fortalecimiento de la conectividad, los corredores estratégicos y la infraestructura productiva consolidaron un ecosistema más robusto y dinámico.
La educación también ocupó un lugar central en la agenda del gobierno. Se priorizaron obras de infraestructura escolar, ampliaciones edilicias, programas de capacitación docente, evaluaciones educativas y políticas orientadas a recuperar aprendizajes y mejorar la calidad del sistema. La convicción del gobierno fue firme: sin educación no hay desarrollo sostenible.
Asimismo, la gestión avanzó en una agenda de obra pública equilibrada, con intervenciones que priorizaron rutas, puentes, sistemas hídricos, energía y agua potable, sin descuidar la infraestructura urbana de municipios y comunas. Las obras no se concibieron como decisiones aisladas, sino como parte de un proyecto integral de desarrollo provincial.
Estos primeros dos años consolidaron una etapa de orden y planificación, donde el Estado recuperó capacidad de acción y la ciudadanía volvió a percibir un rumbo claro. Con firmeza, diálogo político y una visión de futuro, la gestión de Maximiliano Pullaro sentó bases sólidas para que Santa Fe vuelva a crecer, producir y proyectarse como una provincia moderna, segura y preparada para enfrentar los desafíos de las próximas décadas.
Aún queda un camino importante por recorrer, y el propio gobierno reconoce que los desafíos estructurales de Santa Fe requieren continuidad, perseverancia y trabajo conjunto. Sin embargo, los avances alcanzados en estos primeros dos años muestran que la provincia está encaminada, con un rumbo sólido y políticas sostenidas que permiten mirar hacia adelante con optimismo. Lo construido hasta ahora es sólo el inicio de una transformación más profunda, que seguirá consolidándose con responsabilidad, consenso y una clara vocación de futuro.

